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Félix Sautié

 

LA ÉTICA Y LA IMPORTANCIA DE UNA REFERENCIA TRASCENDENTE. CONTENIDO Y FORMA. (VI)
Félix Sautié Mederos
E-Mail: fsautie@yahoo.com

Ética Política, Cristiana y Revolucionaria.

Los fundamentos paradigmáticos que sostienen el desarrollo, enunciado así como la practica de una moral y una ética cristianas e incluso revolucionaria, por definirlas más específicamente de acuerdo con las finalidades y objetivos que me han animado a escribir esta serie de artículos para POR ESTO, además de dar base para su conformación conceptual y en definitiva su ejercitación consecuente, constituyen un punto de partida que es necesario dejar claramente explicitado a los efectos de la conducta que nos interesa difundir como parte de una política cristiana y revolucionara acorde con las exigencias de  un mundo polarizado que se globaliza aceleradamente con un ritmo y una impronta que nos tratan de imponer los grandes intereses que hoy pujan para convertir a la humanidad en un feudo dominado por la explotación, el engaño y las escenografías de color rosa que nos presentan con formas edulcoradas al consumismo como la más eficiente alternativa del mundo de hoy. 

Algo ya he apuntado anteriormente, pero en definitiva necesita de un mayor desarrollo conceptual por ser de primera importancia para el desenvolvimiento de este tema. La validación intersubjetiva de la ética que propugno con mi ejercicio docente y con los artículos que he estado publicando hasta el presente, es de importancia decisiva para el trabajo con la conciencia que se separa de los autoritarismos y las imposiciones con que muchas veces se ha tratado de construir un mundo nuevo en el medio en que me desenvuelvo. En mi criterio, uno de los problemas más complicados que ha adolecido la armadura moral y ética del proceso revolucionario cubano, ha tenido mucho que ver con las formas adoptadas para la educación moral y ética del pueblo en general y muy especialmente de las nuevas generaciones, pues estas formas han estado caracterizadas por un autoritarismo frío inundado por las certezas absolutas incuestionables que se derivan de un pensamiento oficial muchas veces sacralizado, que no ha admitido ni admite objeciones ni mucho menos críticas de ningún tipo. Esta moral y su ética correspondiente han pasado a formar parte por la fuerza de la autoridad de una única legitimidad posible que a pesar de su temporalidad humana se proclama sutilmente como lo trascendente  que le da validación indiscutible; y que además, se ha intentado sembrar dentro de las personas sin tener en cuenta su libre albedrío ni sus muy específicos intereses de índole familiar, vocacional, circunstancial desde el punto de vista de las posibilidades económicas propias de cada cual dentro de su medio y sus problemáticas específicas, ni tampoco de sus creencias religiosas ni de su formación cultural y humana en sentido general. Todo lo cual ha traído como consecuencia una aceptación formal impregnada por el miedo a perder el estatus social e incluso en muchas ocasiones el trabajo y/o la profesión misma, lo que constituye una de las bases determinantes de la doble moral que tanto preocupa en la actualidad. Este automatismo con la moral y la ética, ha traído como consecuencia en el de cursar de los años la necesidad de desarrollar un verdadero rearme moral de la Sociedad Cubana contemporánea en el que, ante todo, se defina adecuadamente los principios éticos que deberían dar una base sólida a este rearme que principalmente debería desarrollarse dentro de las conciencias de las personas a partir del más estricto respeto a su libre albedrío, su libertad de conciencia y sus derechos humanos básicos.

Otro problema importante en este sentido es el referente temporal de una ética que se basa en un pensamiento solo de una persona o de un grupo de personas, que como todo lo específicamente humano posee una dinámica temporal que solo podría ser validada después de haber hecho bien la obra de la vida al decir de José Martí, cuando la muerte convierte en realmente trascendente a lo que se piensa y/o se predica en el devenir de la existencia que siempre se encontraría ante la posibilidad objetiva y subjetiva de ser cambiado por nuevos criterios o negado por actitudes inconsecuentes entre lo que se dice y lo que se hace. En consecuencia, el sello definitivo de un paradigma trascendente, lo da la muerte como por ejemplo, podríamos señalar en los casos de José Martí, Félix Varela, Simón Bolívar, Benito Juárez, Ernesto Che Guevara y Monseñor Oscar Arnulfo Romero por tan solo mencionar algunas de las personalidades que más han influido  entre nosotros. Estas insignes personalidades, con su paso por la vida rumbo a la eternidad de que ahora disfrutan, se ha logrado la validación definitiva del paradigma que ellos en sí mismos constituyen.

En este orden de pensamiento, quiero traer a la  consideración un extenso párrafo que plantea el conocido teólogo Enrique Dussel, actualmente asentado en México en su obra titulada “Ética de la liberación en la edad de la globalización y de la exclusión” Editorial Trotta Madrid, 1988, página 167, para posteriormente exponerles un conjunto de consideraciones al respecto de su contenido que habrán de llevarnos a comprender mejor la necesidad de que la ética posea una referencia trascendente: “La vida humana en su dimensión racional sabe que su vida, como comunidad de vivientes, queda asegurada con el concurso de todos. La comunicación lingüística es una dimensión esencial de la vida humana, y la argumentación racional, una nueva <<astucia>> de la vida. En este sentido la moral moderna ha aportado un nuevo tratado conocido sólo parcialmente con anterioridad: los procedimientos de la moral formal para obtener validez intersubjetiva o las condiciones para tener seriamente una pretensión de validez o de universalidad. Si el aspecto de contenido (o material) de la ética, que queda determinado por el criterio de la verdad práctica (universalidad intensiva), funda el principio material de la ética, el aspecto formal de la moral, en relación al criterio de validez, funda el principio procedimental de universalidad (extensivo o intersubjetivo) del consenso moral. Nuestra tesis agrega además,….., que la verdad práctica del contenido de la acción debe articularse adecuadamente con la validez intersubjetiva constituyendo, desde la <<factibilidad>>concreta una unidad compleja en la que cada aspecto determina el otro de manera diversa y constituye lo que puede denominarse norma, la acción de la praxis, las estructuras del sujeto éticamente <<bueno>>. El bien tiene al menos un componente material y otro formal.” 

En consecuencia, ante lo expuesto por el eminente profesor Dussel, con lo cual estoy plenamente de acuerdo, quisiera exponerles a continuación algunas consideraciones esenciales que me planteo al respecto del tema en cuestión: 

-Si la vida humana es una existencia eminentemente social, la moral y la ética humanas, en consecuencia tienen un origen conceptual y una proyección práctica eminentemente social.

-De lo anterior podemos concluir, que nuestra ética como praxis concreta de la moral que confesamos, ha de ser una ética proyectada hacia el exterior, hacia el prójimo, hacia la comunidad y hacia la humanidad en sentido básico general.

  1. De aquí la expresión de Dussel, en el sentido de que la vida como comunidad de vivientes queda asegurada con el concurso de todos, es el enunciado de un compromiso y de una vocación social y comunitaria, contraria al aislamiento, al egoísmo y  al escapismo. Si el concurso de todos es la seguridad básica de la comunidad de vivientes, entonces todos estamos obligados desde el punto de vista moral y por principio esencial de la vida, a volcar nuestro concurso hacia el exterior.
  2. Luego nuestra moral y nuestra ética, han de ser esencialmente participativas y comunitaristas. Debo llamar la atención sobre la cultura de los términos, porque considero que tenemos que ser los suficientemente responsables  en nuestro cultivo espiritual y cultural, como para manejar los términos en sus acepciones adecuadas, por lo que espero que no se confunda el término comunitarismo con el término comunismo, y se vaya desde  esa deficiencia cultural a confundirse este término con el concepto comunismo específicamente en su acepción ideológica. Comunitarismo es la acción  solidaria y participativa de las personas con la Comunidad en que se encuentran enmarcadas, y con la extensión en lo geográfico – epocal adecuado. El Cristianismo es una concepción comunitaria básica, y quiero recordar aquella referencia que a ello se hace específicamente en Hechos, 4, 32 al 34, la cual constituye en mi opinión una de las más hermosas expresiones de la Utopía paradigmática que constituye el Reino de los Cielos predicado por Jesús de Nazaret “La multitud de los creyentes tenía un solo corazón  y una sola alma. Nadie consideraba sus bienes como propios, sino que todo lo tenían ellos en común.  Los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús con gran poder. Y gozaban todos de gran simpatía. No había entre ellos ningún necesitado, porque todos los que  poseían campos o casas los vendían, traían el importe de las ventas, y los ponían a los pies de los apóstoles y se repartía a cada uno según su necesidad.”
  3. Nuestra dependencia existencial de lo social, requiere de una comunicación codificada que nos permita entender a los demás y hacernos entender por parte de los demás y de aquí la razón de ser de la frase de Dussel en el sentido de que “ La comunicación lingüística es una dimensión esencial de la vida humana, y la argumentación racional, una nueva <<astucia>> de la vida.” , porque precisamente la lingüística es nuestro nexo de unión con la realidad familiar y comunitaria, la lingüística ha creado códigos que nos permiten cifrar el pensamiento para exteriorizar el mensaje de forma que pueda ser descodificado por quienes se encuentran a nuestro alrededor. Y de aquí saca Dussel sus conceptos de lo que son la Moral Formal y la Ética Formal, que expresa a continuación de los párrafos que les cité al principio como un desarrollo lógico de las expresiones que contienen en si mismos cuyo contenido esencial les parafraseo con las siguientes palabras: Tenemos que la Moral Formal y la Ética Formal, constituyen la descripción cifrada en códigos de comunicación factibles de ser descodificados por todos (lingüística), de forma que se puedan describir el contenido material de estos conceptos, además de hacer posible la abstracción teológica, filosófica y científica en sentido generalizado, que nos permita trabajar en la conceptualización y desarrollo del contenido de éstos términos.

Sé que todo constituye una abstracción filosófico – conceptual compleja; pero para trabajar con estos términos tenemos que acostumbrarnos al manejo de estas abstracciones. 

En relación con estas consideraciones derivadas del análisis  de los párrafos del profesor Dussel que les comento nos encontramos con que CONTENIDO Y FORMA, son dos categorías filosóficas esenciales, para todo nuestro trabajo conceptual y sobre todo para el análisis y comprensión del párrafo, lo que resulta básico a los efectos del tema que estamos tratando. Cuando Dussel habla de la Moral Formal le da una importancia de peso, que debemos tener muy en cuenta porque si bien el teoricismo abstraccionista es un vicio contrario a la praxis social, también tenemos que el ejercicio de la praxis social sin tener en cuenta a la moral, a la ética y a los principios formales, así como su consecuente elaboración teórico – metodológica, resta contenido al ejercicio práxico y puede ser caldo de cultivo adecuado para desviaciones y corrupciones que desvirtúen su contenido y su esencia específica; y en este orden de pensamiento podremos expresar algunas consideraciones que entiendo muy importantes de  que se tengan en cuenta: 

  1. Encontramos que el valor de la Moral Formal y de la Ética Formal constituyen de validez excepcional para lograr su adhesión generalizada en la sociedad mediante su difusión máxima. Si no existiera la expresión formal de la Moral y de Ética sería prácticamente imposible estudiarlas, analizarlas, difundirlas, obtener consenso de adhesión y lograr la formación extensiva e incluyente conforme a los principios y valores que se detentan al respecto.
  2. A lo anterior se refiere el término validez intersubjetiva, la validez intersubjetiva está determinada por la comunicación de lo subjetivo entre las personas, por eso la Moral Formal y la Ética Formal, constituyen los conceptos esenciales para el estudio de nuestro tema Ética política cristiana y revolucionaria. La validez intersubjetiva quiere decir específicamente que el código o término que expresa determinada norma o concepción pueda ser identificado y comprendido desde el punto de vista lingüístico comunicativo por todos de igual forma y que todos entiendan lo que se quiere expresar. Cuando hablo de todos me refiero al grupo social que identifica, asimila, acepta y practica una determina concepción moral así como su expresión ética correspondiente.
  3. Al hablar del principio procedimental de universalidad (extensivo  o intersubjetivo) del consenso moral, Dussel nos está señalando específicamente que para que haya consenso social en torno a una determinada Moral y una determinada Ética, tiene que realizarse una comunicación intersubjetiva que haga extensivo el conocimiento de esa elaboración formal que le da contenido objetivo a los términos  que estamos analizando. Quiero citarles en apoyo a este análisis, lo que se expresa en Mateo 10; 7 – 10: “Yendo proclamad  que el Reino de los Cielos está cerca. Curad enfermos, resucitad muertos, purificad leprosos, expulsad demonios. Gratis lo recibisteis; dadlo gratis. No os procuréis oro, ni plata, ni cobre en vuestras fajas; ni alforjas para el camino, ni dos túnicas, ni sandalias, ni bastón; porque el obrero merece su sustento”. He aquí una expresión clara de Jesucristo en relación con la necesidad de la comunicación intersubjetiva, que como todo lo de Jesús de Nazaret va acompañada de un diseño Moral y Ético preciso para la forja del individuo como tal. Jesucristo durante su denominada vida pública se dedicó de lleno a la prédica y la enseñanza a los efectos de lograr el necesario consenso moral entre los hombres.
  4. Al hablar de que el contenido de la acción debe coordinarse con la validez intersubjetiva para constituir desde la validez intersubjetiva, y añadiría por mi parte desde la factibilidad que se reconoce dentro del consenso,  lo que textualmente expresa el autor como: “una unidad compleja en la que cada aspecto determina al otro de manera diversa y constituye lo que puede llamarse norma, la acción, la praxis, las estructuras del sujeto éticamente <<bueno>>”. En mi criterio esta valoración resulta de excepcional importancia para comprender el valor real de la Moral Formal y de la Ética Formal, que  facilitan la comunicación intersubjetiva y por tanto se convierten en instrumentos facilitadores de su difusión, anuncio y enseñaza encaminados a desarrollar al  individuo moral y éticamente formado, al hombre nuevo de que nos habla el Evangelio. Ese nuevo hombre que nos plantea Pablo en Efesios 4; 22 – 24: “despojaos, en cuanto a vuestra vida anterior del hombre viejo que se corrompe siguiendo la seducción de las concupiscencias, renovad el espíritu de vuestra mente, y revestíos del Hombre Nuevo, creado según Dios, en la justicia y la santidad de la verdad.”

Por otra parte en relación con el contenido  de la moral y la ética nuestro autor es muy preciso y específico al definir el contenido de la Moral y la Ética, como el aspecto material que queda delimitado por el criterio de la verdad práctica que fundamenta el principio material de la  Moral y de Ética. Aquí se nos dice que la verdad material, en el sentido de objetiva, es la que determina el contenido material de estos conceptos básicos. Solo desde la verdad es posible conformar una Moral válida y una ética viable, practicable, posible, realizable. En los Evangelios tenemos múltiples anuncios y enseñanzas que fundamentan esta realidad, pero de todas he escogido lo que expresa Lucas en el Capítulo 4, versículo 16 en adelante, en relación con las enseñanzas de Jesús en la Sinagoga de Nazaret, cuando afirmó explícitamente haciendo referencia a las sagradas Escrituras actualmente  recogidas por el Cristianismo en el Antiguo Testamento que Él era el Mesías, al comentar  el pasaje del profeta Isaías que plantea:

      “El Espíritu del Señor sobre mí,
      porque me ha ungido
      para anunciar a los pobres la Buena Nueva,
      me ha enviado a proclamar la liberación de los cautivos,
      y la vista a los ciegos,
      para dar libertad a los oprimidos
      y proclamar un año de gracia del Señor.”

Jesús con las palabras de Isaías, deja claramente expresada su misión anunciar a los pobres la Buena Nueva,  ahí en ese concepto está señalada  la importancia de la verdad que da contenido a la Moral y por ende a la Ética que Él viene a proclamar, a enseñar con su magisterio humano – divino, a poner en ejecución práctica y viable. Para concluir estos comentarios sobre la cita que inicialmente planteo, citaré un nuevo párrafo de Enrique Dussel en la obra  que estamos comentando, que dice textualmente:...”La norma básica de la moral formal es la de  fundamentar y aplicar en concreto las normas, juicios  éticos, decisiones, enunciados normativos o diversos momentos de la ética material. Sin el cumplimiento de la norma básica de la moral formal las decisiones éticas no adquieren <<validez>> comunitaria, universal; podrían ser efecto de egoísmo,  solipsismos  o  autoritarismo violento...” Dussel, expresa claramente el concepto de moral como fundamento de la ética en concreto, expresada en normas de regulación de la conducta del individuo y que hay una interrelación dialéctica entre contenido y forma  en las que se adquieren validez comunitaria universal, o sea que se afirman como la verdad evidente para todos, y  así mismo plantea que cuando los individuos se alejan del Marco de Referencia que establece la Moral Fundamental, entonces las acciones realizadas por quienes así actúan, pueden desviarse de los marcos    normativos de la moral y estar determinadas por: egoísmo, solipsismos o autoritarismo violento. 

En consecuencia de todo este análisis,  se puede deducir como resultado de una meditación profunda de su significado específico que el sello de lo  trascendente de la prédica y la práctica consecuente de Jesús Nazaret quien fuera crucificado por la Roma imperial a instigación de los escribas y fariseos quienes habían sido denunciados por El Maestro en su falsedad y legalismo que ahoga al pueblo judío, le da una verdadera validez intersubjetiva a la Ética política, cristiana y revolucionaria que les estoy exponiendo en esta serie de trabajos, porque provienen de un resucitado que ha determinado para siempre en la Historia de la Humanidad y que para los cristianos es Hombre y Dios verdaderos y por tanto incorruptible e inalterable ante las posibles veleidades humanas que puedan surgir como resultado de una conducta desviada o por motivos del desgaste propio de una biología que es finita y temporal.