En esencia, la cámara es un cajón oscuro con un agujero por el que entra la luz reflejada por el objeto que fotografiamos para plasmarse sobre un negativo produciendo un proceso químico casi instantáneo. Los haluros de plata del negativo reaccionan a la luz formando diminutos puntitos. Las zonas que reciben más luz aparecen más oscuras, pues se ha formado un mayor número de cristales, mientras que las más blancas son las menos impresionadas.
Este proceso da como resultado una imagen negativa, es decir, con los colores invertidos. Bebe ser positivada mediante el revelado para obtener la copia con los colores originales.
Las cámaras tienen tres mecanismos de control básicos para regular este proceso y obtener una foto nítida y correctamente expuesta.
El anillo de enfoque: Está situado en el objetivo. Al girarlo modificamos la distancia entre la lente y el plano de la película. De esta forma logramos poner a foco el objeto fotografiado, que de otra manera podría salir desenfocado al formarse su imagen en un plano anterior o posterior de la película. El diafragma: Es un orificio por el cual entra la luz. En las cámaras réflex es un anillo formado por unas laminillas metálicas que permiten variar el diámetro de la abertura y regular de esta manera la cantidad de luz que entra. Se maneja girando otro anillo situado en el objetivo.
El obturador: Cuando pulsamos el botón de disparo estamos accionando el obturador. Suelen ser dos cortinillas situadas delante del negativo que se abren y se cierran durante unas fracciones de segundo. El obturador controla el tiempo durante el cual se impresionará la película.
Cámaras de enfoque manual
La característica principal de las cámaras réflex de 35 mm., también llamadas SLR, es que, gracias a un espejo interno que envía la imagen a un pentaprisma, vemos por el visor lo que se plasmará en el negativo.
No obstante, existen otras cámaras que utilizan película de 35 mm (también conocida como película de paso universal), como son la mayoría de las cámaras compactas. Hay igualmente otras cámaras réflex, como las de formato medio, que utilizan un negativo de mayores dimensiones que ofrece una calidad de imagen superior muy apropiada para grandes ampliaciones.
1 Palanca de arrastre
2 Escala de velocidades del obturador. Controla el tiempo de exposición.
3 Disparador
4 Disparador automático. Retarda el disparo para que el fotógrafo pueda salir en la foto
5 Palanca de rebobinado
6 Zapata del flash
7 Anillo de enfoque
8 Anillo de diafragma. Ajusta la abertura del diafragma y permite controlar la profundidad de campo.
9 Conexión para el cable del flash.A la hora de escoger una de estas cámaras deberemos decidir qué tipo de automatismo de exposición nos interesa. Existen tres tipos:
Totalmente manual: el visor sólo nos informa de si la foto está sobreexpuesta o subexpuesta (si recibe demasiada o poca luz) y nosotros debemos ajustar la exposición mediante el anillo de diafragma y la rosca de velocidades del obturador.
Prioridad de abertura: Nosotros escogemos la abertura del diafragma y la cámara ajusta automáticamente la velocidad de obturación. Este automatismo permite jugar con la profundidad de campo (porción de la imagen que aparece enfocada). Útil en fotografía de paisajes, por ejemplo.
Prioridad de velocidad: Nosotros escogemos la velocidad del obturador y la cámara ajusta automáticamente la abertura del diafragma. Este tipo de automatismo es interesante para fotografiar objetos con rápido movimiento como carreras de coches, etc.
Existen cámaras que poseen los dos tipos de prioridades y permiten utilizar el que mejor nos convenga en cada ocasión.
Suele ser interesante escoger una cámara con alguno de estos automatismos, pues nos permitirán reaccionar rápidamente y no perder tiempo dándole vueltas como un loco al anillo de diafragma mientras vemos cómo se desvanece la oportunidad de plasmar una interesante y fugaz escena. Por otro lado, en cualquiera de los casos se puede utilizar, si se desea, el método manual.
Otro elemento a tener en cuenta si nos interesa la fotografía de naturaleza o paisajes, y concretamente la macrofotografía (fotografía de pequeños seres u objetos), es el botón de previsionado de profundidad de campo. Este botón suele venir incorporado en el disparador de las cámaras totalmente manuales, pero no todas las que tienen alguno de los automatismos anteriores lo incorporan. Permite ver qué partes del objeto están enfocadas y cuales no, algo muy importante en macrofotografía, puesto que a pequeñas distancias la profundidad de campo se reduce muchísimo.
Un automatismo especialmente interesante que incorporan las cámaras más avanzadas es el sistema TTL (Through The Lens). Con este automatismo y un flash adaptado a la cámara, se facilita mucho la fotografía con flash, ya que se mide la luz del destello a través del objetivo y se interrumpe la exposición cuando el objeto está suficientemente iluminado.
No obstante, aunque adquiramos una cámara sin sistema TTL no tienes que renunciar a sacar fotos con flash fácilmente. La mayoría de los flashes modernos incorporan un método automático que, con ayuda de una célula, interrumpe el destello cuando el objeto ha recibido la luz correcta.
En caso de no disponer de sistema TTL, ni de un flash automático, se ajusta el diafragma según la distancia que nos separe del objeto fotografiado con ayuda de una tabla que incorpora cualquier flash.
Cámaras autofoco
Las cámaras autofoco (también denominadas autofocus) poseen, aparte del enfoque automático, una serie de automatismos para facilitar el trabajo del fotógrafo. A continuación describimos sus características más importantes.
Medición de la exposición
Estas cámaras presentan varios modos de medir la luz para que el fotógrafo escoja el más conveniente en cada circunstancia.
Medición central: Es el sistema que suelen usar las cámaras de enfoque manual. Mide la luz en la zona central de la imagen. Es útil en la mayoría de las circunstancias.
Medición matricial, multizonal o integral: La cámara divide la imagen en varias zonas y mide la luz en todas. Es útil cuando hay grandes contrastes.
Medición puntual o "spot": Se mide la luz en una pequeña porción del centro de la imagen. Es especialmente útil cuando existen grandes contrastes y nos interesa medir en una porción concreta de la imagen.
Medición "multispot":
Similar a la anterior, pero permite tomar varias mediciones, almacenarlas y ponderarlas para obtener una medición adaptada a las intenciones del fotógrafo.
Automatismos de la exposición
Algunas cámaras autofoco sólo funcionan en modo automático, por lo que limitan mucho la creatividad del fotógrafo y es mejor escoger otro modelo. Por otro lado, casi todas poseen los automatismos descritos anteriormente en prioridad de abertura del diafragma y prioridad de velocidad de obturación. Además pueden incorporar otros automatismos como:
Exposición automática en serie:
La cámara saca varias fotos de la misma escena variando la exposición. Por ejemplo, puede sacar tres fotos, una según los valores indicados por el fotómetro, otra un diafragma por encima y otra un diafragma por debajo. Es útil si no estamos seguros de cual será la exposición correcta.
Exposición autoprogramada:
La cámara adecua la velocidad y la abertura a la distancia focal del objetivo que utilizamos.
Programa flexible o "shift":
La cámara escoge la velocidad y diafragma más convenientes, pero se puede modificar fácilmente para obtener efectos creativos interesantes.
Prioridad de profundidad de campo:
El fotógrafo selecciona la profundidad de campo y cuando el motivo entra en la zona nítida se dispara el obturador.
Totalmente automático:
Apuntar y disparar.
Programas automáticos:
Son automatismos para situaciones muy específicas, como automatismo de retrato, de paisaje, de foto deportiva etc.
Autoenfoque
Normalmente es posible desactivar el autofoco y enfocar de modo manual. Algunas permiten enfocar la zona a la que mira el ojo del fotógrafo. Casi todas permiten enfocar objetos en movimiento (enfoque predictivo) y ajustar el enfoque a los movimientos del motivo (servofocus).
Otros
Además poseen otras muchas características, de las que sólo destacaremos las más importantes:
Fotos en ráfaga:
Toma fotos de manera continua mientras mantengamos apretado el obturador.
Flash integrado:
Todas las cámaras autofoco llevan un flash retráctil que nos puede sacar de un apuro o servir para rellenar sombras, pero son poco potentes y no sustituyen a un flash independiente.
Pantalla LCD:
En ella vemos los reglajes seleccionados.
Motor:
Todas las autofoco traen motor incorporado, aunque algunas no permiten rebobinar a mitad de película.
En definitiva, normalmente se recomiendan las cámaras de enfoque manual para iniciarse en la fotografía, pues permiten un mayor control sobre las funciones de la cámara, especialmente la profundidad de campo. Por otro lado, las más baratas de las de foco manual cuestan menos que las más baratas autofoco. Sin embargo esto no significa que no podamos aprender a fotografiar con una cámara autofoco, y existen autofocos a un precio relativamente asequible. Si la cuestión económica es importante para nodotros y deseamos ir ampliando nuestro equipo, hemos de tener en cuenta que los objetivos autofoco pueden ser el doble de caros que los manuales.
Por otro lado, si pensamos en iniciarnos con una cámara de enfoque manual y adquirir más adelante una autofoco, y nos preguntemos si podremos aprovechar los objetivos, Canon y Minolta no permiten usar sus objetivos de enfoque manual en las cámaras autofoco, en cambio con las cámaras Pentax sí es posible. También Nikon permite usar objetivos manuales en algunos de sus modelos como la Nikon F4, F5 y F70. En otras como la Nikon F80 la cámara no mide la exposición con objetivos manuales. Por otra parte existen en el mercado otras marcas como Ricoh que emplean montura "pentax k" y en ocasiones tienen ofertas muy económicas.
