Contaminación
acústica y salud
El
ruido es una de las principales causas de preocupación entre la población de las
ciudades, ya que incide en el nivel de calidad de vida y además puede provocar efectos
nocivos sobre la salud, el comportamiento y actividades del hombre, y provoca efectos
psicológicos y sociales. El incremento de los niveles de ruido ha crecido de forma
desproporcionada en las últimas décadas y sólo en España se calcula que al menos 9
millones de personas soportan niveles medios de 65 decibélios (db), siendo el segundo
país, detrás de Japón, con mayor índice de población expuesta a altos niveles de
contaminación acústica.
Según la
O.C.D.E.-Organización para la Economía, Cooperación y Desarrollo- 130 millones de
personas, se encuentran con nivel sonoro superior a 65 db, el límite aceptado por la
O.M.S. y otros 300 millones residen en zonas de incomodidad acústica, es decir entre 55 y
65 db. Por debajo de 45 db no se perciben molestias. Con sonidos de 55 db, un 10% de la
población se ve afectada y con 85 db todos los seres humanos se sienten alterados.
Las principales fuentes de
contaminación acústica en la sociedad actual provienen de los vehículos de motor, que
se calculan en casi un 80%; el 10% corresponde a las industrias; el 6% a ferrocarriles y
el 4% a bares, locales públicos, pubs, talleres industriales, etcétera. Desde hace pocos
años el fenómeno conocido como "movida" juvenil provoca, en diversas zonas de
las grandes ciudades, graves problemas entre los habitantes de esos espacios
residenciales, que han de soportar contaminación acústica procedente de vehículos,
aparatos de música y las emisiones sonoras de los participantes en la
"movida". Fuentes de ruido
En una ciudad, los ruidos pueden provenir de distintas fuentes:
Equipos electrónicos, de las casas particulares, fábricas, talleres, estaciones de
servicio, lugares de entretención, etcétera.
Vehículos motorizados con escape libre.
El mal uso de la bocina.
Ruidos de la calle, los cuales pueden ser originados por vendedores, como por ejemplo los
vendedores de gas que golpean los cilindros, las reparaciones de calles, etcétera.
Talleres o industrias en las cuales se utilizan maquinarias, herramientas, etcétera.
Construcción de casas y edificios.
Lugares donde existen aeropuertos.
El actual parque
automovilístico de España, con más de 16 millones de vehículos, genera continuamente
un ruido especialmente intenso, ya que sólo como consecuencia del roce de neumáticos con
la calzada se producen sonidos que, acumulados, resultan contaminantes. La construcción
de autovías o circunvalaciones cercanas a diferentes núcleos de población han
multiplicado el efecto del trafico rodado y el sonido que genera. Hay zonas
especialmente afectadas
por estar construidas cerca de vías de ferrocarril o aeropuertos. Sin llegar a esos
niveles, que pueden ser extremos, en general se sufre una multiexposición fuera del
hábitat doméstico y dentro de la vivienda y el trabajo, que incide sobre la salud
personal dependiendo del tiempo que se sufre y la sensibilización especial que pueda
tener cada individuo.
* Efectos sobre la salud
Es similar al asociado al
miedo y la tensión, con un aumento de pulsaciones, modificación del ritmo respiratorio,
tensión muscular, presión arterial, resistencia de la piel, agudeza de visión y
vasoconstricción periférica. Estos efectos no son permanentes, desparecen al cesar el
ruido, aunque pueden presentar estados de nerviosismo asociados y no hay constancia de que
puedan afectar a la salud mental. La
pérdida de audición inducida por el ruido es irreversible por la incapacidad de
regeneración de las células ciliares de la audición. La sordera podría aparecer en
casos de soportar niveles superiores a 90 db y de forma continuada. Además, el ruido
puede causar efectos sobre el sistema cardiovascular, con alteraciones del ritmo
cardíaco, riesgo coronario, hipertensión arterial y excitabilidad vascular por efectos
de carácter neurovegetativo. Sobre las glándulas endocrinas, con alteraciones
hipofisiarias y aumento de la secreción de adrenalina. En el aparato digestivo puede
generar un incremento de la enfermedad gastroduodenal por dificultar el descanso.
Los expertos indican que la mejor solución
contra este modo de contaminación sería incorporar un estudio de niveles acústicos a la
planificación urbanística, con el fin de crear "islas sonoras" o insonorizar
los edificios próximos a los "puntos negros" de ruido, pero ello conlleva un
coste elevadísimo. Es más eficaz adoptar medidas preventivas, ya que, económica y
socialmente, son más rentables. Hay que potenciar campañas de educación medio
ambiental, para que todos contribuyan y exijan la disminución de los niveles de ruido.
En cuanto a los niveles racionales, las
cifras medias de las legislaciones europeas, marcan como límite aceptable 65 db durante
el día y 55 db durante la noche, ya que la capacidad auditiva se deteriora en la banda
comprendida entre 75 db y 125 db y pasa a un nivel doloroso, cuando se superan los 125 db,
El umbral de dolor llega a los 140 db. Algunos efectos pueden ser: dolor de cabeza,
dificultad para dormir, defectos auditivos, tensión nerviosa, dolor, etcétera.
El ruido, como agente contaminante, no sólo puede generar daños al sistema auditivo,
como el trauma acústico o la hipoacusia, sino que puede causar efectos sobre:
1.- Sistema cardiovascular, con alteraciones del ritmo cardíaco, riesgo coronario,
hipertensión arterial y excitabilidad vascular por efectos de carácter neurovegetativo.
2.- Glándulas endocrinas, con alteraciones hipofisiarias y aumento de la secreción de
adrenalina.
3.- Aparato digestivo, con incremento de enfermedad gastroduodenal por dificultar el
descanso.
4.- Otras afecciones, por incremento inductor de estrés, aumento de alteraciones
mentales, tendencia a actitudes agresivas, dificultades de observación, concentración,
rendimiento y facilitando los accidentes.
5.- Sordera por niveles de 90 dB y superiores mantenidos. Está reconocida la sordera,
incluso como "enfermedad profesional", para ciertas actividades laborales,
siempre que se constate 1a relación causa-efecto.
6.- También puede provocar irritación, pérdida de la concentración, de la
productividad laboral, alteración del sueño, etc.
7.- La exposición continuada produce la pérdida progresiva de la capacidad auditiva y
especialmente en expuestos industrialmente, así como en jóvenes que utilizan
habitualmente "personal stereo " y motocicletas o los que acuden regularmente a
discotecas.
ALGUNOS RUIDOS Y SUS NIVELES
- Pájaros trinando: 10 db
- Claxon automóvil: 90 db
- Rumor de hojas de árboles: 20 db
- Claxon autobús: 100 db
- Zonas residenciales 40 db
- Interior discotecas: 110 db
- Conversación normal: 50 db
- Motocicletas sin silenciador: 115 db
- Ambiente oficina: 70 db
- Taladradores: 120 db
- Interior fábrica: 80 db
- Avión sobre la ciudad: 130 db
- Tráfico rodado: 85 db
- Umbral de dolor: 140 db
El aire no sólo se contamina con
partículas sólidas o gaseosas, el ruido también provoca contaminación y se denomina
contaminación acústica. Si bien es cierto que el ruido no se acumula, no se traslada y
no se mantiene en el tiempo, de todos modos genera en las personas ciertos daños y
molestias.
Los decibelios
La intensidad de los distintos ruidos se mide en decibelios, unidad de medida de la
presión sonora. El umbral de audición está en 0dB (Mínima intensidad del estímulo) y
el umbral de dolor está en 120 dB. Para tener una aproximación de la percepción de la
audición del oído humano, se creó una unidad basada en el dB que se denomina decibel A
(dBA).
El oído humano tiene la capacidad de soportar cierta intensidad de los ruidos; si estos
sobrepasan los niveles aceptables, provocan daños en el órgano de la audición. En la
ciudad, los niveles de ruido oscilan entre 35 y 85 dBA, estableciéndose que entre 60 a 65
dBA se ubica el umbral del ruido diurno que comienza a ser molesto.
Por ejemplo: en una biblioteca se tienen 40 dBA, en una conversación en voz alta 70 dBA
(1 m. de distancia), tráfico en una calle con mucho movimiento sobre 85 dBA y el despegue
de un avión 120 dBA ( 70 mts. de distancia).
MÁXIMO PERMITIDO DE RUIDOS EN EDIFICIOS
PUBLICOS
- Hospitales: 25 db
- Bibliotecas y Museos: 30 db
- Cines, teatros y Salas de
conferencias: 40 db
- Centros docentes y Hoteles: 40 db
- Oficinas y despachos públicos: 45 db
- Grandes almacenes, restaurantes y
bares: 55 db