Padrenuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.  Venga a nosotros tu reino.  Hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo.  Dadnos hoy nuestro pan de cada día.  Perdona nuestras deudas así como nosotros perdonamos a nuestros deudores.  No nos dejes caer en tentación y líbranos del mal, Amén.  Dios te salve María, llena eres de gracia.  El Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito sea el fruto de tu vientre, Jesús.  Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros los pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte, Amén.
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¿Quién manda aquí?

El principal empleador es sin duda el estado, en todas sus versiones: Municipio, institutos descentralizados, departamento, policía y fuerzas armadas.   El primero es el que más mano de obra local ocupa.  Los demás "importan" profesionales y técnicos del resto del país.

Nunca se me quitó la sensación de estar en algún país africano, donde no hay universidades, los ricos y los gobernantes son blancos y extranjeros y el 70% de la población casi no participa en su gobierno.

Viví en Inírida, donde los foráneos son mayoría.  Los vi gobernar, en su típica maraña partidista, fingiendo oposiciones, cuando el dueño de todos es el mismo grupo.  Supe que en la asamblea departamental no había un sólo diputado indígena, así fueran el 80% de la población.  Una vez hubo dos, pero lo hicieron tan mal que la gente no los volvió a escoger.  Pero ¿no sucede lo mismo en todo el país? Los pobres son mayoría, la clase media-baja es inmensa y...  ¿Gobierna?

Había dos diputados cabucos, o hijos de indígena y colombiano, o viceversa.   Una de ellos era una bella mujer de San Felipe.  Ella sólo reconoció su origen cuando le expuse la injusticia de la mayoría excluida.  De por sí los cabucos son un grupo difícil de identificar.  Los del común ya no querían sentirse indios y preferían decir que eran "blancos".  Pasaba igual que con los hijos de colombianos en E.U., que dicen «mí no gustar español» y se avergüenzan de que sus padres lo hablen.

En todas las tiendas de Inírida se conseguía la "preparada", a 100 pesos o menos, y no era otra cosa que Fresco Royal, Kool-Aid o algo parecido.  A veces le echaban un poquitico de jugo de fruta, pero eran tan pocas que parecía una equivocación.  Algunos decían que era peligrosa para la salud, pues a veces no hervían el agua.  Lo extraño es que unos, con el estómago curtido, tomaban agua hasta del río y no les pasaba nada.  Otros, de sólo pensar en que la preparada no estaba hervida, les daba dolor de estómago.  Pero también vendían aguapanela o limonada por los mismos 100.  El precio de los jugos parecía un yoyo.  La mayoría de las frutas, legumbres y verduras llegaban por avión o por barco, lo que los encarecía.  Pero cuando una fruta estaba en cosecha, su jugo desaparecía del mercado, por lo barato.  Hasta se veían podrir mangos y guayabas en la calle o en los tarros de la basura.

Las frutas selváticas sólo los indígenas las consumen en forma.  El colono las prueba, pero apenas está aprendiendo a prepararlas.  El mismo problema de distribución y comunicación de todo el país se repite a escasos kilómetros de la "frontera agrícola".  ¡Si pasa en Bogotá, rodeada de minifundios y plantaciones!  Me contaban de poblaciones de colonos que tiraron cosechas enteras al río porque se estaban pudriendo.  No hay cómo sacar los productos en el tiempo correspondiente y pensar en carreteables y puentes sería pensar en altísimos costos económicos y ambientales.  Los ríos son muchísimos y el terreno cenagoso.  Las condiciones presentes cierran las puertas a la comercialización y sólo la coca y la guerrilla se ven como salida, pero la real está lejos de llegar a conocerse.

Los coqueros comenzaban a preocuparse porque los compradores no llegaban, como consecuencia de las capturas de los capos en Cali.  Era como la bonanza del caucho, que trajo riqueza y esclavitud a la región, pero se fue tal como llegó.

La guerrilla puede reemplazar al estado en cuestiones de seguridad: Controlar factores de violencia, ordenar comunidades y darle metas comunes, como la ecología o la pesca.  Pero corregir problemas económicos estructurales es otra cosa.  Para superar sanciones del comercio internacional se necesita mucho más de lo que nunca podrá dar.  La guerra interna impide que se consoliden metas nacionales, porque cada bando tira por su lado y quiere eliminar al otro.  El papel de Colombia en INAIA no se ha definido por esta y por muchas otras razones.  Nuestro potencial da para darle una unidad mucho más plural, organizada para servir a los pobres, no al rico.

Hemos descuidado nuestras relaciones con economías de un tamaño similar y ahora padecemos las consecuencias.  Una tercera parte de nuestro comercio depende de E.U., y casi todas las naciones árabes, asiáticas y africanas padecen el mismo mal.  Nos comportamos como si los otros continentes no fueran más que dibujitos en el mapa.  Mientras, las economías industrializadas forman carteles muy bien coordinados y excelentemente comunicados.  Es muy fácil decir "es que E.U. esto, es que E.U. lo otro".  Propongo comenzar a decirnos «lo que pasa es que Colombia no ha hecho nada por Somalia», «hubo golpe en Surinam ¡y el gobierno no dijo nada!» y cosas así.  En Cali mismo he oído gente ilusionada con las mafias del narcotráfico, cuando ellas son nuestro fascismo y nuestro imperialismo.  Se ponen en evidencia si caemos en cuenta de que su negocio es esclavizar y de que su política es la política del terror.  Hemos reproducido los actores de violencia, cuando lo que necesitamos es superar los que ya hay a nivel nacional e internacional  ¡Con ellos basta y sobra!  E.U. nos exige la confrontación, como si ya no nos sobraran guerras.  Nos pide agresividad cuando aquí desde hace rato nos estamos matando.  Si los productores de armamentos no saben que hacer para vendernos sus productos no estaría nada mal que quebraran.

Rechaza toda invitación a asesinar.
Desobedece a todo aquel que te ordene matar.

 

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Padrenuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.  Venga a nosotros tu reino.  Hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo.  Dadnos hoy nuestro pan de cada día.  Perdona nuestras deudas así como nosotros perdonamos a nuestros deudores.  No nos dejes caer en tentación y líbranos del mal, Amén.  Dios te salve María, llena eres de gracia.  El Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito sea el fruto de tu vientre, Jesús.  Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros los pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte, Amén.