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Existe una estrecha
relación entre información y conocimiento. La información es la base del
conocimiento, pero este último a su vez es fuente de información. No
toda información se convierte automáticamente en conocimiento. Es
necesario todo un proceso de análisis para identificar aquellos
componentes que realmente nos pueden servir para esclarecer los
interrogantes surgidos dentro de determinada área del saber. Es decir,
el conocimiento requiere de cierto grado de razonamiento y
enjuiciamiento que organiza la información mediante su comparación y
clasificación. Para ello es nececesario un ejercicio interactivo
sujeto-objeto del conocimiento, en el cual se debe asumir una posición
crítica y creativa, con el propósito no solo de apropiarnos de la
información disponible, sino, además, y sobre esta base, generar nuevo
conocimiento.
Nos encontramos ante
una verdadera revolución en el conocimiento. Se estima que en los
últimos treinta años, en los países más desarrollados se ha producido
más conocimiento que en los cinco milenios anteriores. En la actualidad
cada cinco años se duplica la información disponible y esta franja
tiende a acortarse cada vez más. El principal vehículo de propagación
momentánea de la información, desafiando las nociones de tiempo y
espacio, son las llamadas redes de información internacional,
especialmente el Internet. Esta red de redes ofrece posibilidades
infinitas de información sobre todos los campos de la actividad humana,
permiento su uso con fines educativos, investigativos, militares o
comerciales.
El Internet es algo
así como una gran autopista de la información interactiva, en la cual
podemos navegar indefinidamente, conectarnos a través de los llamados
sitios con personas en cualquier parte del mundo, hacer negocios,
intercambiar opiniones, conseguir empleo, etc. Pero el Internet es un
mundo sin control, en el cual podemos expresar lo que queramos y al
mismo tiempo exponernos a la influencia de todo tipo de información. Y
es que el Internet, maravilla tecnológica de finales del siglo XX, al
igual que otros medios de comunicación como el teléfono, la radio y la
televisión, puede contribuir al desarrollo de la humanidad o por el
contrario a la proliferación de valores que impidan el avance del
conocimiento. Todo depende del uso que le demos. No hay que olvidar que
el Internet es ante todo un cibermercado electrónico, en donde el
consumismo encuentra su máxima fetichización. Casi todo está al alcance
de tu mano. Solo hay que tener capacidad de compra y una tarjeta de
crédito.
El crecimiento del
Internet ha sido impresionante. De acuerdo con un informe del
Departamento de Comercio de Estados Unidos, si la radio debió esperar 38
años para alcanzar 50 millones de oyentes, y la televisión 13 años para
lograr el mismo objetivo, la Internet sólo necesitó cuatro años. Se
calcula que en los últimos cinco años más del 25% del crecimiento de los
Estados Unidos corrió por cuenta de los sectores de informática y
comunicaciones./10
Es tal el impacto de
la revolución informática que ya se empieza a hablar de una
Cibersociedad, dentro de la cual está surgiendo toda una Cibercultura. Y
no es para menos, pues aparte de la virtualización de las relaciones
entre las personas, se estima que en la primera década del siglo
entrante por lo menos el 90% de los negocios se hará a través del
Internet. Es decir, nos aproximamos a la era de la
Cibereconomía.
Otro fenómeno
informático de actualidad es el surgimiento de la cibereducación. Las
redes inteligentes están revolucionando los métodos de educación en todo
el mundo. Los conceptos de bibliotéca electrónica, aula inteligente,
conferencias interactivas vía internet, correo electrónico, los llamados
chats, etc. están cambiando los métodos tradicionales de aprendizaje y
socialización del conocimiento. No está lejano el día en que la
tradicional clase de tiza y tablero desaparezca por completo, y con ella
el profesor sabelotodo. En el futuro la función del profesor se centrará
fundamental en la dirección del proceso de aprendizaje, el cual
transcurrirá casi en su totalidad por fuera del aula de clase. Incluso
las consultas y las evaluaciones podrán hacerse directamente a través
del Internet. En estos momentos ya se puede realizar estudios de
postgrado via Internet.
Actualmente está en
desarrollo el proyecto GLOSAS(Global Sistems Analysis and Simalation)
que pretende, a través del sistema de computadores y de técnicas
avanzadas de telecomunicaciones, integrar a los expertos e
investigadores de muchos países en la búsqueda de nuevas soluciones a
los problemas actuales de la humanidad. Dentro de este proyecto está la
creación de una Universidad Global Electrónica, concebida como una red
educativa a nivel mundial. Su objetivo será no solo el intercambio de
conocimientos en el campo de la educación, sino también buscar un mayor
acercamiento y comprensión entre todos los pueblos del mundo. Dentro de
este mismo proyecto esta contemplada la creación de la Universidad
Global Latinoamericana, la cual tendrá como eje de su quehacer colaborar
en la reducción del impacto del deterioro ambiental, la destrucción del
econsistema y la desaparición de especies en la región. Entre otros
propósitos están la internacionalización de oportunidades educativas, el
uso de tecnologías educativas avanzadas y el respaldo a la
investigación.
No hay duda de que la
revolución telemática nos brinda enormes posibilidades de mejorar
nuestras ventajas competitivas en el escenario mundial. No obstante,
para ello se requiere, aparte de concientizarnos sobre su importancia,
inversiones en infraestructura adecuada para tal fin. América Latina
hasta ahora está empezando a insertarse en el mundo moderno de las redes
de información. Se calcula que el número de usuarios conectados a
Internet de elevó de 3 millones en 1994 a más de 100 millones para
finales de 1997./11 En América Latina el número de cibernautas supera ya
los 8 millones y su crecimiento es acelerado. En Colombia el número de
usuarios se ubica entre 63mil y 120mil./12
Pero no todo es color
de rosa. La revolución informática hace que cada vez más individuos
pierdan su privacidad, pues todo lo concerniente a su personalidad,
familia, propiedades, gustos, etc., se convierte en patrimonio de muchas
personas. En la era de la informática el individuo tiende a convertirse
en un registro más de la gigantesca base de datos, manipulada, tanto por
los organismos del Estado, como por innumerables empresas, desde los
supermercados hasta las entidades financieras. Es tal el poder de la
información que en la actualidad las guerras-comerciales o militares-,
se ganan antes de que se den efectivamente sobre el terreno, gracias a
la capacidad y a los medios para conocer de antemano la situación del
rival. Todos sabemos que en estos momentos con ayuda de satélites,
aviones "invisibles", e instrumentos de visión nocturna, no es difícil
detectar los movimientos del enemigo, su potencial bélico, e incluso
averiguar la situación de las reservas naturales de determinada región o
país. El viejo espionaje político y militar cede cada vez más terreno al
espionaje del conocimiento, especialmente en el campo de las tecnologías
de punta. Este espionaje se ha sofisticado con el uso del Internet, al
punto que adolescentes han penetrado los archivos del propio Pentágono,
cebrero militar del primer Estado policía del mundo. El ciberespionaje
puede paralizar en el futuro empresas, bolsas de valores, bancos de
datos e incluso países. A través del ciberespacio y en general, de los
medios eléctronicos de procesamiento de información, navegan agazapados
los temibles virus, que pueden destruir o alterar información
valiosa.
Igualmente, la fiebre
del Internet ya está generando problemas de salud pública. Ha surgido la
ciberadicción, que como cualquier otra forma de adicción, produce
dependencia. Muchas personas están siendo tratadas para curarse del
electrónico mal, que no solo arruina su salud sino, incluso, su vida
familiar. |