ALGUNAS CONSIDERACIONES ACERCA DE LA
EDUCACION VIRTUAL
UNIVERSIDAD JORGE TADEO LOZANO - Abril de 2004 -
Guillermo Ramírez
Contenido
- Introducción
- ¿Por
qué educación virtual?
- ¿Quién
necesita la educación virtual?
- ¿Qué
se puede hacer por medio de la educación virtual?
- ¿Qué
ventajas tiene la educación virtual?
- ¿Qué
ventajas tiene para la institución?
- ¿Cómo
es un curso virtual?
- Introducción
Ninguna
disciplina del quehacer humano ha sido más afectada en la
historia por los grandes cambios tecnológicos que la
educación. Desde la invención de la escritura, los seres
humanos con vocación educadora han utilizado todas las
herramientas tecnológicas a su alcance para enriquecer el
proceso educativo y propagar eficazmente el
conocimiento.
Cuando
surgió la revolucionaria innovación de la imprenta, se
estableció rápidamente el primer sistema de “educación
virtual”: el libro. Esta eficaz herramienta tecnológica
introdujo un nuevo concepto en la educación al permitir que el
discípulo recibiera todo el conocimiento del maestro aunque
ambos estuvieran a miles de kilómetros en el espacio o a
cientos de años en el tiempo. Hoy en día ningún educador duda
de las bondades de invitar a los autores de sus libros
favoritos como “profesores virtuales” de su aula.
Si la imprenta fue el invento más
influyente y revolucionario del milenio pasado, sin duda el
que hasta ahora lleva la delantera en cuanto a impacto y
perturbación del mundo que conocemos se llama Internet.
Naturalmente, la educación ha sido la primera en tomar nota de
su llegada y la pionera en poner a su servicio esta red
mundial de comunicación y conocimiento. Innumerables
aplicaciones y usos novedosos han surgido en el ambiente
universitario y han sido acogidos inmediatamente por
estudiantes y profesores ávidos de incorporar a su clase lo
último en tecnología.
Sin embargo, los esfuerzos personales de
algunos se ven muchas veces frenados por el ritmo diferente en
el que evolucionan las instituciones educativas a las que
pertenecen. El objetivo del presente documento es llamar la
atención a las universidades sobre la importancia de acoger y
fomentar el uso de las nuevas tecnologías de comunicación y
manejo de la información en las aulas de clase, ya sea como
complemento de los cursos presenciales o como fundamento de
nuevos cursos completamente virtuales.
Para una exitosa implantación de los
conceptos y herramientas de la educación virtual todos los
usuarios (profesores, alumnos, directivos) deben reconocer y
comprender el inmenso cambio cultural que se está presentando
en el proceso educativo, aprender a convivir con él y
capacitarse para aprovechar al máximo sus ventajas.
Este es un camino que no tiene marcha atrás
y que es preciso tomar con prontitud, ya que la comunidad
educativa lo está exigiendo con impaciencia.
[Arriba]
- ¿Por qué educación
virtual?
Existen muchas
definiciones de educación virtual o del reiterado término
“e-learning”. Todas involucran una ecuación muy simple:
(Educación + Internet). La mayoría plantean la distribución de
contenidos en múltiples formatos electrónicos, la creación de
una comunidad interconectada de estudiantes y profesores y la
administración y control de toda esta experiencia
educativa.
La tecnología
ha cambiado fundamentalmente el proceso de educación de las
personas. El conocimiento ya no está reservado a quienes
tienen acceso a la información reposada en bibliotecas y
facultades. En la actualidad, cada persona debe jugar un rol
activo en su adquisición de conocimientos sin depender de los
demás. El crecimiento y desarrollo profesional así como la
actualización permanente de sus capacidades son el resultado
de la decisión de cada individuo de mantenerse vigente y
competitivo. Hoy más que nunca el término “autodidacta” ha
cobrado validez y los educadores tienen que enfrentar a una
comunidad de alumnos más exigente y autónoma.
Internet tiene
la habilidad de nivelar el campo de oportunidades para todos.
Ya sea que se trate de un alumno de secundaria buscando la
respuesta a un problema de geometría o de su padre atendiendo
las exigencias de un programa MBA en línea, las posibilidades
son ilimitadas y la oferta es cada vez más extensa. A medida
que las posibilidades de conexión mejoran y la tecnología de
administración y creación de cursos se hace más accesible, la
demanda de servicios de educación virtual seguirá creciendo
exponencialmente.
[Arriba]
- ¿Quién necesita la educación
virtual?
El primer público natural
para los programas de educación virtual es aquel que ya se
encuentra vinculado a las empresas y necesita terminar sus
estudios de pregrado o mejorar su competitividad laboral con
estudios de posgrado. Tecnológicamente preparado y conectado,
este grupo no tiene ningún inconveniente en estudiar a través
de Internet, ya que sus exigencias laborales o su situación
geográfica hacen imposible que puedan asistir regularmente a
un centro educativo.
Sin embargo, existen
muchos grupos de personas que están listos para decidirse por
la opción de la educación virtual:
-
Madres de familia que no desean desactualizarse
profesionalmente mientras atienden los primeros años de sus
hijos.
-
Personas con limitaciones físicas que les impiden
presentarse diariamente a una institución
educativa.
-
Exalumnos en el exterior que desean terminar o
continuar sus estudios en su facultad.
-
Miembros de las fuerzas armadas o de comunidades
religiosas asignados a localidades remotas.
-
Empresarios retirados, profesionales jubilados o
personas de edad que no se encuentran cómodos en el ambiente
juvenil de un campus universitario.
-
Servidores públicos que por lejanía o por seguridad no
pueden desplazarse fácilmente a una universidad.
-
Jóvenes bachilleres de poblaciones pequeñas que no
tienen los recursos económicos para viajar a la capital de su
departamento o no pueden abandonar su municipio.
[Arriba]
- ¿Qué se puede hacer por medio de
la educación virtual?
Los niveles de
sofisticación de los cursos virtuales pueden variar, pero
generalmente incluyen contenidos básicos (textos y gráficos),
ejercicios de autoevaluación, exámenes, tareas de
investigación, temas de discusión y trabajos en
grupo.
Muchos cursos van más
allá y aprovechan el hecho de que el alumno está frente a un
computador para incluir gráficos animados (“Así funciona un
reactor nuclear...”); simulaciones interactivas (“Observe la
trayectoria de su proyectil con la inclinación y velocidad
dadas...”) fragmentos de audio, (“Escuche la forma en que se
pronuncia esta frase...”) o de video (“...de esta forma
aprovechamos la luz ambiental...”).
Sin embargo, cuando
se intenta diseñar una experiencia educativa es claro que las
más exitosas son aquellas que se basan en crear una comunidad.
Reunida la comunidad, ésta se verá enfrentada a diversos
contenidos preestablecidos o espontáneos que al final
generarán conocimientos en cada uno de los
participantes.
A lo largo de la
historia, la educación siempre se ha basado en la creación de
comunidades. Por más que se trate de un conocimiento muy
puntual o práctico, el ser humano siempre ha preferido que
alguien le diga cómo se hace o le explique la lección. Toda
actividad de educación que esté desligada de la socialización
se vuelve fría y mecánica. Muy lejana de lo que desearíamos y
ciertamente muy aburrida.
Es posible que
algunos de los estudiantes prefieran trabajar solos y ser
autodidactas, pero eso no se diferencia de leer un libro o
navegar buscando información en Internet. A esa experiencia no
la podríamos llamar realmente un curso virtual, sino
simplemente un documento electrónico por el que pasan
lectores.
Parte del éxito que
ha tenido la educación virtual está en que se basa en este
principio. Primero hay que reunirse para luego aprender. Y
reunirse significa conocerse, participar, aportar y obtener de
los demás. Los cursos exitosos centran su esfuerzo en
establecer un clima de confianza y colaboración para, a partir
de allí, empezar a recorrer los temas que se proponen
aprender.
Algunas de las estrategias para crear un
ambiente interactivo en un curso virtual incluyen: estudios de
casos, narración de experiencias, demostraciones, juegos de
roles, simulaciones sociales, grupos de discusión, carteleras
de avisos, talleres asistidos, y tutorías personalizadas.
Se pueden crear ambientes más estimulantes
y promover mejor el razonamiento crítico en grupos de trabajo
virtuales que en un gran salón de clase conducido por un
profesor.
[Arriba]
- ¿Qué ventajas tiene la educación
virtual?
Dentro de las razones que
se mencionan para considerar la educación virtual, como una
alternativa seria y presente, están la reducción de costos, el
acceso de nuevos públicos a la tecnología y el mayor
compromiso de todos los participantes en el proceso
educativo.
Varios elementos se
destacan en este nuevo esquema de aprendizaje:
Exploración – El uso
de Internet, o más precisamente la “World Wide Web”, como una
herramienta de exploración le abre al profesor y al estudiante
las puertas de una fuente inagotable de información y
recursos.
Experiencia – El
estudiante virtual se ve involucrado en una nueva experiencia
social y de aprendizaje que puede incluir comunicaciones
directas con su profesor, discusiones con sus compañeros de
curso o estudio individual de contenidos a su propio
ritmo.
Compromiso – Los
cursos virtuales ofrecen una oportunidad única al estudiante
de compartir experiencias con otros, lo que refuerza el
sentido de colaboración y de comunidad. Además el estudiante
recibe el control de su tiempo y sus recursos y puede escoger
el mejor camino de aprendizaje de acuerdo con sus preferencias
y capacidades.
Flexibilidad – Desde cualquier lugar
y a cualquier hora, los estudiantes pueden tener acceso a sus
cursos virtuales. Se estima que aproximadamente 80% de las
empresas ya tienen solucionado su acceso a Internet, por lo
que los obstáculos técnicos de acceso de los estudiantes que
trabajan ya están superados.
Actualidad – Los profesores tienen
la oportunidad de actualizar sus materiales y temas de
discusión instantáneamente lo que hace que los cursos se
mantengan frescos y consistentes con la actualidad.
Personalización – Aunque parezca
contradictorio, la educación virtual sí permite un contacto
personal entre el profesor y el alumno. El intercambio de
mensajes escritos y la posibilidad de seguimiento detallado
del progreso proporciona al profesor un conocimiento del
alumno muchas veces mayor que en cursos presenciales.
[Arriba]
- ¿Qué ventajas tiene para la
institución?
Una de las grandes
ganancias al pasar los cursos al mundo digital es que la
institución comienza a tener un registro tangible de su
patrimonio académico. La base de su talento educativo ya no
está solamente en las mentes, seguramente geniales, de sus
maestros, sino que se transfieren a un sistema de
administración de contenidos efectivo y perdurable.
Otras ventajas pueden
ser:
Uniformidad del
contenido – La información básica que se presenta en los
cursos es consistente para todos los estudiantes reduciendo la
posibilidad de errores de interpretación. También es
consistente entre grupos diferentes del mismo
curso.
Personalización –
La información puede adaptarse a los diferentes usuarios
debido a la modularidad de los contenidos. Los cursos y
programas pueden ser modificados teniendo en cuenta el público
al que van dirigidos. Un mismo curso puede ser adaptado, por
ejemplo, para ingenieros o para médicos, con elementos
adecuados a cada uno.
Actualización rápida
– Los cursos no son estáticos ni cerrados. Los profesores
pueden actualizar los contenidos día a día y cada nuevo grupo
de alumnos obtiene la versión más reciente del
curso.
Modularidad de la
presentación – Los cursos se pueden construir con una
arquitectura de módulos intercambiables, lo que facilita el
desarrollo de nuevos eventos de aprendizaje de diferente
tamaño y duración. Tomando módulos de aquí y de allá, se puede
construir un curso con un contenido diferente en muy corto
plazo.
Administración y
seguimiento – Los sistemas de cursos virtuales permiten la
medición y el seguimiento de la efectividad de un curso. Toda
la actividad de los alumnos y la interacción entre alumnos y
profesores es registrada, de manera que se pueden detectar y
corregir las debilidades de un curso rápidamente.
Control y manejo de
la información – A medida que nuevos productos educativos
son desarrollados y las versiones viejas se vuelven obsoletas,
se crea el reto para los administradores de los contenidos de
mantener su biblioteca de cursos actualizada y completa. La
institución se ve obligada a crear un sistema organizado y
efectivo de archivo digital.
Aporte
colaborativo – El archivo de documentos y módulos
educativos se enriquece constantemente con los aportes no solo
de los profesores sino también de los estudiantes. Cada nuevo
curso es más completo y actual. Un glosario de términos de una
disciplina, por ejemplo, se va construyendo con nuevos
vocablos en cada edición del curso a partir de los aportes de
los participantes.
[Arriba]
- ¿Cómo es un curso virtual?
La pieza básica de la
educación virtual, al igual que en la educación presencial, es
el aula virtual. ¿En qué consiste? Se trata de un sitio de
reunión. Así de simple.
Privada, temporal, con
un objetivo específico (o sin ningún motivo particular), el
profesor y los estudiantes deciden lo que quieren hacer dentro
de ella. Cada curso es un evento único y así como puede haber
elementos y materiales predeterminados, el desarrollo del
curso es impredecible.
Las aulas virtuales, al
igual que en el ambiente real, son lugares independientes con
contenidos propios y participantes únicos. Cada una es un
mundo aparte capaz de reflejar el estilo propio de cada
profesor y la dinámica del grupo de alumnos que comparten
dicha aula en un periodo de tiempo determinado.
El profesor cuenta con
herramientas de trabajo simples pero poderosas durante el
diseño de su curso virtual. Por ejemplo, puede conducir al
estudiante:
-
a examinar un elemento de contenido dentro del curso
(archivos de texto, imágenes, videos o audios que el profesor
ha incorporado al curso)
-
a visitar una dirección en la Web (un enlace externo al
curso)
-
a participar con su opinión en un foro de discusión y
examinar los aportes de los demás alumnos
-
a contestar una serie de preguntas sobre el tema y
comprobar su comprensión.
Toda la información que
el profesor agregue al curso se mantiene en su aula virtual.
Es equivalente a pensar en un salón de clase en el que la
noche anterior el profesor escribe en el tablero su lección,
deja en cada pupitre un documento para que lo analicen los
alumnos, inicia un tema de discusión en la cartelera y prepara
un cuestionario para que lo contesten.
Al día siguiente los
alumnos ingresan al salón de clase. Cada uno tiene una clave
personal que le permite el acceso y puede entrar a cualquier
hora. Uno por uno van realizando lo que les indicó el profesor
y luego se van. Si coinciden varios en el salón de clase
pueden iniciar una charla y compartir sus puntos de vista. Si
el profesor está presente en ese momento, puede contestar las
preguntas de los alumnos inmediatamente. Si no es así, las
preguntas quedan en el buzón del profesor hasta que éste las
resuelva.
Profesores y alumnos
cuentan con buzones de correo electrónico personales para el
intercambio de mensajes permanentemente. Cada vez que el
profesor regresa a su aula encuentra las actividades
desarrolladas por los alumnos y prepara el trabajo de la
siguiente sesión.
Existen además otras
herramientas como un glosario de términos que puede ser
enriquecido en forma dinámica a medida que el curso va
madurando. También los alumnos pueden crear páginas de
información personal que les permiten presentarse ante los
demás y al profesor.
Como es natural, el
profesor puede elegir usar una o todas las herramientas
disponibles, de acuerdo con su estilo pedagógico personal. El
profesor es el que controla la tecnología y no el que debe
subordinarse a ella .
Las herramientas
tecnológicas están ahí para ser el soporte del curso, pero
depende de cada uno la organización de su programa, el diseño
y el estilo personal que quiera ponerle.
Guillermo Ramirez
[Arriba]
|