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Cómo practicar Zazen sin complejos
Práctica
guía Extraído
de No-michi
El lugar Para
hacer Zazen conviene una habitación silenciosa y, en la medida de lo posible,
dedicada únicamente a Zazen. No debe ser demasiado oscura ni demasiado
luminosa, ni demasiado cálida ni demasiado fría (demasiado es el origen de
todas las perturbaciones). La simplicidad y la limpieza deben ser
protegidas. “En
un altar situado en el centro, se coloca una imagen de Buda, de un Bodhisatva
o de un santo. De esta manera, ningún demonio ni ningún espíritu maléfico
podrá perturbaros. Quemad incienso, encended una vela y ofreced flores. Los
Budas y Bodhisatvas que preservan la enseñanza auténtica proyectarán su luz
sobre ese lugar y lo protegerán. Si lo hacéis así, ese lugar, por pequeño que
sea, se convertirá en un verdadero Dojo, en un lugar de alta dimensión
espiritual”. La forma de sentarse Caminamos
así hasta llegar a nuestro sitio. Por lo general, en los Dojos Zen
tradicionales, cada practicante tiene un lugar determinado. En él se
encuentra un zafu (cojín de Zazen) y un zafuton (especie de
estera o cojín plano). El zafu es un objeto altamente apreciado y respetado
en el Zen. No es un cojín vulgar, sino el asiento del Buda. El origen del
zafu se remonta al Buda Shakyamuni. Se cuenta que antes de inmovilizarse en
Zazen, el Buda se fabricó un cojín de hierbas secas, con el fin de poder
bascular la pelvis hacia adelante y poder apoyar con fuerza las rodillas en
el suelo. De esta manera se consigue una postura estable y equilibrada y una
curva lumbar justa. El zafu nunca debe ser golpeado con el pie, ni
arrojado, ni maltratado. Cuando
llegamos delante del zafu saludamos con las palmas de las manos juntas (gassho),
manifestando así nuestro respeto hacia el lugar en el que nos convertiremos
en Buda y nos situamos delante de nuestro zafu, frente al muro, una vez que
hemos bordeado el zafu por la izquierda. Nos sentamos sobre el zafu tranquilamente, sin precipitación y sin dejarnos caer como un peso muerto. Controlamos el movimiento que nos conduce de la posición erguida a la posición sedente. Nos sentamos justo en el centro del zafu, ni demasiado a la izquierda ni demasiado a la derecha, ni demasiado al borde ni demasiado atrás. Para
Zazen existen dos posturas posibles: loto y medio loto. Dogen
Zenji escribe en el Fukanzazengi: “Para la postura de loto
poned primero vuestro pie izquierdo sobre el muslo derecho y el pie derecho
sobre el muslo izquierdo. Para la postura de medio loto, contentaros con
presionar vuestro pie izquierdo contra el muslo derecho”. Sólo
estas dos posiciones son válidas para Zazen. Debemos rechazar cualquier otra,
así como todo tipo de instrumentos de apoyo, tales como banquillos,
sujeta-barbillas, etc. Lo
esencial de Zazen es que las rodillas se apoyen fuertemente en el suelo y las
nalgas sobre el zafu. Este triángulo es la base de la postura de Zazen.
La inmovilización Una
vez que estamos seguros de la estabilidad de la postura y de la verticalidad
de la columna vertebral, hacemos gassho, inspiramos por la nariz y nos
inclinamos en gassho al mismo tiempo que espiramos por la boca. Al
inspirar volvemos a la vertical y disponemos las manos de la siguiente
manera: la mano izquierda sobre la mano derecha, palmas hacia arriba. La
mano izquierda reposa sobre la palma de la mano derecha, los dedos pulgares
se tocan suavemente, formando una línea completamente horizontal. Si la
postura de las piernas es correcta, las manos están apoyadas en los talones
de los pies. El tono muscular de las manos es muy importante. Antes de
inmovilizarnos totalmente, inspiramos con fuerza por la nariz y espiramos por
la boca vaciando los pulmones del aire viciado. Esta respiración se repite dos
o tres veces. Después de lo cual nos inmovilizamos absolutamente y respiramos
por la nariz, en silencio y con delicadeza. ¿Cómo se ha de hacer zazen? Zazen significa: Absorción
de la conciencia en su propia luz original a través de una estabilidad perfecta
del cuerpo y de la mente. Para conseguir este
apacible equilibrio debemos tener en cuenta tres aspectos fundamentales:
2. Respiración justa. 3. Actitud de la
conciencia justa. Posición corporal justa A parte de las indicaciones
dadas anteriormente, debemos tener en cuenta también los siguientes puntos: • La postura de loto es,
por excelencia, la postura de Zazen. En el caso de que encontréis una
imposibilidad a la hora de tomar esta postura, debéis consultar con un Maestro
Zen, que es la persona mas cualificada para indicaros el proceso a seguir. En
la postura de loto, los pies presionan sobre cada muslo unas zonas que
contienen importantes puntos de acupuntura correspondientes a los meridianos
del hígado, vesícula y riñones, estimulándolos y fortaleciéndolos. • La pelvis debe estar
basculada hacia adelante a nivel de la quinta vértebra lumbar. De esta manera
la masa de los órganos internos queda libre y colocada hacia adelante, lo
cual les permite un funcionamiento más óptimo y al mismo tiempo aligera la
carga de la columna vertebral. • La columna vertebral
debe estar lo más derecha posible, respetando sus curvas naturales. En el Zen
se dice: Empujad el suelo con las rodillas. Empujad el cielo con la
coronilla. • La barbilla debe estar
recogida y la nuca estirada. • La nariz se encuentra en
la misma línea vertical que el ombligo. • El cuello esta relajado
y los hombros caen naturalmente. • La boca esta cerrada,
sin crispación. Las mandíbulas se tocan. La extremidad de la lengua toca el
paladar superior durante zazen. • Los ojos están
semicerrados, la mirada se posa, sin fijarse, a un metro delante de sí. La
mirada esta, de hecho, vuelta hacia el interior. • No se mira nada, aunque
se ve todo. Los dedos pulgares no deben desplomarse ni subir, sino permanecer
en una horizontalidad perfecta. • La cabeza tampoco debe
caer hacia adelante ni hacia atrás, sino permanecer justo sobre los hombros. Respiración justa La respiración Zen desempeña
un papel fundamental en la meditación y en todas las acciones de la vida
cotidiana Ante todo va dirigida a establecer un ritmo lento, poderoso
natural. Esta respiración esta esencialmente basada en una espiración larga y
profunda. Como hemos dicho antes, al
principio de Zazen hay que inspirar varias veces por la nariz y espirar por
la boca. A partir de aquí la respiración debe volverse completamente
silenciosa y nasal. ¿Debo controlar o forzar mi respiración? la respuesta es:
“Sólo se puede controlar aquello que se conoce íntimamente”. Lo primero que un
principiante debe hacer es observar atentamente su respiración y volverse
íntimo con ella. Las zonas más importantes
que actúan directamente sobre la respiración son: caja torácica, músculos dorsales,
músculos pectorales, diafragma, músculos intercostales y músculos
abdominales. Según el nivel de
actuación de estas zonas, podemos decir que existen tres tipos esenciales de
respiración: a) Torácica. Es la más
superficial de todas. La inspiración predomina sobre la espiración. Es una
respiración propia de personas excitadas y excitables. En esta respiración
interviene la caja torácica, los músculos pectorales y, muy débilmente, el
diafragma. b) Diafragmática. La
espiración se vuelve ya mas profunda debido a la presión que los músculos
intercostales ejercen sobre la caja torácica, vaciándola un poco más. Esta
respiración supone un diafragma flexible, lo cual requiere una cierta
relajación de los músculos dorsales. Mi experiencia en el Dojo me ha hecho
comprobar que la mayoría de las personas, en la época moderna de las grandes
ciudades, llegan con un diafragma rígido que impide una espiración larga y
profunda. E1 primer paso consistiría pues en suavizar la tensión del
diafragma. c) Abdominal. En la respiración
abdominal se continúa el oleaje muscular provocado por la presión que la caja
torácica ejerce sobre el diafragma, y éste a su vez, sobre los músculos
abdominales. Esta respiración supone un gran vaciado de los pulmones y por lo
tanto una mayor cantidad de aire nuevo al inspirar. En esta inspiración, la
espiración es mas larga y potente que la inspiración. El oleaje muscular
puede ser prolongado hasta el bajo vientre, hasta el llamado HARA o
KIKAITANDEM (océano de energía) en japonés. Esta es la respiración
propia de Zazen, hacia ella debemos tender. Pero hay que tener cuidado.
Muchos practicantes se equivocan en este punto, ya que intentan forzar una
espiración larga y potente sin comprender antes el mecanismo completo de la
respiración.
Gracias a la práctica de
Zazen en una postura corporal justa, esta respiración se vuelve poco a poco
habitual en nuestra vida cotidiana e incluso durante el sueño. Esta respiración Zen
aumenta nuestra energía vital. La actitud justa de la conciencia La actitud del espíritu
fluye naturalmente de una concentración profunda sobre la postura y la
respiración.
Sentado, sin meta, se
puede comprender MUSHOTOKU e HISHIRYO, secretos de la esencia del Zen. Pero
esta comprensión es diferente a la del sentido común o a la de intelecto. Es
percepción directa.
HISHIRYO es la conciencia
cósmica, y no la conciencia personal. Podemos experimentarla durante Zazen.
Durante Zazen pensamos en nuestras ansiedades, en nuestra vida cotidiana, en nuestros
amigos, en nuestras vacaciones, en todo los fenómenos que provienen de
nuestra memoria, pero si nos concentramos profundamente sobre nuestra
postura, sobre la respiración, podemos detener los pensamientos, podemos
olvidarlo todo y armonizarnos con el pensamiento cósmico. E1 subconsciente
surge así a la superficie, gracias a este abandono. Los pensamientos se
alargan, se ensanchan profundamente y alcanzan la conciencia universal.
Podemos llegar hasta el final de esta conciencia universal. Podemos llegar
hasta el final de esta conciencia última, pero para ello no debemos
trascender los pensamientos de nuestra autoconciencia. Este es el arte
esencial del Zazen.
“Pensad sin pensar. ¿Cómo
se piensa sin pensar? Pensando desde el fondo del no-pensamiento. Esta es la
dimensión cósmica, HISHIRYO”.
Zazen es
alcanzar la condición HISHIRYO. El abandono del
ego es Satori. La Nada incluye
el Todo. Una mano
abierta puede recibirlo todo. Una botella
vacía puede ser llenada. El cielo puro e
infinito no es perturbado por el vuelo de las nubes blancas.
Dogen Zenji enseñó: “Desde
el comienzo de Zazen debemos descartar la relajación física y mental y la
distracción.” Efectivamente, durante Zazen podemos caer en dos estados
perniciosos para la salud física y mental y totalmente contrarios al estado
de vigilia de un Buda.
“El Zazen del que yo hablo
no es el aprendizaje de una técnica de meditación. Es el Dharma de la Paz y
de la Felicidad, la Practica-Realización de un Despertar Perfecto. Zazen es
la manifestación de la Realidad Ultima. Las trampas y las redes del intelecto
no pueden atraparlo. Una vez que hayáis comprendido su esencia, seréis
parecidos al tigre cuando penetra en la selva y al dragón cuando penetra en
el océano”.
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