El poeta

Índice de parte de la obra poética martiana

10 de octubre
I Brigada - 113
A Adelaida Baralt
A bordo
A Enrique Estrázulas
A Fermín Valdés Domínguez
A Hortensia Lechuga
A Isabel Esperanza Betancourt
A Isabel Aróstegui de Quesada
A la palabra
Al buen Pedro
Al Doctor Ulpiano Dellundé
A Leonor García Vélez
Al extranjero
A Melitina Azpeitía
A mi madre 
A mis hermanos muertos el 27 de noviembre
A Néstor Ponce de León
A Nicolás Domínguez Cowan
Cada uno a su oficio
Cocola: La tormenta
Dolora griega
Dos milagros
En estas pálidas tierras
En ti encerré mis horas de alegría
Haschisch
Ismaelillo
Juguete
Los dos príncipes
Linda hermanita mía 
La perla de la mora
Los zapaticos de rosa
María
¿Qué quieres tú que te escriba?
Rimas
Tamanaco, de plumas coronado
Tienes el don
Yugo y estrella
Mis padres duermen
Versos Sencillos

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Martí, el poeta.

página dedicada a los insignes Ariguanabenses Ángel Valiente y Ana Núñez Machín
Con especial cariño a  Roberto Alemán, poeta  repentista

A Isabel Esperanza Betancourt

 

Escrito en su álbum  de autógrafos, en la ciudad de Nueva York, en el año 1883

Quieras mis versos tener,
¿qué versos te ha de decir
quien queda con verte ir
sin lira ya que tañer?

¿Versos? Pues con ser mujer
y nacer de quien naciste
flor de estrella, verso fuiste
delicado, casto, airoso,
más que el cantar querelloso
de un hombre pálido y triste.

¡Oh, lago! que apenas riza
de mayo el terral primero,
¡y queda en ti prisionero
del encanto que lo hechiza!

No sabes cómo suaviza
la vida recia, el hallar
niña que sabe llorar
las penas propias y ajenas;
vale más consolar penas,
niña, que saberlas dar.

No sabes qué deleitosa
paz se esparce en nuestra vida
cuando halla el alma vencida
una niña pudorosa;
cual mira la primer rosa
el que vuelve de la guerra;
cual si el misterio que encierra
el cielo se abriese el bardo;
¡cual si el aroma de un dardo
llenase toda la tierra!

Y se me va ya el frescor
de alba y el lirio pascual;
y aquel hermoso rosal
¡todo gala y todo flor!
Prendada de tu candor,
mal su pena el alma doma;
y cuando la vela asoma
que ha de llevarte a otra tierra,
¡ay! ¡me parece que cierra
sus alas, una paloma.