Doña María Ana de la Calle y Castilla
(1691-?),
natural de El Coronil fue la esposa de Don Diego Quebrado de León y
Carvajal,
noble y Alcalde de la Santa Hermandad de su pueblo, Utrera. Al casarse
éstos en 1714 trasladan su vivienda a la Calle del Bosque (hoy
Martínez Benjumea) de El Coronil, edificio considerado desde hace
mucho “de los más sólidos de la Villa” y que actualmente es la
Casa de la Cultura.
Debido a que no tenían descendencia,
Doña María Ana al enviudar, lleva a cabo el testamento firmado por su
marido el 10 de octubre de 1766, en el que se cedían “un alharafe de
olivar en término del Coronil; unas casas principales en ella,” “una
haza de tierra de pan sembrar en término de la Villa de Utrera; la
labor de dos cortijos bien aperados”, ganado, unas cosechas y otros
bienes a la Hermandad del Santísimo Sacramento de la Iglesia Mayor de
Utrera para la creación de la primera Escuela Pública
de El Coronil en la que todos los niños pudieran, de forma gratuita,
completar la enseñanza de Primeras Letras, en la que aprendían a leer,
escribir y las reglas matemáticas esenciales además de poder cursar
Cátedra de Latinidad los que desearan seguir carrera literaria.
También reflejado en el testamento estaba el procesionar por las
calles una vez al mes recitando los niños en voz alta la doctrina
cristiana y colocar durante la cuaresma dos niños de los más
instruidos en las esquinas principales para enseñar públicamente los
preceptos religiosos a los que no podían asistir a las aulas.
El colegio estaba bajo la advocación de
la Inmaculada Concepción, en cuya festividad, la imagen que se
encontraba en el aula de gramática, salía en procesión hasta la
Iglesia.
Estas Escuelas Pías de la Madre de Dios
comenzaron a funcionar el 3 de noviembre de 1771, pero a finales del
siglo XVIII, con las desamortizaciones, el Estado confisca los bienes
que había otorgado el matrimonio a la Hermandad, pudiéndose mantener
la enseñanza por parte de ésta hasta 1808, año en el que se suprimió
la Cátedra de Latinidad pero continuó la Enseñanza Primaria, corriendo
ahora con los gastos el Concejo Municipal quien tras hacer sucesivas
reclamaciones pudo conseguir en el año 1876, 6110 pesetas destinadas a
realizar “las obras necesarias para dar mayor amplitud a la enseñanza”
y puede que sea en esta fecha cuando se incorpore al edificio otro
contiguo con fachada de corte neoclásico (donde actualmente se
encuentra la Peña Flamenca) o bien sería en la restauración de 1889,
llevada a cabo por el Ayuntamiento, que consta en la placa que se
encuentra en el zaguán.
La enseñanza en este edifico se ha
mantenido hasta bien entrado el siglo XX, en el que se dotó al pueblo
de unas instalaciones más adecuadas, y es en reconocimiento a la
causa impulsada por María Ana por lo que el Colegio Público de
Primaria de El Coronil se llama C.P. María Ana de la Calle. Su
marido, Don Diego Quebrado, tenía una calle con su nombre (actual
Cuesta de la Mina) que perdió y no ha vuelto a adquirir ninguna otra,
por lo que, personalmente, creo que sería una buena opción cederle el
nombre al Instituto de Secundaria, para que de I.E.S. El Coronil,
pasase a llamarse I.E.S. Diego Quebrado de forma que lleve un nombre
menos genérico y que los dos centros de enseñanzas obligatorias del
pueblo llevaran los nombres de este matrimonio que contribuyó tan
directamente a promover la cultura en tiempos de déspotas y miseria
para las clases menos pudientes, por cuya obra seguirán inmortalizados
en las páginas de la historia de nuestro pueblo.