Padrenuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.  Venga a nosotros tu reino.  Hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo.  Dadnos hoy nuestro pan de cada día.  Perdona nuestras deudas así como nosotros perdonamos a nuestros deudores.  No nos dejes caer en tentación y líbranos del mal, Amén.  Dios te salve María, llena eres de gracia.  El Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito sea el fruto de tu vientre, Jesús.  Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros los pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte, Amén.
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Y beneficiamos a...

¿A quién benefició mi trabajo? Creo que principalmente a la presidencia de la república y a la delegación de la red.  Se supone que se trataba de beneficiar a la comunidad, pero es difícil que la comunidad tome las decisiones más importantes.  Lo normal es que sea alguien ajeno el que sepa cómo se hacen las cosas.  Los funcionarios no están acostumbrados a que la gente participe.  Si alguien les consulta algo responden lo poco que saben y lo ponen a dar vueltas o a hacer cola para hablar con el gobernador o el alcalde.  Sólo unos pocos funcionarios manejan la totalidad de los problemas.  En un departamento pobre como el Guainía no hay una oficina de información al público, cuando lo que se necesitaría serían más de cuatro.

La mala atención no se debe sólo a la pereza.  Al pedirles que respaldaran la participación comunitaria, el secretario de gobierno departamental y el secretario municipal de planeación (ambos encargados de su entidad local por ausencia del titular) me dijeron casi al unísono en una reunión, que "no se podía ser tan democráticos".  Como si fuera poco, el coordinador departamental de corregidores me citó informalmente un refrán de la región: "Ni el mañoco7 es comida ni el indio es gente".  Su intención al citármelo fue una manifestación clara de racismo, pues toda la conversación la dedicó a demostrar que los indios eran gente inferior.  Que todavía se encuentren altos funcionarios con mentalidades como esa da para preocupar a cualquiera.

No se puede negar que enfrentarse a una cultura diferente implica más de una dificultad.  Los indígenas tienen una manera diferente de comportarse, manejan términos en su propia lengua, pero les cuesta entender los del español en un nivel técnico.  Ellos lo escuchan a uno, dicen y hacen como si entendieran así no hayan entendido nada.  Para ellos la ignorancia es algo supremamente vergonzoso y no es normal que la acepten frente a quien representa una autoridad.  Con lo poco que los conocí, me pareció ver que sólo la aceptan frente a personas conocidas, de confianza, que no parezcan "ser doctores".  Además hay diferencias en el parentesco, en la manera de celebrar, con el idioma, con los datos...  Pero ninguna será suficiente para justificar posiciones dictatoriales, prepotentes y racistas.

La Dirección de Asuntos Indígenas del ministerio de gobierno tiene una oficina en el Guainía.  Se supone que atiende todos los problemas que se les presenten a las comunidades con las autoridades estatales y cosas por el estilo, pero sólo un antropólogo y un piloto de lancha indígena son los encargados.  ¡Sólo una persona para atender como mínimo cuatro culturas en un departamento dos veces más extenso que el Valle!  A eso le añadimos colonos que miran a los indígenas como una etnia inferior, que dicen que son perezosos, que parecen animales, que no tienen ninguna ambición y así.

El antropólogo debe explicar aspectos culturales a grupos humanos que no tienen el más mínimo interés en entender, y entre ellos puedo contar a los profesionales.  Además, las comunidades tienen un cúmulo de necesidades por resolver; cada una implica que el indigenista se desplace a lugares lejanos y explique lo mismo una y otra vez.  A la larga, toma la misma postura de un funcionario de ventanilla en una institución estatal: regaña a la gente, le da largas, manifiesta con el tono de su voz y su actitud la molestia que le provoca que le hagan la misma pregunta por quincuagésima vez.  El maltrato al ciudadano es la cultura corporativa del estado y son pocas las entidades que escapan a ella.

Desde el punto de vista andino-industrial, los indígenas no saben hacer nada, son gente muy atrasada.  Como no tienen industrialización (máquinas, equipos electrónicos y demás), se les considera atrasados.  Un obrero de cualquier empresa los superaría con facilidad en la operación de maquinaria8, la mayoría son indocumentados y analfabetas, y eso los ubica al mismo nivel de los desempleados o de los indigentes.  Muy pocos reconocen que muchas de sus habilidades complejas en el manejo del medio natural son tecnología de punta.  En la gran mayoría de las comunidades de los ríos Isana-Cuyarí y Guainía-Negro, donde sólo han llegado los mineros y unos pocos representantes del gobierno colombiano, los indígenas se las han ingeniado para sacar todo (agua potable, nutrientes, transporte, remedios, vivienda, etc.) de la selva y de los ríos.  Sus actividades generan un nivel ínfimo de contaminación, que cualquier municipio del país envidiaría.

Sin embargo, en el Guaviare y en las comunidades cercanas a Inírida, donde la colonización es cada vez más intensa, los nativos sienten vergüenza de ser lo que son.  Rechazan los productos naturales y tradicionales para consumir alimentos producidos en el comercio, con un menor contenido nutricional y a los que no están acostumbrados.  El olvido y la vergüenza cultural atacan con fuerza las tradiciones de compartir las cosas en comunidad, minan su profundo respeto a las autoridades ancestrales y al medio ambiente.

Se puede sentir el paso de las diferentes etnias hacia las costumbres que llamaríamos "nuestras".  Se vuelve un lugar cultural común el indígena físico con mentalidad mestiza; alguien con rasgos y acento indígena, pero que sólo tiene en común con las comunidades su código genético.

El camino que nosotros seguimos con relación a E.U.  tiene el mismo síntoma.   También el colombiano siente vergüenza de su cultura.  Es muy rara la escuela de inglés sin clientela, son más los que han ido Miami que los que conocen un resguardo indígena.  Aquí mismo en Cali, están desapareciendo los letreros en español.  Tal parece que a los comerciantes su idioma no les parece muy "in", ni muy "play", ni nada por el estilo.  Nos comportamos como una cultura subordinada y los códigos de la dominante son los que predominan.  Pero todavía podemos seguir el consejo de Rubén Blades y buscar algo mejor.
 

No te dejes confundir / busca el fondo y su razón
recuerda se ven las caras / pero nunca el corazón
 


NOTAS

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7    
El mañoco, junto con el casabe, es la base de la alimentación de las comunidades indígenas de la región.  Consiste en harina de yuca brava a la que le han extraído el jugo venenoso exprimiéndola.  A ambos los tuestan en grandes sartenes de barro; cuando se revuelve y queda como harina seca se llama mañoco, cuando la arman y la tuestan en forma de una galleta grande, se llama casabe. 
 
8    
Por lo general se desconoce, o se tiende a olvidar, que el aparataje industrial del país es casi todo elaborado en E.U., Alemania u otra nación industrializada, y que está obsoleto o rezagado frente al que ellas usan. 
 

Música

 

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Padrenuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.  Venga a nosotros tu reino.  Hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo.  Dadnos hoy nuestro pan de cada día.  Perdona nuestras deudas así como nosotros perdonamos a nuestros deudores.  No nos dejes caer en tentación y líbranos del mal, Amén.  Dios te salve María, llena eres de gracia.  El Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito sea el fruto de tu vientre, Jesús.  Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros los pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte, Amén.