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PARROQUIA DE SAN LEANDRO………………. 1.965 Surge esta parroquia, como respuesta a la decisión del entonces arzobispo de Madrid-Alcalá, Don Casimiro Morcillo: al convertir en parroquia la iglesia de Diego de León, - Santuario de Nuestra Señora de Fátima -, pidió que los Oblatos nos hiciéramos cargo, también, de otra parroquia en la periferia de Madrid. La proximidad a Pozuelo, del naciente barrio de Aluche parece que influyó en la elección del lugar de la nueva parroquia. Podía ser un buen campo de iniciación pastoral para los entonces escolásticos y, tanto éstos comos sus formadores, podían prestar su ayuda a la parroquia. El P. Severino Diez Fontecha es el primer párroco. No tiene casa ni iglesia. Sí hay ya numerosos feligreses venidos de pueblos de Madrid, de la Mancha, de Castilla y Extremadura. Los saluda por la calle y los reúne en un pequeño salón comercial que hace las veces del templo parroquial. Los oblatos adquieren una vivienda que hace de casa parroquial. Aumentan los feligreses, se multiplican las viviendas, el predominio de la población joven hace que se multipliquen también los colegios, (hasta 12 comenzaron a funcionar en el barrio). Y no hay lugar, ni dinero, ni decisión, para el templo parroquial que sólo llegará doce años más tarde, en mayo de 1978. Mientras tanto los oblatos que se iba sucediendo en el ministerio parroquial, se volcaron con toda generosidad en al creación de una auténtica comunidad cristiana. Con paso firme y decidido fueron surgiendo distintos grupos o movimientos que, desde los comienzos han dado mucha vida a la Parroquia.: Consejo parroquial, Legión de María, Cáritas parroquial, AMMI La edad joven de la mayoría de los feligreses motivó y dirigió hacia los jóvenes gran parte de ministerio parroquial, tanto en la parroquia, en general, como en los colegios en particular. Cabe destacar, sin poder decirlo todo: - la pastoral juvenil y vocacional - las Convivencias de jóvenes, - los Grupos de vida que, - las periódicas revisiones de vida en los distintos grupos - la responsabilidad de los jóvenes en la catequesis de niños y jóvenes (APJ) - las Comunidades Cristianas. - la participación de los seglares en las distintas actividades de la Parroquia, - los distintos grupos de canto y animación de la Liturgia - Misa de jóvenes - Participación en encuentros juveniles oblatos - el interés despertado por la vida y misión de los Oblatos, - Los campamentos de verano - Las sesiones de formación - Convivencias de formación - Revisión de vida - Los compromisos de vida Fruto de todo este trabajo y de la acción del Espíritu Santo ha sido el renacer de nuevas vocaciones en la Provincia, después de muchos años sin ninguna profesión ni ordenación. (Casi todos los oblatos de la provincia ordenados desde 1988) Es, sin duda alguna, entre las parroquias confiadas a los Oblatos la que ha tenido más ordenaciones sacerdotales de oblatos. Y para encontrar algo similar y tan consolador hay que volver, con memoria viva y creativa, aunque no tenga nada que ver con nuestro ministerio parroquial urbano, a muchos pueblos o parroquias, donde los oblatos han sido numerosos También ha formado y forma parte del ministerio parroquial la atención a los menos jóvenes, hoy ya más numerosos que los jóvenes, - las visitas a las familias - la atención y seguimiento de los matrimonios - el trabajo con los inmigrantes - las visitas a los enfermos - la atención constante y organizada a algunas necesidades especiales

En una línea muy concreta, ha estado siempre muy presente la dimensión misionera. La notable dimensión de la población joven, unida a otros factores que tampoco dependen en su totalidad de los oblatos hace que la proyección actual de las distintas y variadas actividades vaya más en una línea de mantenimiento, gastando más energías en la atención (¿también de mantenimiento?) a los que vienen que a los que o no han venido o ya se han ido.

¿Cuál es hoy o va a ser mañana la dimensión profética? La juventud y entusiasmo renovados, bajo la acción del Espíritu Santo, la capacidad de cambio, querida y realizada, la audacia y la confianza, actualizadas en nuestro hoy, pueden hacer de nuestro ministerio parroquial una clara profecía del mañana.