Padrenuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.  Venga a nosotros tu reino.  Hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo.  Dadnos hoy nuestro pan de cada día.  Perdona nuestras deudas así como nosotros perdonamos a nuestros deudores.  No nos dejes caer en tentación y líbranos del mal, Amén.  Dios te salve María, llena eres de gracia.  El Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito sea el fruto de tu vientre, Jesús.  Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros los pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte, Amén.
ATRAS  |  PORTADA  |  INDICE  |  CONTINUAR

 

¿Carreteras? ¡No, gracias!

Igual que el avión al lado de la pista del aeropuerto está el transporte en todo el departamento.  Todos los viajes se hacen por aire o por agua, ambos muy costosos económicamente, pero más viables y con menos costos ambientales que carreteras y puentes.  Los motores fuera de borda son salvajes para gastar gasolina, pero hay soluciones a la vista.  No son fáciles de implantar, pero se lograrían en pocos años, si se muestra interés.  En Inírida mismo escuché que en Villavicencio vendían motores fuera de borda a energía solar, que no eran muy rápidos, pero se movían a una velocidad considerable.  Con eso es suficiente para dejar de consumir una buena cantidad de tambores de gasolina, de aceite para motor y sus "normales" regueros sobre el río.

En Australia utilizan los ultralivianos para desplazarse sobre la inmensidad de su desierto y de sus corales.  Ese país es una potencia en ecoturismo, con prácticas dignas de imitar en muchos aspectos.  Es el caso de las expediciones a la selva, donde primero dan clases a los turistas, para recordarles que no van a ningún "resort" y que lo que importa es el contacto directo con la naturaleza.

En el Guainía bien se podría hacer algo parecido y hasta mejor.  Volar por encima de la selva y contemplar los cerros y los atardeceres, en ultralivianos con los trenes de aterrizaje adaptados para acuatizar sobre caños y ríos; organizar excursiones educativas con las comunidades y los colonos, y campañas de concientización iniciadas desde las mismas agencias de viajes.  No habría necesidad de construir pistas ni carreteras.  Más bien, habría necesidad de no construirlas.  Los colonos tendrían una oportunidad más cercana de ver lo que tienen, de adquirir conciencia y sentirse orgullosos del privilegio que hoy están volviendo humo.  Pero ¿puede pensarse algo semejante sin antes pensar en los habitantes de la región? Para que alguien te concientice tiene que estar concientizado primero.  Nadie puede dar lo que no tiene y bogotanos y caleños difícilmente pueden llamarse gente consciente.  ¿Cómo concientizar poblaciones enteras con quemas de caña, contaminaciones industriales evitables y ministerios de adorno?

La cultura de los E.U., la dominante, ha convertido el automóvil en otro miembro de la familia, le ha abierto lugar en medio de su casa y de sus ciudades.  En su país reinan las planicies, las montañas no son nichos de grandes ciudades.  Colombia es todo lo opuesto: En la planicie casi no hay gente.  El resto de las regiones tienen que soportar los derrumbes sobre las carreteras y las caídas de puentes a cada rato, atacados por la naturaleza y el desgreño administrativo.  Las montañas no están diseñadas para ser carreteables, simplemente están ahí.  Las planicies del oriente están llenas de selva y debemos escoger entre conservarlas o pavimentarlas.  El colono aprovecha que pueden entrar los vehículos para entrar con todo.  Su mentalidad no es la de adentrarse en la selva y vivir en ella, sino la de acabarla y construir encima su ciudad.  Los animales, las plantas, el oxígeno, todos llenos de posibilidades, todos creaciones de , son reemplazados por creaciones del hombre, mucho más susceptibles al error.

Colombia puede lanzarse al aire, en todas partes.  Hacer pequeñas pistas por doquier y privilegiar el pequeño transporte aéreo.  Un caleño desarrolló un avioncito que sólo necesita 100 metros para aterrizar y utiliza gasolina de automóvil.  Sería preferible un transporte así al pequeño coupé, porque no necesitaría transformar el medio ambiente de una manera tan drástica.  Las carreteras y toda su infraestructura son muy costosas de mantener, implican una atención administrativa susceptible de burocratizarse y corromperse.  Los avioncitos sólo necesitarían aire.

El campesino al lado de la carretera, que la mira como si fuera su cordón umbilical, se aburre con su realidad y cree que la vida en la ciudad es mejor.   Cualquier lugar, en la medida en que todo el mundo quiere ir para allá, aumenta su poder.  Si el campo se sobrevalorara simbólicamente, como hoy ocurre con la ciudad, creo que sus condiciones mejorarían.  Los hombres levantan sus estructuras siguiendo sus sueños y tal parece que hoy casi nadie sueña lo rural.

 

ATRAS  |  TITULO  |  PORTADA  |  INDICE  |  CONTINUAR
Padrenuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.  Venga a nosotros tu reino.  Hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo.  Dadnos hoy nuestro pan de cada día.  Perdona nuestras deudas así como nosotros perdonamos a nuestros deudores.  No nos dejes caer en tentación y líbranos del mal, Amén.  Dios te salve María, llena eres de gracia.  El Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito sea el fruto de tu vientre, Jesús.  Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros los pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte, Amén.