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Emigrantes canarios partiendo para el "Nuevo Mundo". Foto tomada de página Web en Internet

 

POBLACIÓN CANARIA
  De los cerca de 200.000 habitantes con que contaba el Archipiélago Canario a principios del siglo XIX, la población crece enormemente a pesar de las epidemias y la emigración, pasando al término de esa centuria a unos 358.000

CORRIENTES MIGRATORIAS
  El destino principal de los emigrantes canarios fue América, especialmente Cuba y Venezuela. 

 

   

     Los grupos de canarios que emigraron hacia América en la primera mitad del siglo XVI, estaban integrados por soldados, marinos y aventureros, así como por maestros de ingenios azucareros, que eran muy necesarios en las colonias para la implantación y desarrollo de las explotaciones de la caña de azúcar.

    En la segunda mitad de ese propio siglo, eran familias campesinas las que viajaban al Nuevo Mundo en busca de tierras fértiles para su cultivo. Durante los siglos XVII y XVIII la emigración canaria cambió su composición: los numerosos grupos de canarios que emigraban lo hacían con la misión fundamental de fundar y poblar ciudades. Muchas Reales Cédulas fueron firmadas para tratar de regular en unos casos, o de impulsar y favorecer, en otros, el flujo de canarios hacia el Nuevo Mundo.

   A partir de la aparición de elementos extranjeros, infiltrados y radicados dentro de las colonias del Nuevo Mundo, que comenzaban a adquirir una "peligrosa influencia", se inicia un cambio de actitud de la corona española y como parte de las medidas que se toman para resolver tal situación, se decide fomentar la emigración. Producto de esa nueva tendencia, hacia finales del siglo XVII una importante corriente migratoria ya se encamina hacia "el Nuevo Mundo".

  Entre 1840 y 1895, la emigración vuelve a abrirse sin trabas, y con mayor fuerza. Impulsa al isleño a abandonar su tierra la falta de trabajo, debido a la débil estructura agraria, el exceso de población y la ruina del cultivo de la cochinilla que ensombrecen el panorama económico. El destino principal de los emigrantes canarios es América, especialmente Cuba, que absorbe la casi totalidad de aquellos, así como Venezuela y Puerto Rico. Las condiciones en que viajaban hasta esos lugares eran deplorables: el viaje duraba unos 25 ó 30 días y el trato y comida recibida eran muy malos.

   En el año 1898, Cuba, Puerto Rico y Filipinas consiguen su independencia de España. La entrada del siglo XX viene entonces marcada por el fin de las relaciones comerciales de la Metrópoli y Ultramar. Canarias se ve afectada en su tráfico marítimo y comercial al constituir escala importante en estas rutas. Después del lógico lapsus posterior a su independencia, Cuba vuelve a acoger a la mayoría de los campesinos canarios

   La primera Guerra Mundial supuso un corte en las comunicaciones marítimas con el exterior; por ello escasean los productos de primera necesidad, aparece el fantasma del hambre y se desencadena una nueva emigración a Cuba.

   Durante la Dictadura  y la República fue poco significativa la corriente migratoria. Después de la Guerra Civil y la II Guerra Mundial, la emigración a Ultramar alcanza altas cotas. El país de máxima atracción pasa a ser Venezuela.

  Hacia finales de la década de los cuarenta, fue desapareciendo una parte considerable de los veleros atracados en los muelles de Las Palmas de Gran Canaria, que pertenecían a la flota pesquera: cuando salían a la mar, no regresaban. Era la emigración clandestina hacia el “Nuevo Mundo”. 

   Hacia la década de los años 1960 la tradicional corriente migratoria a América pierde importancia hasta su casi desaparición, siendo sustituida, ligera y momentáneamente, por la emigración a los países desarrollados de Europa. 

   Desde la década de los años 1980, la emigración desaparece y se invierte la corriente migratoria hacia la inmigración regular e irregular.

 

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Última actualización de esta página 20/12/04