MALFORMACIONES
 
       
 

COMO ARREGLAR MALFORMACIONES Y DAÑOS CORPORALES

Valiéndose de las tecnologías más sofisticadas, los cirujanos reparadores se enfrentan a las secuelas, a veces terribles, que dejan los accidentes, las quemaduras, los cánceres y las taras congénitas. Bajo la anestesia general, el cirujano levanta el delicado manto de piel que cubre el cráneo de Carolina, un niña de 5 años que nació con graves deformidades en el rostro. La parte posterior de su cabeza y su frente están abombadas y los ojos separados más de la cuenta y girados en una posición antinatural. Además su nariz completamente desfigurada, se abre en un solo orificio nasal. Hace una décadas, el caso de esta niña de malformaciones, tenía un difícil arreglo.

Hoy el panorama es totalmente distinto gracias a las técnicas computarizada tridimensional, los especialistas han logrado reproducir en un monitor el cráneo de Carolina. La anatomía ósea interna aparece representada con todo lujo de detalle y, mediante un sofisticado programa informático, los cirujanos pueden proyectar los pasos de la intervención. Con la ayuda de minicierras, el equipo quirúrgico extrae fragmentos de huesos que son remodelados para que encajen correctamente. También desplazan piezas óseas de un sitio a otro e implantan prótesis para tapar las zonas en las que hace falta tejido óseoo en caso de malformaciones graves. Loa fragmentos de huso se sujeta con placas y tornillos de titanio que, en ocasiones, no sobrepasa los milímetros de longitud.

A través de una incisiones estratégicas, recolocan las órbitas en una posición correcta sin alterar para ello la visión de la pequeña. Por último abordan, vía intrabucal, la reconstrucción de la región nasal mediante una rinoplastia algo más compleja que las habituales. En unos meses , cuando los hematomas e hinchazones, debidos a la operación, remitan, los rasgos faciales de Carolina ya no serán los mismos. Parecerá incluso que se trata de otra niña.

SE HACEN REMODELACIONES QUE ANTES ERAN IMPENSABLES

 

 

En la actualidad, las deformidades o malformaciones del rostro son tratadas de manera sistemática y con resultados que hace tan sólo unos años parecían impensables. Este tipo de operaciones hoy en día son habituales, y permiten que muchos niños puedan cambiar sus facciones y puedan reintegrarse a la sociedad.

Pese a que esta cirugía facial surgió como una parte de la cirugía plástica orientada a la corrección de malformaciones faciales de origen congénito, su campo de acción pronto se amplió para corregir secuelas de accidentes y de los tumores agresivos que se comen literalmente grandes superficies del cuerpo.

Sin duda alguna, la reparación de las fracturas craneales es una de las áreas de la cirugía plástica que más rápidamente ha evolucionado. Esto ha sido posible gracias a los trabajos de un profesor francés, que desarrolló unas técnicas para exponer casi todo el esqueleto craneofacial ante los ojos del cirujano y trabajar cómodamente en el hueso. Hasta entonces, ante una fractura causada, por ejemplo, por un accidente de tráfico, los cirujanos mostraban una actitud conservadora: realizaban pequeñas incisiones, exponían mínimamente las fracturas y fijaban las piezas óseas con tornillos y artefactos externos.

LA MICROCIRUGÍA ALCANZA RESULTADOS MUY ALENTADORES

Los cirujanos modernos también cuentan con espectaculares adelantos técnicos. El ya mencionado tomógrafo computarizado o TC se ha convertido en una herramienta imprescindible, porque revela con precisión el calibre de la fractura. Esto es de gran utilidad a la hora de descartar a aquellos pacientes que no requieren ser sometidos a una intervención quirúrgica por malformaciones o para planificar el procedimiento, en los casos que sí sea necesario.

La incorporación de la microcirugía a las intervenciones plásticas también permite llevar a cabo operaciones antes imposibles.

“La microcirugía es para la cirugía reparadora uno de los avances más importantes, especialmente para corregir las lesiones provocadas por accidentes, por cáncer y para corregir las deformidades o malformaciones que dejan algunas quemaduras”, afirma el cirujano plástico Ortega. Según señala el especialista, con esta técnica se puede transportar desde determinados lugares del cuerpo un tejido, con su arteria y vena correspondiente, hasta la zona lesionada donde se lo une con la arteria y la vena del lugar. Esto permite que el tejido se mantenga vivo y que los resultados finales sean muy alentadores.

Otro avance notorio han sido los expansores de piel, que se emplean con frecuencia en la reconstrucción del pecho tras una mastectomía. El expansor es una especie de globo que se coloca debajo de la piel y al que periódicamente se le inyectan pequeñas cantidades de líquido para que éste aumente su volumen. Este procedimiento logra que la piel a su alrededor se estire y que, una vez estirado el expansor, se pueda cubrir las superficies dañadas. Estos aparatos no sólo permiten reconstruir una mama. También son muy útiles para disminuir cicatrices anchas o para reponer grandes pérdidas de pelo en el pelo cabelludo de pacientes que han sufrido quemaduras importantes.

PIEZAS A MEDIDA

En ocasiones, los daños y vacíos producidos por un accidente de tránsito o por causa de un cáncer maligno, como los de la boca, nariz y ojos, son imposibles de reparar o rellenar mediante una cirugía. Es aquí donde entran en escena los protesistas, que son especialistas en restaurar y en esculpir en materiales sintéticos las partes del cuerpo que se han perdido. Si bien las primeras prótesis se realizaban en metales, cera, etc; hoy en día, la química plástica moderna nos brinda materiales que imitan la textura y la tesura de la piel de tal manera, que las prótesis puedan pasar inadvertidas y permitan que el paciente pueda reintegrarse en su ambiente social y laboral.

El lugar de trabajo de los protesistas está literalmente invadido por narices, orejas, dentaduras y fragmentos de caras sintéticas que parecen de carne y hueso. Para conseguirlas se toman una serie de medidas de la región corporal que se quiere reconstruir y se hace un molde de yeso que se trabaja hasta conseguir unos resultados óptimos. Una vez que se obtiene la prótesis, los especialistas trabajan como si fuera una escultura, donde se imita la textura, el color, las arrugas, los lugares y demás detalles de la piel del paciente.

La prótesis se fija al hueso por medio de imanes o de un sistema de tortillería que se integra en el tejido óseo. El resultado es un apósito estético que sustituye la gasa y de este modo, se evita que el paciente sea blanco de miradas.

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