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Zen (japonés)
— Chan (chino) Puede considerarse un método mediante el cual se
logra un estado de “estar despierto”. Algunos lo consideran una vía práctica
desarrollar la liberación o iluminación de la formas erróneas de pensar,
sentir y actuar. Y a través de esa liberación volver al estado original de la
naturaleza humana. Es en la soledad de la meditación, donde será más fácil
llegar a ese estado del espíritu. Así, la mente se convierte en un espejo que
nada rechaza y que tampoco guarda nada. Estamos acostumbrados a manifestarnos en una visión dualista de todo cuanto existe, y como consecuencia, casi inevitable, surgen confrontaciones entre el hombre y la naturaleza, enfrentamientos entre los hombres mismos y disconformidades del hombre consigo mismo. El zen es la vía que nos conduce del estado de dualidad actual al estado único esencial del ser, donde todo es uno, y es capaz de resolver confrontaciones, enfrentamientos, disconformidades. ¿Porqué tendría que durar años de meditación volver
a la mente original que estuvo todo el tiempo iluminada?, -preguntaba un
discípulo. Los maestros zen afirman que esto se
debe a que estamos limitados por una creencia única en la personalidad
propia, y que esa ilusión nos ciega a una realidad mayor. La
experiencia absoluta del zen debe ser vivida
personalmente. Es sumamente difícil explicarla mediante palabras. Es
fundamental comprender que el zen no es sólo una
postura; es también una práctica de vida. En la cotidianidad de nuestros
días, instante a intente, podemos desarrollar nuestro zen
más profundo. Maria Rosa Perea 4-1-2006 |