Bosques de tejos (Taxus baccata, L.)

 
El tejo es una planta de la familia de las coníferas al igual que otros árboles tan conocidos como el pino o el abeto. Existen numerosas variedades de tejos que pueblan prácticamente todas las zonas templadas y frías del planeta, especialmente en el hemisferio norte.
 
De las numerosas variedades del género Taxus, la más conocida en Europa es el Taxus baccata. Otra variedad de gran importancia medicinal, procedente del pacífico (EEUU y Canadá), es la especie de Taxus brevifolia, sobre la cual se han hecho la mayoría de los estudios sobre el Taxol (utilizado en la lucha contra el cáncer). El nombre de taxus deriva del griego toxus, lo cual significa a su vez arco (toxon) y veneno (toxikon).
 
 
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Descripción
 
El tejo es un gran árbol de hoja perenne, crecimiento lento y madera muy dura. Se utiliza en carpintería fina y en medicina. De sus ramas, largas y horizontales, crecen las inferiores a escasa distancia del suelo, y su corteza delgada, de color marrón oscuro o rojizo, desprendiéndose en escamas planas. Las hojas son muy numerosas, alternas y recurvadas, lineales y aplanadas, de 1 a 3 cm de longitud, agudas, de color verde oscuro por el haz y algo más claras por el envés, dispuestas en dos rangos opuestos. Las flores masculinas y las femeninas aparecen al inicio de la primavera y lo hacen en árboles separados; asi mismo, mientras las masculinas se agrupan en amentos, las femeninas son desnudas, sésiles y redondeadas. El fruto o pseudofruto es una semilla simple y oval, cubierta por una cúpula roja y carnosa.
 
 
Historias
 
El Tejo era un árbol sagrado de los druidas centroeuropeos, de forma que sus templos seiempre se encontraban en sus cercanías, costumbre que adoptaron los cristianos en esas regiones. En España es una especie difícil de encontrar, debido a que los mismos pastores arrancaban los tejos, pues con cierta frecuencia se envenenaba el ganado que comía sus hojas; mientras que en otros países europeos se halla con más frecuencia, ya que ha sido un árbol muy cuidado por la excelencia de su madera, de gran calidad, por ejemplo para hacer arcos.
 
La utilidad de su madera, indispensable para hacer arcos y flechas de gran calidad, hacían de este bello árbol un objeto de culto, hoy en día amenazado por la agricultura intensiva, la urbanización, y la industria farmacéutica que ha encontrado en él una prometedora medicación.
 
Entre los griegos, el tejo estaba dedicado a la gran o triple diosa, que reunía en su divinidad las características de doncella, matrona y anciana, relacionándose con la luna creciente, llena y nueva, y con el nacimiento, el sostenimiento de la vida y la presidencia sobre la muerte.
 
El emperador Claudio ya conocía algunas de las virtudes del tejo, y existen registros de la explicación que dió al senado romano sobre las excelencias de su jugo, que servía como antídoto para las mordeduras de las víboras.
 
El mismo bosque de Sherwood, donde se refugiaba Robin Hood y su banda, er un bosque donde abunda el tejo. Precisamente en un fragmento escrito por Lord Tennysson, el autor pone en boca de Robin la creencia en las viejas historias de gnomos y ennos, que precisamente nos cuentan que viven en los tejos. Los arqueros mas reputados se hacían enterrar con su arco y flechas de tejo. Cuenta la leyenda que éste fue el caso de Robin.
 
 
El Taxol y el Cancer
 
El estudio sobre la actividad anticancerosa del Tejo se inicia a principio de los años 60, cuando el National Center Institute valora la efectividad de más de 120.000 compuestos de origen vegetal. Según afirmaciones del citado instituto, de todos los compuestos testeados, el taxol es uno de los más prometedores, al ser el más complejo e interesante de los más de 40 taxanos (alcaloides) encontrados en el tejo.
 
En 1978, el National Cancer Institute de los EEUU, el organismo gubernamental que centraliza la lucha contra el cancer, pidió al servicio de bosques de ese mismo país la cantidad de 30.000 kg de corteza de tejo seca para fabricar el taxol, un medicamento experimental con prometedora actividad medicinal. El problema era evidente: un ejemplar de tejo adulto (más de 500 años) tan sólo produce algo más de 1 kg de corteza al año. En 1990, la demanda de corteza de tejo ascendió a más de 30.000 kg por  año, poniendo en un serio aprieto a la especie, por su lento crecimiento y por el hecho que si el árbol es decorticado, muere.
 
Aunque no se sabe a ciencia cierta, se calcula que en el período de los últimos doce a quince años se han talado más de 4.000.000 de tejos con este fín, además del que se deriva del aprovechamiento de su valiosa madera. Si hacemos los cálculos de otra manera, podemos decir que la utilización de taxol en el tratamiento anticanceroso de un paciente supone la tala de doce 12 a 30 árboles por año, una cifra verdaderamente alarmante, no solo por los escasos bosques de tejo, sino también por la gran cantidad de personas que sufren de esta enfermedad y que se podrían beneficiar con este tratamiento.
 
El taxol parece actuar de una manera diferentes a otras drogas anticancerosas utilizadas en la medicina hospitalaria, ya que no sólo inhibe la división celular sino que además parece estimular la formación de los microtúbulos, unas estructuras cilíndricas halladas en el interior de las células y que funcionan como esqueleto celular. Estos microtúbulos se hallan más degradados en las células cancerosas.
 
Los cánceres que más responden al taxol son el de ovarios, mamas, y en menor medida ciertos cánceres pulmonares, melanomas, de estómago, etc. La efectividad del taxol es mucho mayor que las otras drogas utilizadas hasta el momento, tanto que el Dr. Samuel Broder del NCI afirmó en el New York Times: "Es la droga más importante y eficaz en el tratamiento del cáncer hallada en los últimos 15 años".


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VALLE DE TOSANDE (CERVERA DE PISUERGA).

Como estar dentro de un cuento...

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Una de las tejedas más importante de Europa.  ¡Que siga así para siempre!

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FOTOGRAFIAS ORIGINALES DE ALEJANDRO PEREZ

 

 

Acceso y recorrido

            Desde el pueblo de Dehesa de Montejo sale una pista que cruza la C-626 a la altura del km.2. Desde la carretera se ve, en toda su amplitud, el valle de Tosande, un profundo tajo verde abierto entre las cumbres calizas del Macizo de la Peña. Después de pasar una zona de campos de cultivo la pista nos introduce en un pequeño robledal, tras sortear una valla metálica que cierra el paso. El camino desciende, buscando el valle. Aparecen los primeros afloramientos de roca caliza entre los que crecen encinas y rebollos de porte arbustivo. El valle se va cerrando en una estrecha garganta en la que el camino, de firme rocoso, transcurre escoltado por la vegetación de encinas, robles y brezos que ocupa las laderas de Peña Oracada (1819 m., a izquierda) y del Roblillo y las Cruces (1559 m., a derecha). Al final de la garganta el valle se ensancha. Un circo de cumbres calizas rodea los pastizales que ocupan el fondo. En la ladera de Peña Oracada, a nuestra izquierda, se abre un vallejo en el que se asienta un espeso hayedo. La tejeda se encuentra en el borde superior de este bosque. En el límite del hayedo con la pradera encontraremos un sendero, muy marcado por los numerosos visitantes, que nos conducirá sin dificultad hasta los tejos.

             Quienes hagan uso de esta ruta para acceder a la tejeda lo hagan suficientemente concienciados del valor único de Tosande y de la necesidad de desechar actitudes que pongan en peligro su supervivencia. Como por ejemplo, arrancar plantas o parte de las mismas o recoger semillas o retoños de los tejos. Quien desee tener un tejo en su casa o en el jardín puede adquirirlo fácilmente en cualquier vivero, ya que es una planta común en jardinería.

            El tejo es un árbol de por sí escaso de forma natural. En la Montaña Palentina se encuentra disperso y es rara la ocasión en que se encuentran varios ejemplares juntos. Si ya es raro encontrar http://www.oocities.org/es/pirineosjuan, más raro es todavía encontrar ejemplares con la talla y el porte de los tejos de Tosande, alguno de los cuales alcanzan diámetros de 1,5 m. Por todo ello esta tejeda está considerada como una reliquia de la era terciaria, una verdadera joya botánica merecedora de los esfuerzos y atenciones necesarios para su conservación. La regeneración de la especie en Tosande se ve dificultada por la abundancia de grandes herbívoros salvajes, que se comen los brotes tiernos y las ramillas de las plantas jóvenes. Por ello, aunque algunos años nacen nuevas plantas en abundancia, muy pocas de ellas llegan a convertirse en árboles maduros.

 


 

RUTAS VERDES : EN BUSCA DE LOS TEJOS EN EL ARROYO DE LA NAVAZUELA (VALLE DE LA FUENFRÍA)

 

Todo el Guadarrama esconde en sus umbrías y vallejas la sorpresa de sus joyas encarnadas.

Uno de los más interesantes de estos lugares está en la Fuenfría. Entre peñascos y los árboles que le dieron su nombre, saltan las espumas del arroyo de los Acebos.

Nada más cruzar el puente del Descalzo surge de la calzada una pista a la derecha. Marcan su inicio dos visibles círculos pintados en sendos árboles. Una cancela da paso a una cómoda pista que muy pronto cruza el arroyo de la Navazuela. No mucho después alcanza el objetivo de nuestra marcha.

Colgada sobre el camino, una doble cascada se despeña entre los pies de un denso rodal de acebos. Los encendidos frutos y las hojas metálicas reflejan los brillos del agua que se desliza en un lecho de musgo. Sólo se echa en falta la nieve. Junto al puentecillo que cruza el riachuelo se inicia un camino que salva por la derecha el obstáculo. Ya por encima, la senda cruza el arroyo y atrocha de frente la cuesta.

Junto al río el camino no es evidente y en ocasiones desaparece en la espesura. Pero seguir su rumbo no es cosa difícil, solo consiste en no separarse en exceso del río, que discurre a la derecha. Los rodales de Ilex  aquifolia(acebo) crecen en la parte más profunda del barranco, allí donde discurre el agua. Lo hacen en compañía de algunos tejos milenarios, también engalanados para la ocasión de su púrpura frutal.

No hay que andar demasiado cuando un rumor de agua señala el lugar más pintoresco del remoto curso fluvial. Un espeso bosquete de acebos, con sus troncos gruesos como brazos, rodea una oquedad abierta en las rocas.

De su techo se despeña una cortina de agua medio helada. Los hilos de agua se alternan con los inmaculados carámbanos. Los unos llegan al suelo y estallan en espuma en mitad de unas piedras que se visten de musgo, mientras que los otros aguardan congelados en mitad de su salto. Es la Ducha de los Alemanes, uno de los más prodigiosos parajes de los bosques del Guadarrama. Luego el arroyo se encajona en una garganta donde se agarran un par de tejos .Si los ves con frutos rojos no los toques, fotografíalos si quieres pero conservemos el paraje, ojo las acículas de tejo son tremenamente venenosas, no te las lleves a la boca, incluso el ganado suelto no lo ramonea por estimativa natural.

Más arriba el camino pasa a los pies de un arrastradero de troncos . Se cruza allí mismo el arroyo, para seguir por la despejada orilla contraria, que en un corto tramo de subida  alcanza la carretera de la República. Buscamos la fuente de la carretera de la Républica y desde allí  alcanzar el COLLADO VENTOSO y si tenemos ganas subir al CERRO VENTOSO donde las vistas son magníficas: Peñalara, la Cuerda Larga, Montón de Trigo, Peña el Aguila, SIETE PICOS, Valle de la FUENFRÍA.La vuelta la podemos hacer por GR-10

 

 


La tejeda de Misserclós en la comarca de La Garrotxa (Girona)

Introducción

Los tejos son árboles que viven en un amplio rango de condiciones y dentro de una gran variedad de asociaciones y comunidades vegetales. Su presencia en los bosques podría describirse como intermitente, impredecible y casi siempre en forma de individuos aislados o en pequeños grupos. Estas características se repiten, con carácter general, en las seis especies más importantes del género: Taxus baccata, Taxus brevifolia, Taxus canadensis, Taxus cuspidata, Taxus chinensis y Taxus floridiana.

El interés comercial de su madera ha sido siempre escaso o puntual. Han habido, sin embargo otras utilidades. En EE UU y a comienzos de los años 90, surgió una inesperada demanda de taxol, un diterpeno que se obtiene de la corteza del tejo del Pacífico (Taxus brevifolia) y que mostró propiedades quimioterapéuticas contra un cierto número de cánceres. Pese a tratarse de una línea de investigación actualmente abandonada, el gran interés farmacológico que generó el taxol en EE UU fue la causa de diversos programas de repoblación y también de campañas por parte de grupos conservacionistas con el objetivo de regular y limitar los aprovechamientos desproporcionados que se iniciaron en sus masas naturales.

Pocas son las referencias bibliográficas publicadas sobre el género Taxus, ya no sólo en la bibliografía española, sinó también en la literatura forestal internacional. Un estudio realizado en 1991 desde la institución Forestry Canada documentó unas 300 referencias (Mitchell, 1992). Muchas de estas referencias proceden de los antiguos países de Europa del Este y de la URSS y apenas se han traducido a lenguas occidentales.

La tejeda de Misserclós

Hace unos 40 años se publicó, en la revista Montes, un interesante trabajo en el cual se daba a conocer un bosque de tejos situado en la provincia de Girona (Pardos, 1960). En concreto se trataba de una tejeda localizada durante los trabajos de campo correspondientes a la elaboración del primer Mapa Forestal de España, en el municipio de Montagut, a poca distancia de Olot y en plena comarca de la Garrotxa. Estas líneas aspiran a complementar aquella primera cita, a la cual se remite al lector interesado.

 

Taxus baccata en Girona
Un individuo de corta edad dentro de la masa de tejo (Taxus baccata) en Miserclós, Girona

La "Teixeda de Miserclós" es un bosque de propiedad privada, de unas 6-8 ha y ubicado en una pequeña y sombría ladera. La tejeda se encuentra dentro de una extensa masa dominada por el pino silvestre. Toda esta zona queda incluida en el macizo denominado Alta Garrotxa, que forma parte del Pirineo gerundense.

La ladera en la que abundan los tejos forma parte del barranco denominado "clot de la Pedrera", el cual desemboca unos 200 m aguas abajo en una riera torrencial (riera de Carrera), tributaria del río Fluviá. Los tejos aparecen fundamentalmente en su vertiente orientada al oeste, en un rango de altitudes comprendido entre los 300 y los 375 m. Los suelos de esta zona son frescos y de naturaleza caliza. La pluviometría es bastante constante y oscila entre los 1.000-1.100 mm/año, de los cuales casi 300 mm corresponden a los meses de verano. Las precipitaciones horizontales son habituales todo el año.

El tejo es un árbol relativamente común dentro del ámbito del macizo de la Alta Garrotxa, en el cual aparece asociado, principalmente, a encinares húmedos. La Ley 12/85, de protección de especies forestales de área reducida contempla, específicamente, el tejo como especie a proteger. Pero la tejeda de Miserclós ya constaba como Reserva Integral en el Proyecto de Plan de Espacios Protegidos de la Provincia de Girona, elaborado por el ICONA en el año 1976. (Vaqué, 1996). Actualmente, la Alta Garrotxa es un espacio declarado de interés natural por el Decreto 328/92, por el cual se aprueba el Plan de Espacios de Interés Natural (PEIN).

Situación actual

Al recorrer actualmente la tejeda de Miserclós, se comprueba la vigencia de la descripción realizada por Pardos en el año 1960. El tejo aparece en este predio formando una masa mixta con el pino silvestre y la encina. Su presencia muestra diversos grados de abundancia, pudiéndose encontrar zonas de hasta 0,5 ha en las que adquiere densidades poco frecuentes, del orden de los 800 pies/ha. El aspecto joven y vigoroso, generalizado, denota una excelente adaptación al lugar.

La expansión del tejo por las laderas del barranco de la Pedrera puede considerarse como una colonización reciente ya que no se han observado individuos añosos, de gran diámetro y morfología típica. Las particulares condiciones de humedad y umbría favorecen una regeneración abundante por todo el bosque, si bien de distribución poco homogénea.

Dentro de la tejeda abundan los brinzales nacidos muy cerca de un tronco de pino, de encina o de tejo. Esta característica, que se repite con independencia de que se trate de troncos gruesos o delgados, es resultado típico de una propagación ornitócora. También, pero en menor medida, hay regeneración alejada de los fustes de árboles.

Sobre el terreno se comprueba que los límites de la superficie ocupada por el tejo y dibujados por Pardos (1960) han sido claramente superados. Actualmente la especie avanza ladera arriba alcanzando una superficie de unas 4-5 ha. Esta progresión le lleva a invadir un ámbito dominado casi exclusivamente por el pino silvestre, en el que los tejos adultos, y también el regenerado, aparecen de forma más dispersa confirmando una lenta expansión del tejo.

Distribución diamétrica y gestión

La distribución diamétrica del tejo es la propia de una masa irregular. La densidad es importante, especielmente en el regenerado. El tejo y la encina muestran actualmente un número sensiblemente igual de pies mayores/ha, dominando ligeramente las existencias del primero. No obstante, tanto la encina como el pino han sido objeto en la finca de aprovechamiento maderero.

Las actuaciones forestales en la tejeda siempre han tenido un carácter puntual. El propietario, Sr. Massanella, recuerda aprovechamientos en el tejo hace unos 20-30 años. Esta corta se limitó a pocos ejemplares y no se repitió a causa de las malas propiedades físicas que mostró la madera. También hacia los años 70 se recogieron semillas para su propagación, que fueron enviadas a Madrid, al desaparecido Servicio de Semillas Forestales. Más recientemente, en los años 90, se han realizado algunos trabajos de conservación consistentes en la extracción de pies de encina y pino secos, dominados o sin futuro y también una cuidadosa y selectiva limpieza del matorral (Mataix, 1997).

Los indudables valores didácticos de Miserclós se divulgan en las visitas que realizan periódicamente estudiantes de ciencias forestales en viajes de prácticas por las comarcas de Girona.

Perspectivas

Los conocimientos generales sobre los tejos se refieren a aspectos básicos de su biología y ecología. En el caso de Taxus brevifolia, las perspectivas que generó la demanda del taxol, significaron interesantes investigaciones en estos campos. Sin embargo el escaso interés actual de sus productos (madera, taxol) implica que se disponga de muy poca información sobre su selvicultura.

Este bajo interés comercial y también su aparición esporádica y irregular son factores que determinan el tipo de gestión que debe asumirse actualmente en las http://www.oocities.org/es/pirineosjuan. Esta gestión debe tener como objetivo principal la preservación de la diversidad biológica de los bosques en los que aparece.

En el caso de Miserclós es el de una masa que cuenta actualmente con un buen estado de conservación, pero con una densidad importante (1.700 pies/ha). Esta elevada densidad, especialmente en las clases diamétricas inferiores, podría a medio plazo incidir negativamente sobre el normal desarrollo de la tejeda generando un riesgo en la estabilidad de la masa. Y ello porque si bien el tejo tolera la sombra, crece mejor con unas mínimas condiciones de luz (Ownston, 1996).

Si el objetivo es la persistencia del tejo, deberá aclararse la masa en sus existencias de pino y encina. De esta manera se aseguraría la consolidación del tejo y se favorecería su expansión. La disminución de las existencias de pino y encina tendría que acometerse de manera gradual y favoreciendo el entorno de los tejos jóvenes, para permitir una adaptación progresiva de sus hojas al incremento de luz. Más delicado sería el aclareo en el entorno de individuos añosos, por su inferior capacidad de respuesta a un cambio de esta naturaleza.

Otras actuaciones que podrían valorarse con el objetivo de asegurar su persistencia serían acotar la tejeda al pastoreo y también establecer una alguna franja de defensa contra posibles incendios. Sugerencias todas ellas que condicionan en gran medida los usos de este bosque pero que se justifican por los importantes valores naturales que contiene. No en vano Miserclós es ya una tejeda irrepetible en nuestro entorno mediterráneo.

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