|
Nuestro fundador S. Eugenio de Mazenod oyó los gritos de los pobres de su tiempo y le falto tiempo para intentar socorrerlos. Al principio pensó que él solo podría con toda la tarea, pero posteriormente se dio cuenta que el solo no podría.
"El llamamiento de Jesucristo a tener parte
en la mision resuena sin cesar en el corazón de Eugenio
y tambien en el corazón de sus oblatos.
Hoy como ayer, este llamamiento nos llega a través
de las necesidades de los hombres, necesidades de salvación". |