Pedro Campos |
A
un año exacto del histórico discurso del Comandante en Jefe en
la Universidad de la Habana, ninguna mejor recordación
de aquel acontecimiento que la discusión colectiva de
todos nuestros problemas en el seno del Partido Comunista.
Al año del llamado de Fidel: táctica
y estrategia de la Revolución Socialista
Por Pedro Campos Santos.
Ya se hace imprescindible convocar el VI Congreso del Partido Comunista
de Cuba, el primero del Siglo
XXI, para readecuar las tácticas de la Revolución Socialista a
las nuevas condiciones nacionales e internacionales.
Después
de la caída del campo socialista, la Revolución Cubana
enfrentó sus más desfavorables momentos de la correlación
internacional de fuerzas en toda su historia. Nos vimos prácticamente
solos, aislados, con nuestra economía en crisis,
sin el petróleo ni la ayuda económica y militar de los
soviéticos y el CAME*, con
un incremento sustancial del bloqueo y la presencia de un
gobierno brutal en nuestro cercano y principal enemigo, además
envalentonado y creído omnipotente ante su “victoria
mundial”. Vino la época del reflujo revolucionario; pero
Cuba, firme. Solo nosotros creímos
posible nuestra supervivencia. Ya fue una heroicidad.
En
1991, durante las discusiones previas al IV Congreso del Partido
Comunista de Cuba, las bases plantearon la necesidad de una
profunda renovación democrática del Partido y la sociedad
toda, que en gran parte fue postergada, por decisión de la
dirección, para tiempos mejores, debido a la crisis que enfrentábamos
y los temores a que una renovación, provocara en Cuba el
desastre similar al de los países socialistas de Europa.
El
aislamiento internacional y la consolidación del poder unipolar
del Imperialismo Norteamericano
pusieron a Cuba ante una seria amenaza de agresión
directa. Esa adversa situación internacional,
que justificaba un fortalecimiento del centralismo en
todas direcciones, llevó a declarar el Periodo Especial para
tiempo de guerra, condujo a una semi-militarización del Partido
y la sociedad y a la concentración de los recursos y esfuerzos
en la Defensa.
Quince
años después, los contextos nacional e internacional han cambiado.
Internamente, y por segundo año consecutivo, se anuncian
crecimientos económicos superiores al 10 %, hemos reactivado y
diversificado nuestras exportaciones y sus destinos, gracias a
la Revolución Bolivariana hemos tenido un suministro estable de
petróleo y ha sido posible hasta comprar alimentos directamente
a Estados Unidos. Además de mantener y mejorar los niveles de
salud, educación y seguridad social, se ha experimentado una
ligera mejoría en las condiciones de vida del pueblo en relación
con los primeros años del Período Especial.
Sin
embargo, el país ha seguido funcionando con los métodos del
Período Especial, lo que no ha posibilitado que se haya podido
conformar un programa general integral de desarrollo armónico,
con aprobación popular, como corresponde a esta sociedad madura
de alto nivel cultural, político e ideológico que pretende
construir el socialismo.
Como
resultado, muchos renglones
de la economía siguen deprimidos, subsisten viejas
regulaciones y concepciones que continúan obstaculizando la
imbricación y desarrollo de los diferentes sectores, ramas y
regiones; la productividad es baja en muchos centros y perduran
serias deficiencias en la alimentación, el transporte, la
vivienda y los servicios básicos.
Los
salarios y la canasta básica siguen siendo insuficientes en un
país de hombres y mujeres cult@s, el desempleo real se esconde
tras el subempleo oficial, la carestía de la vida ha aumentado,
al igual que la
emigración de jóvenes y profesionales por todas las formas y vías
posibles, bajan los índices de
población y natalidad, las diferencias sociales se han
acentuado, la corrupción y el desvío de recursos continúan,
al tiempo que aumentan los niveles de insatisfacción con la
situación actual y las demandas de cambios hacia una mayor
socialización que beneficie los intereses de las mayorías.
En
este río revuelto pretenden pescar los agentes de la
privatización y el capitalismo, los que prefieren ver nuestras
industrias, nuestras fábricas, nuestra tierra y recursos
naturales en manos de capitalistas nacionales o extranjeros,
antes que en poder de los trabajadores, profesionales y
campesinos cubanos. Camino que recorrieron los que traicionaron
al Socialismo en los países europeos.
Igualmente,
la coyuntura internacional no podría ser
más favorable para reordenar científicamente el país:
En América Latina gobiernos de izquierda, que han proclamado
como objetivo la construcción de sociedades socialistas se han
instalado en Venezuela y Bolivia. Una oleada de Estados
progresistas amigos, ha inundado el Cono Sur. Acaba de regresar
al poder, el Frente Sandinista en Nicaragua, ahora por vía de
las urnas. Avanzan formas de integración económica y política
regional en las que Cuba se imbrica favorablemente.
China
y Rusia colaboran activadamente con Cuba en el terreno económico
y le brindan apoyo en la política internacional. La posición
monolítica europea de enfrentamiento con Cuba, ha ido cediendo
terreno con el gobierno de Zapatero en España. Cuba ocupa la
Presidencia del Movimiento de Países No Alineados.
La
administración reaccionaria y neofascista actual de Estados
Unidos acaba de entrar en crisis que parece irreversible, como
consecuencia de su desastrosa politica aventurera en Irak, la
corrupción y el abuso de poder fundamentalmente. La oposición
demócrata ha retomado el control de las dos cámaras del
Congreso y gobierna ahora en la mayoría de los Estados. Son
previsibles cambios en la política exterior, que podrían
incluir presiones para la eventual reevaluación de algunas
medidas del bloqueo, el cual acaba de ser rechazado en la ONU
por 183 países de 187 posibles.
Estas
nuevas circunstancias encuentran a nuestro país, con el
Comandante en Jefe, convaleciente y a Raúl al frente del Estado
y el Partido, como le corresponde por ley y por historia. El
Jefe de la Revolución nos ha explicado que su recuperación es
lenta. La Revolución y el Socialismo, como él mismo nos ha
pedido, tienen que seguir avanzando de todas formas. La inercia,
no importa la causa, puede ser nuestro peor enemigo. La situación
demanda medidas urgentes, pero debemos tener en cuenta que la
urgencia sin reflexión democrática puede dañar a la Revolución,
y es preferible equivocarse con el apoyo del pueblo, que
sin su consentimiento.
Hoy
se ha hecho evidente, que la forma de socialismo que se intentó
construir en el Siglo XX, basado la propiedad estatal, la
centralización y el trabajo asalariado fracasó en sus intentos
de crear una nueva sociedad. Científicos, teóricos, filósofos,
economistas y políticos internacionales y del patio han
analizado las causas de aquel fracaso y retomando los
fundamentos del marxismo-leninismo han proyectado las bases del nuevo
socialismo participativo en el Siglo XXI, democrático y
autogestionario.
Es
preciso recordar, que muchos de los planteamientos de los
militantes cuando el IV Congreso, a tenor con su democrática
convocatoria por el Segundo Secretario, son coincidentes con los
modernos presupuestos de ese no tan Nuevo
Socialismo.
Estas
nuevas circunstancias, crean una coyuntura favorable para
propiciar los cambios que las mismas bases de nuestro Partido
demandan desde su IV Congreso en 1991. Si antes, aquellas
propuestas no fueron aplicadas atendiendo a la crítica situación
de los años 90, ¿qué lo impide ahora? El V Congreso del
Partido, el último, se efectuó en 1996 pero se realizó también
bajo la presión y premisas del Período Especial, aunque con
adecuaciones.
Se
ha reconocido que algunas medidas tomadas durante el nombrado
Período Especial resultaron desafortunadas. Esas, otras que
luego se han venido
aplicando y algunas nuevas que se anuncian no son el resultado
de un análisis colectivo del Partido, ni producto de un
programa general integral
aprobado por el Congreso de los comunistas o que cuente
con el consenso de la nación. Cuando se proyectaban
nuevas medidas que afectaban a los trabajadores y a toda
la sociedad, en los años 70-80, se hizo tradicional en Cuba
realizar discusiones y consultas masivas previas.
Si
en la década final del Siglo pasado,
las decisiones adoptadas por imperativo de las
circunstancias fueron el Período Especial, la concentración
del mando de la Revolución, la toma de decisiones sin consultar
las bases y la postergación de los procesos de apertura democrática
en el seno del Partido Comunista y la sociedad, hoy la
estrategia socialista, aconseja una readecuación táctica,
acorde a las nuevas circunstancias nacionales e internacionales,
para garantizar la continuidad y avance de la Revolución y el
socialismo.
Lo
necesitan nuestros militantes, nuestros trabajadores y nuestro
pueblo, que es decir la Revolución
Cubana. Lo necesita el movimiento obrero, revolucionario
y socialista contemporáneo.
Los
trabajadores, los campesinos, los profesionales, los militares,
las amas de casa, los estudiantes, la prensa oficial misma y
la prensa digital alternativa de izquierda,
llevan a cabo un importante debate sobre el problema de
la propiedad en el socialismo que llevó a la creación de una
comisión en la Academia de Ciencias para estudiarlo.
A
tenor con estas nuevas situaciones, como corresponde al Partido
de los comunistas, vanguardia
de la Revolución y de los trabajadores, se hace imprescindible
no seguir postergando por más tiempo la convocatoria del VI
Congreso del PCC, el primero del
Siglo XXI y comenzar los preparativos para su celebración.
Lo más pronto posible debe presentarse el llamamiento y el
proyecto de
programa para que sea discutido amplia y abiertamente, en las
reuniones y en la prensa del Partido, garantizando que todas las
opiniones de las bases sean tenidas en cuenta, junto con nuevos
mecanismos democráticos de aprobación por todos los
militantes, de manera que el sentir común de los comunistas
de la base y de todo el pueblo queden plasmados en el
nuevo programa, y los nuevos acuerdos que deberán guiar los
pasos futuros de nuestra sociedad en la nueva coyuntura
internacional. El Programa deberá ser aprobado democráticamente
por los militantes..
Hoy
17 de noviembre de 2006, a un año exacto del histórico
discurso del Comandante en Jefe, en la Universidad de la Habana,
donde dijo que los revolucionarios cubanos debíamos
resolver los graves problema que aquejaban a al Revolución,
o nosotros mismos podríamos destruirla, ninguna mejor recordación
de aquel acontecimiento, que la discusión colectiva
de todos esos problemas en el seno de nuestro Partido Comunista.
CE
del autor: perucho1949@yahoo.es
La
Habana, 17 de noviembre de 2006.
*Consejo
de Ayuda Mutua Económica. Organización de cooperación e
integración económicas a la que pertenecían los países
socialistas y donde Cuba y Viet Nam recibían tratos
preferenciales por ser los menos desarrollados del grupo.
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