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Nuestro fundador S. Eugenio de Mazenod oyó los gritos de los pobres de su tiempo y le falto tiempo para intentar socorrerlos. Al principio pensó que él solo podría con toda la tarea, pero posteriormente se dio cuenta que el solo no podría.

"El llamamiento de Jesucristo a tener parte 
	en la mision resuena sin cesar en el corazón de Eugenio 
	y tambien en el corazón de sus oblatos. 
	Hoy como ayer, este llamamiento nos llega a través 
	de las necesidades de los hombres, necesidades de salvación".

Presentes en más de sesenta países. Llevando a cabo una labor encomiable en diferentes partes del mundo. Copirigth 2008