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LIBROS - EL VARON CASTRADO  EL VARON CASTRADO

 

MACHISMO Y FEMINISMO Rafael Marañon. Editorial CLIE MACHISMO Y FEMINISMO

 

 

 

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Copyright © 2001 - 2002.  Glenn Sacks

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 ©Traducido de la pagina del autor con permiso expreso, por A.L.D.S. Permitida Su difusión en Mandefender

(Reprinted with the permission of SheThinks.org, a publication of the Independent Women's Forum).  

    Odiar a mi Padre?. No señora.

                  Hate My Father? No Ma'am!.  By Glenn Sacks

La profesora de la universidad comenzó la primera clase del semestre anunciando que ella era una “anti-imperialista, anti- heterosexualidad Marxista-Feminista”. Ella nos leyó la famosa cita de Robin  Morgan, destacada feminista y antigua editora de Ms Magazine, que decía “matad a vuestros padres, no a vuestras madres”. Viendo las caras de los estudiantes, ella añadió “Matar es demasiado fuerte. Odiar a vuestros Padres, no a vuestras madres”. Imagino que ella era moderada.               

Uno de los estudiantes masculinos de la clase, obviamente sintiéndose castigado, dijo la defensa que yo he oído decir cientos de veces a los jóvenes – “no nos castigue a nosotros por lo que ha pasado a las mujeres en el pasado—castigue a nuestros padres y a nuestros abuelos”.

He estado ocultamente dando vueltas a esas palabras muchas veces, y cuando pensando en mi padre y en mi abuelo, yo no puedo ayudar, pero si oponerme, por la carga especial que soportan como hombres, porque ellos eran hombres, y como estas cargas especiales han llegado ahora a ser un espacio en blanco en nuestra historia. Odiar a mi abuelo?. Mi abuelo fue un lechero. Un joven inmigrante que se alisto para luchar en la guerra Mundial como gratitud hacia un país que le había permitido a él escapar de la tiranía de la Rusia Zarista. Un hombre que, lucho en la decisiva batalla del Bosque de Argonne en 1918, recibió el Corazón Púrpura y la Cruz Francesa de Guerra. Un padre tierno que permanecía  levantado media noche acariciando  la frente caliente de hija mas joven enferma – “un padrazo de sus hijas”—antes de ir a trabajar al monte por las mañanas. Un hombre que puso su seguridad e incluso su vida en juego durante las violentas huelgas y batallas de 1930, porque creía que los trabajadores tenían el derecho a unas condiciones de vida y a un salario decente.

Odiar a mi Padre?. El hombre que trabajó seis días a la semana durante 25 años y aún siempre tenía tiempo para pasarlo conmigo?. Quien no me dejó caer jamás?. El que trabajó 12 horas al día cuando mi hermana y yo éramos pequeños para que no nos faltara de nada?. Quien recordó tristemente mientras miraba a su pequeña nieta que el no recordaba como éramos nosotros a esa edad, porque rara vez podía estar en casa?.

El feminismo triunfador rescribiendo el pre-feminismo pasado, como una era oscura donde los hombres como de la nobleza y las mujeres sus siervas, es la esencia de la idea de “odia a tu padre”.

Diez millones de hombres trabajadores de cuello azul –quienes expusieron sus vidas en las minas de carbón  y en las acerías para que sus esposas e hijos pudieran vivir con seguridad y confort—han sido  convertidos en opresores. Sus esposas e hijos, han sido convertidos en sus victimas.

Eliminadas de muestra historia, son la tragedia de millones de hombres americanos que han sido asesinados o lisiados por los que los antiguos sindicalistas denominaron “el campo de batalla del trabajo”. Los mineros que murieron en las minas, explosiones o neumoconiosis pulmonares. Los marineros y pescadores que murieron en el mar. Los trabajadores de las refinerías que fallecieron en las explosiones. Los trabajadores de las industrias muertos en accidente industrial. Los trabajadores de la construcción que murieron construyendo túneles y carreteras a través de montañas, acantilados o  abrasadores desiertos. Los trabajadores de la construcción que murieron construyendo nuestros edificios o puentes, presas, altas construcciones, estadios o apartamentos.

Todos ellos han sido olvidados, en parte porque no hay acuerdo institucional que quiera recordarlos – la derecha generalmente no se ocupa  en  pensar en los luchadores de cuello azul de ayer y en los heroicos hombres sindicalistas, y la izquierda está en deuda con las feministas, para quienes cualquier mención a los hombres como contribuidores especiales o como victimas está estrictamente prohibidas.                 

La única parte dejada para los hombres es la militar, e incluso esta ha sido parcialmente usurpada. Sabemos hablar de “los hombres y mujeres que lucharon y murieron en nuestras guerras”, como si incluso el uno por cierto de nuestros desastres militares hubieran sido sufridos por las mujeres, o como si las mujeres hubieran sido oprimidas como lo son los hombres ahora.

Las feministas en un momento vilipendiaron a nuestra sociedad –correctamente—por ignorar la masiva contribución oculta de las mujeres en el cuidado infantil y de los hogares. Ellas hacen nuevas e interesantes preguntas como “Quien cocinó la última comida?” e incluso mejor “Quien lavó los platos después?”. Pero nosotros ahora hemos cerrado el circulo -  las especiales y únicas contribuciones de los hombres (trabajos peligrosos, de muchas horas de duración, largos viajes, mucho tiempo lejos de la familiar, etc )   son ignorados, y cualquier referencia a ellos como una carga masculina es “sexismo”.

Yo pensé en esto recientemente cuando lleve a mi hijo pequeño a una gran exposición de modelos de trenes de América, de entre 1940 y 1950.  Mirando  el enorme escaparte de trenes atravesando las cimas de las montañas, de puentes y armaduras de carreteras elevándose miles de pies por encima de los cañones y de los ríos, de ciudades y de sus industrias y minas de carbón, de las elevaciones industriales mayores de la antigua América.  Yo me sentí hombre en mi interior. Yo se que este fue un mundo donde muchos Americanos fueron terriblemente maltratados –negros, hispanos, algunas mujeres y con frecuencia, la clase pobre y trabajadora. Aun no podría ayudar tampoco, pero siento un tirón de nostalgia como si mirara hacia un mundo en el que los hombres –por su ingenuidad, fuerza, y coraje físico—hubieran labrado la jungla. Hombres de mi generación han soportado la critica pacientemente, e incluso los mejores de nosotros deben luchar solo para mantener el estatus moral automáticamente otorgado a las mujeres. Aun en el mundo antiguo, parece que había respeto a los hombres y a los especiales sacrificios que hicieron.

Y quizás algún día, el dicho del profesor “odia a tu padre” sea dejado a un lado, haya mas respeto a los sacrificios que mi padre y mi abuelo hicieron, los excepcionales sacrificios masculinos que hicieron.

Odiar a mi Padre?. No Señora.        

Transl by A.L.D.S

 

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Informe Reencuentro

"Informe Iceberg"  

"Mini Iceberg"  pdf*

...Ahora hay leyes que convierten en Delito que un hombre y su hijo, en
silencio, se mire
n 

...Ya hay propuestas de ley que condenan con cárcel al padre si el niño
expresa su deseo de ir a vivir con él.

...Si un Hombre va a denunciar que es víctima de Malos Tratos... 

Suelen brotar  sonrisas incrédulas e irónicas  de los rostros de Funcionarios Públicos.

Demasiados Hombres son víctimas de Malos Tratos por parte de sus parejas, Malos tratos (psicológicos, físicos) que con demasiada frecuencia provocan el Suicidio del Maltratado.

Ante estas y otras injusticias aparece una sola incógnita:

PORQUE ????

Y UNA CONVICCIÓN:

YA ES SUFICIENTE !!!

  Cooparentalidad  

Ha llegado el momento !!!

Denunciemos tanto surrealismo e injusticia!

Únete a nosotros y denuncia tu situación.

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Cooparentalidad?

 

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