de Alfredo Rodríguez Arias y Kado Kostzer - Música original: Astor Piazzolla

Producción de Pablo Sodor y Carlos Furnaro


IRIS MARGA ALFREDO R. ARIAS ASTOR PIAZZOLLA

"Tengo muchos años... y tendré muchos más, no importa, y de verdad que no importa porque también tuve muchos menos.

Volver al Teatro y al Maipo, significa para mí un círculo perfecto, yo inauguré esta sala y estar aquí me hace sentir rodeada por glorias del pasado y del presente.  ¿Se puede pedir más? "  Iris Marga (1991) 


Iris Marga con 93 brillantes años, se despidió de la escena argentina, encabezando el elenco de "Familia de Artistas" 

"Volver a Buenos Aires, acompañado de Feidean para reencontrarme con Gregorio De la Ferrere, dos fantasmas que acompañan a esta Familia de Artistas, me permite reunir sobre el escenario del Teatro Maipo, Paris y Buenos Aires; dos ciudades a las que les debo esta pasión por el teatro... " Alfredo Arias (1991)

 


En 1991, Alfredo Arias  regresó a Buenos Aires después de muchos años de ausencia, para realizar la puesta en escena de  "Familia de Artistas". 

"Cuando Astor comenzó a crear la música para esta obra me dijo: "Me siento identificado con la pasión y la entrega total de estos personajes que representan el mágico estado de locura de sentirme artista".


Comentario de la Señora  Laura Escalada de Piazzolla con motivo del estreno en Buenos Aires.

 


Familia de artistas era una especie de fantasía alrededor de la familia de los Martinoli, que vivían cada uno en su maravillosa utopía, por supuesto muy argentina. Kado y Marilú Marini le llevaron la obra a Astor Piazzolla y él quedó encantado con la perspectiva de crear ese mundo de una Buenos Aires delirante. Me encontré con él en París, y ya conocía el material. "Mañana vení a verme al hotel", me dijo. Yo llegué acompañado por una periodista de Le Monde que quería entrevistarlo. Astor le habló de Nadia Boulanger y contó episodios de su niñez en Nueva York. Cuando nos quedamos solos me dijo: "Ahora decime una palabra por tema, una sola, y ya veo hacia dónde tengo que ir". Era nuestro segundo encuentro, y esa condensación que me proponía me pareció fantástica, halagadora, y a la vez natural para él y para mí: bastaba una pequeña llave, una palabra, para abrir la caja fuerte. Me mandó las partituras. Años después, cuando Astor ya estaba en el trance de su enfermedad, me escribió sobre una fotografía una carta que está en lo que llamo la zona paréntesis. Ya estaba más allá, en un claroscuro.

                                                      Alfredo Rodríguez Arias
Lida Martinoli

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Arte@Accion 1996