¿Qué
significa la decisión del Tribunal de Apelaciones?
José Pertierra
El Tribunal de Apelaciones del
Onceavo Circuito Federal en Atlanta anuló las condenas de los Cinco y envió el
caso al Tribunal de Primera Instancia para un nuevo proceso fuera de Miami.
Tomó esta decisión, debido a la hostilidad y
los prejuicios en el ambiente de Miami que hizo imposible un proceso imparcial
en esa ciudad. Citó el caso de Ramírez v. Ashcroft, No. 01-4835-Civ-Huck
(S.D. Fla.), en el cual el fiscal pidió un cambio de sede alegando que no podía
ventilarse un proceso imparcial en Miami debido a las pasiones que el tema de
Cuba genera tanto entre el público como en la prensa miamense.
El Tribunal de Apelaciones dictaminó que
“un proceso justo en un tribunal imparcial es un requisito básico del debido
proceso”. Si el ambiente de la sede para el juicio es tan hostil que
imparcialaza el proceso, la ley requiere que el juez traslade el caso a otro
distrito donde en la discreción del juez no exista esa imparcialidad.
“Si los acusados muestran prejuicios tan
grande que peligra el debido proceso de la justicia, entonces el tribunal está
obligado a trasladar el caso para asegurarse que un acusado será procesado en
un ambiente que no esté contaminado por la pasión pública”, dijo la Corte.
Donde existe una hostilidad contra los
acusados de parte de la comunidad, no es necesario probar prejuicio actual de
parte del jurado. El tribunal dictaminó que la comunidad de
Miami padece de un prejuicio tan penetrante contra los Cinco y contra el
gobierno de Cuba que contamina el debido proceso. Citó los artículos de
prensa, las manifestaciones, las ceremonias relacionadas con el caso
Elian y las manifestaciones sobre el caso de Los Hermanos al Rescate.
La decisión absuelve a los cinco, pero
condena a Miami como un centro de hostilidad y extremismo. Señala al
circo mediático de esa ciudad, junto al extremismo de los cubano-americanos
como los factores que imposibilitan al proceso debido de justicia.
Ahora el juez de primera instancia enviará el
caso a otro distrito en otra ciudad. Los abogados de los Cinco y el Fiscal
podrán analizar los elementos de la ciudad que prefieren para el proceso.
La única manera que esta decisión hubiera sido mejor para los Cinco es si
declarara que la evidencia es insuficiente para haberlos condenados. Eso
hubiera imposibilitado un nuevo juicio. Pero, salvo esa variante, esta
decisión es lo mejor que se pudiera haber esperado.
Sin embargo, el caso no ha concluido. Los Cinco siguen presos
injustamente. Aunque el Fiscal tiene la potestad para desestimar los
cargos y liberarlos de la cárcel, por razones políticas probablemente no lo
haga inmediatamente e insista en un nuevo juicio. Pero si el caso se
ventila en una ciudad libre de los prejuicios que contaminan a Miami, los Cinco
serán absueltos ya que la evidencia no justifica los cargos.
Miami, nos dice este veredicto, es una ciudad
contaminada por la hostilidad de algunos de sus ciudadanos extremistas en contra
de Cuba. Un proceso legal no puede llevarse a cabo, dice la Corte, en el
circo mediático de esa ciudad.
El mensaje del veredicto también es que la
justicia es posible, aún en las entrañas del monstruo. Ese tribunal nos
mandó el mismo mensaje cuando dictaminó a favor del retorno de Elián a su
padre. Es el mensaje que tenemos que llevarnos mientras el caso de
los Cinco continúa. La justicia triunfará para los Cinco, como
triunfó en el caso Elián, y como triunfará en el caso de la extradición de
Luis Posada Carriles.
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