smog
EL SMOG de las grandes urbes


En las grandes ciudades no es extraño ver el cielo cubierto por aire denso y gris.
Se trata del smog, que es una mezcla química de humo y niebla, que es extremadamente desagradable y nocivo para la salud. Es un tipo de polución atmosférica con concentraciones de óxido de sulfuro y de nitrógeno, hidrocarburos y millones de partículas de plomo, manganeso, cobre, níquel, cinc y carbón.
Todas estas sustancias tienen origen en las chimeneas de las industrias, los humos de las calefacciones, y miles de automóviles.
La palabra smog, proviene del Inglés smoke= humo y fog=niebla siendo utilizado este término por primera vez a principios de este siglo por H.A.Des Voeux.
Existen dos tipos de smog: el sulfuroso y el fotoquímico. El primero es el resultado de la descomposición en la atmósfera de los gases de azufre en presencia de niebla.
En cambio, el smog fotoquímico, se origina al interaccionar la luz solar con los óxidos de nitrógeno, apareciendo generalmente durante las grandes olas de calor del verano. Cuando estos gases, que proceden en su mayouría de la combustión de la gasolina en los autos, quedan libres en la atmósfera, se combinan con los rastros de hidrocarburos atmosféricos, transformándose por acción de los rayos ultravioleta en una mezcla muy tóxica de poderosos oxidantes.
El smog, además de reducir la visibilidad y dañar las plantas, los gases y partículas que lo componen provocan en las personas irritación ocular y de la garganta, tos, fatiga, anemia y sobrecarga en las vías respiratorias.

 

EL SMOG FOTOQUÍMICO

 
En 1943, los habitantes de Los Ángeles, en EE. UU. se empezaron a quejar de irritación en la vista al percibir en el aire un color marrón amarillento. Se debía al smog fotoquímico.
Los óxidos de nitrógeno y los hidrocarburos emitidos por los escapes de los autos, reaccionaban por acción del sol en los días calurosos, formando PAN (nitrato de peroxiacetilo*) y ozono. Llegó a límites molestos en 330 días de os 365 días del año 1973.
Era imprescindible tomar medidas.
Se colocaron filtros catalizadores* en los caños de escape de los automóviles, y las concentraciones de 0,27 partes por millón (ppm*) de ozono bajaron a 0,03 ppm.
En la misma proporción disminuye la concentración de PAN.
De esta manera se solucionó el problema.
El ozono es un irritante de las mucosas.
En concentraciones altas, es tóxico para las plantas, y produce envejecimiento celular prematuro.
Este gas falta en la estratósfera y sobra a nivel de la Tierra en todas las ciudades con mucho tránsito vehicular, calor y sol.
En las zonas con viento se evitan altas concentraciones.

LA LLUVIA ÁCIDA

El dióxido de azufre y los óxidos de nitrógeno reaccionan con el oxígeno y la humedad ambiente, por acción del sol, transformándose en ácido sulfúrico y ácido nítrico. Los mismos vuelven a la Tierra como lluvia, niebla o rocío ácido. Afectan todo lo que está a la intemperie.

  Su acción sobre edificios y esculturas
Los efectos sobre la materia inerte se habían notado en Inglaterra, en 1866, ya que el edificio del Parlamenteo en Londres, construído en 1835, presentaba deterioros.
Pero este hecho pasó casi inadvertido para el resto de Europa.
Desde principios de siglo, se comenzó a documentar con fotografías el estado de algunos monumentos y edificios construídos con piedra caliza.

Pocos años después, se daba la primera alarma sobre su deterioro.
La comparación entre castillos e islas realizados con el mismo material, y en la misma época, permitió ver ya en 1907 que el deterioro variaba según el desarrollo industrial de la zona.
El castillo de Neuschwanstein, en el sur de Alemania, tenía intacta su fachada.
Sin embargo, la catedral de Colonia, sobre el río Rin, en la zona industrial, mostraba graves daños.

PARTÍCULAS SÓLIDAS

En el aire también se mantienen partículas en suspensión, como el plomo de las naftas, el cadmio del cigarrillo, pedacitos de neumático producidos por el rozamiento con el asfalto, fibrillas de amianto de los tacos de freno de los innumerables autos que circulan, y muchos otros productos provenientes de la actividad industrial.

Las fibras de amianto causan severos problemas pulmonares, muchos años (quince a veinte) después de su aspiración. Actualmente hay leyes en distintos países que prohiben su uso.
Este material también forma parte de muchos cementos livianos y cañerías. Por suerte se está reemplazando para proteger la salud de la población.
En la ciudad llueve más que en el campo, pero hay menos sol y menor irradiación con luz ultravioleta que es retenida por las partículas en suspensión.
En el campo aparece otro problema: los agroquímicos*. Al fumigar, desde avionetas, grandes extensiones de campo, parte de esos productos quedan en el aire y son llevados por los vientos a grandes distancias.
Una lluvia es el mejor método para purificar el aire. Arrastra los contaminantes hacia el suelo, ríos y lagos.
Sin embargo no desaparecen, sólo cambian de lugar.
EL HOLLÍN

El hollín se forma especialmente en las combustiones incompletas y con los combustibles Diesel. Está formado por partículas de carbón. Sobre ellas se fijan compuestos, como el benzoplreno, que pueden ser cancerígenos.
Se observa hollín en los escapes de autos, colectivos y camiones, que contaminan el aíre con nubes negras. También se lo distingue, en las mañanas, sobre los autos que han quedado estacionados a la intemperie, formando una delgada capa negruzca. 

Otras partículas

Además hay muchas otras partículas sólidas en el aire, polvillos que se deben a la tierra, desgaste de neumáticos, fibrillas textiles, pelitos, plumas, maderas, escamas de piel, polen, esporas*, bacterias y otros. Muchos de ellos producen alergias en las personas sensibles.

EL EFECTO DEL DIÓXIDO DE AZUFRE
El dióxido de azufre tiene el siguiente efecto.
Origina pequeñas gotitas de agua con ácido, las que dificultan el pasaje de los rayos del sol. Este contaminante sólo queda unas semanas en el aire, y luego cae como lluvia ácida a la Tierra.
Erupciones volcánicas, como la del monte Pinatubo, en Filipinas, enviaron muchas partículas a la atmósfera. Esto produjo una notable disminución de la temperatura. pero sedimentaron al cabo de algunos meses y el efecto desapareció. Sólo se siente localmente, no globalmente, como el efecto del calentamiento.
Los grandes incendios en los campos petroleros de Kuwait, en la guerra del Golfo en 1989, demostraron que toneladas de hollín en la atmósfera bajaban la temperatura local, pero quedaban confinadas a zonas aledañas donde se depositaba el manto negro sobre la vegetación.
El hollín disminuye la fotosíntesis, y con ella, el oxígeno del aire y el cremiento de las plantas, quitándoles así alimento a los animales.
LA CAPA DE INVERSIÓN

En un área urbana, por la misma actividad del hombre, se generan calor y contaminantes.
El aire caliente sube y arrastra parte de dichos contaminantes.
Por las afueras de la ciudad entra aire más fresco y limpio.
De esta manera circula y se observan las "campanas de somg", grisáceas, sobre las grandes ciudades.
Si en alguna mañana fría y húmeda queda una capa de aire frío sobre la ciudad y por encima de ella hay aire más cálido, se produce el fenómeno de inversión.
El aire frío se enriquece con los gases y partículas contaminantes a medida que se incia la actividad.
Todo queda atrapado hasta que un fuerte viento normaliza la situación.
Es una situación conocida en muchas ciudades del hemisferio norte como Ciudad de México.
Pero también en el sur, como en Santiago de Chile, Córdoba (Argentina), San Pablo (Brasil), donde las montañas que las rodean impiden la fácil penetración de los vientos.

LA CONTAMINACIÓN Y EL HORARIO
Según el entorno, se monitorean* distintos contaminantes: óxido de nitrógeno, dióxido de azufre, monóxido de carbono y otros.
En Buenos Aires se controla el monóxido de carbono, que es uno de los contaminantes causados por los vehículos.
El límite ideal de monóxido de carbono es menor de 0,1 partes por millón (ppm); el máximo promedio tolerable para un período de 8 horas es de 9 ppm y se toleran pocos de 35 ppm durante una hora.
En Washington (EE.UU.), determinaciones de 1980 indican la contaminación más baja alrededor de las 6 de la mañana con 0,5 ppm. En un día laboral llega a casi 3 ppm a las 9 y a las 19 horas, que son los horarios de mayor tránsito. En los días feriados se produce mucho menos monóxido de carbono.
CONTAMINANTES EN NUESTRAS CASAS

En los ambientes cerrados aparece un contaminante radiactivo gaseoso, el radón.
Se produce por la descomposición del uranio que está presente, en pequeñísimas cantidades, en casi todos los tipos de suelos y en muchos materiales de construcción.

Una buena ventilación es la mejor defensa contra este contaminante.
Aquellos que tienen acceso a la comodidad y al confort han introducido otra serie de contaminantes.
Las placas de aglomerado con las cuales se hacen los muebles contienen sustancias volátiles tóxicas; ciertas alfombras y revestimientos pueden liberar formaldehído*.
Se usan también insecticidas, desodorantes de ambientes, perfumes.
Todo esto agrega una cantidad de nuevos productos que a largo plazo pueden causar problemas.
Al pintar o plastificar un ambiente, se debe ventilar exhaustivamente antes de habitarlo.

No nos ovidemos de que muchas de nuestras estufas y cocinas de gas eliminan humos y gases y consumen oxígeno. Ventilemos bien los ambientes, especialmente antes de acostarnos

UN NUEVO CONTAMINANTE:   EL SMOG ELECTRÓNICO
                            


En el norte de Canadá y en algunas zonas de Alemania, se observó que la muerte de los bosques se producía en franjas. Su buscó la causa y se encontró una interpretación posible.

Las franjas de árboles muertos se relacionaban con las zonas de emisión de radares en Canadá y con repetidoras de televisión en Alemania. Ambas emisiones dañan sólo a algunos tipos de pinos y no a los árboles de hoja caduca. El daño depende de la forma y el tipo de hojas. Las mismas actúan como receptores de las ondas electromagnéticas*, que se descargan a través de las raíces.
Se acuñó asi una nueva expresión: "smog electrónico".

EDIFICIOS ENFERMOS

Especialmente en edificios para oficinas, con sistemas centrales de aire acondicionado, se observa el síndrome del "edificio enfermo".
Son en general edificios nuevos, equipados a todo lujo.
Pero la composición química de los materiales de tabiques separadores, revestimientos, muebles y alfombras, pueden perjudicar a sus ocupantes.

Los sistemas de aire acondicionado reciclan los contaminantes por todo el edificio.
El personal se siente mal, pero al alejarse del edificio desaparecen los síntomas.
El deseo de volver a productos "naturales", sin tratamientos sofisticados, es cada vez mayor, tanto en maderas como en fibras.
Poder abrir las ventanas, respirar aire exterior "limpio" y no aire reciclado, son datos de la realidad que deben tenerse en cuenta en las nuevas construcciones