La misteriosa travesía del guanche
Buenaventura Rodríguez Rivero
Una de las
principales inquietudes de cualquier pueblo debe ser la de conocer cuales fueron
sus orígenes. En el caso de unas islas con más de 90 km de distancia al
continente más próximo, deberíamos intentar averiguar además, cómo se las
arreglaron nuestros ancestros para poder llegar hasta esta tierra.
Existen evidencias científicas
que demuestran el origen africano de nuestros antepasados. Estos indicios están
basados no sólo en estudios antropológicos, sino también en la frecuencia de
determinados grupos sanguíneos, así como en la genética de las poblaciones de
diferentes pueblos de África y su comparación con los respectivos datos
encontrados en la población canaria. Una vez conocida nuestra procedencia,
debemos preguntarnos, ¿cómo pudieron unos primitivos habitantes de la costa
africana llegar hasta unas islas lejanas?.
Una respuesta satisfactoria tendría que explicar no sólo cómo pudieron viajar
estos antepasados, sino además cómo se trajeron también a sus animales domésticos
-perros, cabras y cochinos-. No deberíamoss contemplar siquiera la idea de que
pudieron llegar a nado o agarrados a troncos. Si fuese así, David Meca tendría
mucho que aprender de ellos. Con los esfuerzos que pasó para llegar desde
Tenerife a Las Palmas, si le dicen que tiene que hacer el trayecto desde África,
remolcando además a sus familiares y animales, no se le ocurriría volver a
estas latitudes.
Supongamos que llegaron en sus propias embarcaciones, es decir, nuestros
antepasados eran marineros. Para superar la distancia que nos separa del
continente, tendrían que tener la tecnología necesaria para fabricar robustas
embarcaciones y disponer además de sólidos conocimientos de navegación.
Pensemos en las penurias que pasan los inmigrantes actuales, que vienen en
pateras equipadas con motores fueraborda, para hacernos una idea del formidable
desafío que esto representaría para unos hombres del neolítico. Sin embargo,
esta explicación nos plantea incógnitas de difícil resolución.
Cuando llegaron los europeos encontraron a un pueblo que no disponía de barcas
y vivía de espaldas al mar. ¿Cómo es posible que pudiesen olvidar los
conocimientos necesarios para fabricar embarcaciones? ¿Porqué ocurrió lo
mismo en todas las islas, como si se hubiesen puesto de acuerdo? Incluso
suponiendo que tenían habilidades marineras y se olvidaran de cómo fabricar
embarcaciones, ¿por qué no hemos encontrado fragmentos de sus naves en los
yacimientos arqueológicos?
Por último, imaginemos que fueron transportados por civilizaciones mediterráneas
como los griegos, fenicios o romanos. Para estos pueblos, la proeza de llegar
hasta esta parte de África sería comparable a la que hoy nos supondría enviar
un hombre a la luna. ¿Por qué, después de semejante esfuerzo, iban a abrir
una línea marítima entre el continente y unas islas pobres en recursos? ¿Por
qué además, tendrían que preocuparse en poblar varias islas? ¿Qué interés
podrían tener en transportar a unos hombres primitivos junto con sus mujeres y
animales? Lo más probable es que terminasen matando a los hombres, violando a
sus mujeres y comiéndose a sus animales -perros incluidos-.
Si no vinieron navegando en sus propias embarcaciones ni en las de otros
pueblos, ¿cómo explicar su presencia en las islas? La teoría oficial nos dice
que las islas se originaron por un punto caliente del que emanaba lava y que
estaba situado en el fondo del océano. ¿Por qué en el fondo del océano? El
punto caliente podría haber estado en los bordes del continente, con lo que, en
algún momento de nuestro pasado, podríamos haber formado parte de África. Lo
que hoy son las islas serían antiguamente montañas en una zona costera que, al
subir el nivel de las aguas, quedarían aisladas del continente y entre ellas
mismas.
Si admitiésemos esta idea, los primeros moradores podrían haber llegado
caminando. Y con el transcurso del tiempo, a medida que desaparecía la última
glaciación y aumentase el nivel de los océanos, las montañas se irían
transformando en islas.
¿Inverosímil? Para nuestra percepción actual, quizás. Pero, según la paleo
climatología, el nivel del mar ha subido al menos un centenar de metros desde
el último periodo glacial. La intensa erosión que sufrirían las costas y los
fondos marinos situados entre Canarias y el continente explicarían nuestra
lejanía actual y la profundidad de las aguas. Es un tema apasionante sobre el
que todavía debemos hacernos muchas preguntas.
buenaventurarr@hotmail.com
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