Contaminados tres caños de Amazonas
El Universal

Caracas, domingo 06 de abril, 1997
Mineros ilegales colombianos vierten mercurio al río internacional Guainía
Contaminados tres caños de Amazonas

ECOSISTEMAS, COMUNIDADES INDIGENAS y PECES están sufriendo los efectos de la contaminación mercurial en los caños San Miguel, Tiriquín y Pimichín, de ese estado. La Dirección General Sectorial de Fronteras de la Cancillería ha documentado el caso y se aspira que del 28 de este mes al 3 de mayo se produzca una evaluación en el sitio con el equipo del vecino país. Las etnias kurrupakus y wakerenas son las principales afectadas
Antonio Fernández Nays
El Universal

Caracas.- Tres importantes caños del Estado Amazonas presentan niveles importantes de contaminación por mercurio producto de la actividad minera que se desarrolla del lado colombiano, a orillas del río internacional Guainía. El caso está suficientemente documentado en la Dirección General Sectorial de Fronteras del Ministerio de Relaciones Exteriores, y es del conocimiento de las autoridades del vecino país, quienes tienen la misma preocupación por los problemas que la contaminación podrían acarrear a los ricos ecosistemas de la región amazónica.

De acuerdo con estudios realizados por el equipo nacional que se constituyó para analizar el problema, los caños San Miguel, Tiriquín y Pimichín, vienen exhibiendo niveles de contaminación con mercurio utilizado por mineros establecidos en Colombia, y quienes se dedican a la extracción de minerales preciosos en el río Guainía, que vierte sus aguas hacia Venezuela y alimenta a los mencionados afluentes. El equipo está constituido por funcionarios del IVIC, Ministerio de la Defensa, Ministerio de Energía y Minas, Cancillería, autoridades regionales y la Dirección General de Asuntos Indigenas del Ministerio de Educación.

El problema, que ha sido notificado al equipo colombiano, ameritará una inspección al lugar que se ha previsto realizar del 28 de este mes al 3 de mayo con la participación de 12 funcionarios, 6 por cada país. La materia referida a la preservación de las cuencas hidrográficas viene cobrando fuerza en la agenda bilateral y para Venezuela merece tanta atención como el problema de la inseguridad en la frontera, en virtud de que los daños ecológicos de mayor proporción afectan al país. Ello se debe a que la mayoría de los ríos que nacen en Colombia vierten hacia Venezuela.

El canciller Miguel Angel Burelli Rivas ha subrayado la necesidad de colocar en la lista de prioridades el asunto referido a la conservación de los ríos internacionales que tienen sus nacientes en Colombia, pues de ellos depende 'la salud' del Catatumbo, el principal conducto alimentador del lago de Maracaibo, y todas aquellas corrientes que nutren al Orinoco.

Aguas transfronterizas

No sólo los caños, ecosistemas y comunidades indígenas del Estado Amazonas han sido afectadas por la actividad minera que se desarrolla en el vecino país. También, las acciones de la guerrilla en la zona fronteriza con el Estado Zulia está alterando las condiciones ambientales de la región. Los irregulares han hecho más de cien voladuras al oleoducto caño Limón-Coveñas, generando derrames que van a dar al río Catatumbo. No obstante, mediante la puesta en marcha del plan de contingencia acordado en 1989 por Ecopetrol y Pdvsa, este tipo de incidentes es rápidamente controlado, evitando que el fluido se extienda y provoque desastres ecológicos.

Otro de los factores que viene provocando alteraciones en el ambiente es la acción desarrollada por los amapoleros en la sierra de Perijá, quienes desvían el curso de los ríos para irrigar los sembradíos, provocando cambios en la vegetación.

El problema, que viene siendo analizado con detenimiento por expertos de la Cancillería, ha generado inclusive un nuevo tratamiento conceptual que busca crear conciencia ecológica en ambos países. Para el Gobierno venezolano lo procedente es referirse a 'cursos de aguas transfronterizos', en lugar de ríos internacionales. No se trata en sí de un capricho terminológico, sino de dejar claramente establecido que se alude a 'un solo cuerpo de aguas, que tiene su naciente en un país y desemboca en otro, y por lo tanto merece responsabilidades compartidas de los Estados involucrados', tal como lo explica un funcionario de la Cancillería.

Las conversaciones con miras a resolver estos inconvenientes han venido produciéndose bilateralmente desde hace apenas dos años, pero ya en 1982 había un planteamiento similar en el seno de la Organización de Estados Americanos.

Tema cantado

En la última reunión de las comisiones presidenciales de asuntos fronterizos realizada en Cúcuta, los días 22 y 23 de agosto del año pasado, se acogieron algunos términos comunes en relación con esta materia, entre los cuales figuran:

El 28 y 29 de noviembre, en Santafé de Bogotá, se materializó la primera reunión binacional del Grupo de Trabajo Colombo-Venezolano sobre Minería Ilegal, en la cual se esbozaron los primeros planes conjuntos para enfrentar el problema.

En esa oportunidad, el director general sectorial de Fronteras del MRE, contralmirante Miguel Alvarez Díaz, subrayó la necesidad de atender este problema en virtud del 'nocivo impacto que ocasiona sobre los ecosistemas y las comunidades indígenas'.

Una delegada del equipo colombiano reconoció el empleo del mercurio en los sistema de extracción de metales preciosos y aprovechó para describir la situación que sufren las etnias indígenas de la región del Guainía, así como los problemas que se derivan por la intervención de mineros ilegales en sus comunidades.

Desde aquel entonces, la parte venezolana ha venido denunciando el problema de contaminación en los caños San Miguel, Tiriquín y Pimichín, resaltando los instrumentos legales que rigen la práctica de la minería en Venezuela y enfatizando la prohibición de la actividad en el Estado Amazonas, así como el uso del mercurio y otras sustancias tóxicas. Igualmente, Venezuela insistió en que el tratamiento del problema en ríos transfronterizos 'debe atenderse considerando el curso de aguas como una sola unidad que afecta a los dos países por igual', tal como quedó por sentado en el acta que firmaron en Bogotá los miembros de la comisión mixta.

La delegación venezolana propuso en esa reunión, asumir mancomunadamente algunas recomendaciones para neutralizar la actividad minera ilegal en la frontera común, entre las cuales cabe mencionar:

La delegación colombiana acogió las propuestas y añadió otras:

Ver también

La ley de este lado de la línea Conclusiones del IVIC:
minería causa efectos nocivos en la Guainía

 

El Universal - 6 de abril 1997