México,
31 de julio de 1894 |
|
Bravo y viril, audaz, los dominantes
Ojos, como decretos, encendidos
En el enjuto rostro, así eras antes,
Amigo tierno, en años ¡ay! vencidos.
Cano el bigote ya, por la imperiosa
Piedad de un fiel hogar, manso y sujeto,
Así eres hoy, en tu jardín de rosa
Orlado, y nardo y myosotis discreto.
Pero - hoy o ayer- ante la infamia airado
No hay como tú quien se revuelva y vibre,
Y, tras tanto vivir, no te has cansado
Del constante beber de un pecho libre.
|