La
guitarra clásica: Razones para su cuidado
La
guitarra es un complejo gabinete de diseño a la vez sensible y robusto.
Es altamente sensible para que pueda generar sonidos ricos en
armónicos; y es robusto, para que soporte la fuerte tensión ejercida
por las cuerdas (un promedio de 60 Kg) sin sufrir deformaciones
substanciales. Todo esto en un periodo de largos años. Es Importante
observar ciertos cuidados para alargar la vida de las guitarras, para
conservar la calibración original hecha por el constructor y, además,
para permitir que el instrumento pueda madurar, es decir, que con en
paso de los años adquiera cierto añejamiento que le permitirá sonar
cada vez mejor.
Para
tener una idea clara del porqué de esos cuidados, haré una breve
descripción del panorama interno de la guitarra y sus características:
Estructura
de la Guitarra y características del material
Las
paredes de la guitarra poseen un espesor que en promedio oscila entre
los 2,0mm y los 2,75mm. Tiene, además, un complejo sistema de piezas
pegadas firmemente a sus paredes con básicamente, dos propósitos:
1-Proporcionar
resistencia estructural
2-Disciplinar
la vibración de dichas paredes o membranas para ecualizar la respuesta
sonora del instrumento.
Características
físicas y mecánicas del material
La
guitarra está hecha casi en su totalidad de madera, material éste que
siendo de origen orgánico observa un comportamiento acorde a su
naturaleza. La madera posee internamente vasos y conductos por los
cuales cada árbol realiza el tránsito de agua, sales, aceite y
azucares, de los cuales se nutre y genera las células que conforman
dicha materia. A su vez, estas células están formadas por moléculas
de agua en un porcentaje bastante alto. Una vez que el árbol es
cortado, la madera comienza a liberar agua por esos conductos y por sus
células produciéndose una merma notable en su volumen y tamaño. Dado
esto, el luthier constructor de instrumentos seca y acondiciona la
madera durante lapsos de tiempo relativamente largos (usualmente varios
años) con el fin de estabilizarla. Esta estabilización busca que se
equilibren los niveles de agua y que se produzcan ciertos cambios
químicos como la oxidación y cristalización de los fluidos
intermoleculares. Esto asegura condiciones manejables en la propiedad
higroscópica típica del material dentro de unos límites tolerables.
La Propiedad higroscópica es la capacidad que tiene la madera deliberar
y absorber humedad con relación a las variaciones de las condiciones de
humedad ambiental. Tiene como efecto asociado cambios en las dimensiones
del material. En otras palabras, la exposición a factores ambientales
demasiado húmedos o secos afectará peligrosamente el tamaño de las
paredes de su guitarra. El barniz ayuda a prevenir y retardar los
efectos que esos cambios de humedad puedan ejercer sobre el instrumento,
pero, aun así, esos cambios tienen consecuencias. De allí que sea
vital para una buena conservación de la guitarra observar las
siguientes normas de cuidado y mantenimiento:
Cuidado
y mantenimiento básico de la guitarra
1-
Siempre que no lo esté utilizando, mantenga el instrumento dentro del
estuche que fue provisto con él u otro estuche adecuado.
2-
Nunca lo guarde ni lo ponga cerca de fuentes de calor o generadores de
sequedad, como pueden ser los ductos de aire acondicionado, radiadores,
techos que radien calor, etc.
3-
Jamás cuelgue el instrumento en paredes, ya que éstas son potenciales
reservorios de humedad.
4-
No es recomendable guardar el instrumento en lugares demasiado húmedos
como, por ejemplo, cercanías de depósitos de agua o cuartos de baño.
5-
Nunca, bajo ningún concepto, deje el instrumento a exposición directa
de la luz del sol por largos períodos, ni tampoco dentro de un
automóvil estacionado al sol. El maletero del automóvil puede alcanzar
temperaturas muy altas. Las altas temperaturas pueden originar daños en
el acabado y en las maderas, un problema frecuente cuando ha habido
exposición excesiva del instrumento a condiciones secas por largos
períodos de tiempo.
Porcentajes
de Humedad Ambiental Favorables o desfavorables.
La
mayoría de las guitarras clásicas se construyen con un porcentaje de
humedad ambiental del 50%, aproximadamente. Así que el mejor sonido y
condiciones para la conservación se consiguen con esa humedad. Ese es
el grado de humedad normal. Está totalmente contraindicado pasar la
guitarra de forma brusca a ambientes muy por debajo o muy por encima de
este valor. Esto podría ocasionar rajaduras o despegamiento de las
piezas internas.
Una
humedad por debajo del 40% puede encoger el tamaño del diapasón
haciendo que las puntas de los trastes sobresalgan. Esto se puede
comprobar simplemente pasando las yemas de los dedos por los lados del
diapasón. Si nota las puntas de los trastes, probablemente la guitarra
está sufriendo una sequedad excesiva. Por debajo del 30% de humedad
generalmente se producen distorsiones en la tapa y eventualmente pueden
producirse grietas. Como la madera se encoge por falta de humedad, al
final se producen grietas y roturas. Si la falta de humedad se advierte
pronto, simplemente añadiendo un poco de humedad en el entorno de la
guitarra a menudo se puede conseguir las condiciones originales.
Hay
dos maneras de conseguir la humedad correcta para la guitarra:
1-
Asegurarse que el grado de humedad en el lugar donde normalmente está
la guitarra tiene el porcentaje adecuado de humedad. Esto puede
conseguirse usando un humidificador e instalando un higrómetro para
poder verificar la humedad.
2-
Mantener la humedad de la guitarra en el propio estuche. Este método es
menos agresivo ya que no afecta para nada a la casa. Consiste en colocar
unas bolsitas de sal que se venden en casas de instrumentos musicales y
que mantienen el nivel de humedad dentro del estuche.
Conservación
del clavijero
El
clavijero viene lubricado de fábrica, pero es conveniente, una vez al
año, lubricarlo con una pequeña cantidad de aceite especial.
Limpieza
de la guitarra.
La
guitarra debe estar protegida de sustancias que puedan dañarla:
ácidos, disolventes o productos de limpieza que contengan alcohol o
abrasivos. La mejor forma de limpiarla es con un paño seco o
ligeramente humedecido con agua. Cada vez que se deja de utilizar la
guitarra, ésta debe limpiarse con un trapo de algodón perfectamente
limpio (libre de partículas que puedan rayar el barniz) para despojarla
del sudor que pueda tener y evitar que este se acumule en el acabado. El
sudor genera manchas opacas y, a la larga, hongos que son capaces de
corroer del barniz.
Las
cuerdas y su elección
(ver
cuerdas recomendadas para su guitarra en particular)
Las
cuerdas se deterioran a medida que se toca la guitarra: pierden
elasticidad, potencia de sonido y calidad tonal. Por esta razón es
aconsejable cambiarlas cuando comienzan a deteriorarse, especialmente
las tres graves. La elección del juego de cuerdas y de su tensión es
subjetiva así que lo mejor es probar con diversos tipos. Personalmente,
recomiendo las D´Addario Pro Arte, y las de alta o extra alta tensión.
Cuando no vaya a tocar la guitarra durante algún tiempo o cuando viaje
con ella es conveniente que afloje un poco las cuerdas.
¿Cómo
se deben cambiar las cuerdas?
Con
la finalidad de no provocar cambios bruscos en la tensión que ejercen
las cuerdas sobre la guitarra, se debe realizar el cambio de las mismas
de la forma siguiente: Empiece retirando una sola cuerda vieja,
reemplácela por la nueva y ténsela a la afinación propia de esa
cuerda. Luego realicé el mismo procedimiento con cada una de las
cuerdas como se indica. De esta forma el instrumento se mantiene
estable, sin perder tensión y conservando la uniformidad necesaria para
el funcionamiento balanceado que se requiere.
Mantenimiento
por un Luthier Calificado
Es
probable que después de algunos años sea necesario hacer algunos
cambios y ajustes a los huesos del puente y la cejilla, o hacer cambio
de los trastes que hayan sufrido desgaste, o efectuar la limpieza del
interior de la guitarra. Es prudente que estos cambios y operaciones
sean realizados por un luthier calificado para preservar la integridad y
el valor del instrumento.
Recomendaciones
a futuro
Si
una guitarra llegara a averiarse, rajarse o despegársele algún
elemento interno o externo, lo más recomendable es atenderla
rápidamente. Así se evita que las zonas que queden al descubierto
puedan deformarse al entrar en contacto con la humedad ambiental y que,
luego, no encajen o cuadren al ser devueltas a su sitio y pegadas.
La
persona más indicada para intervenir un instrumento es su constructor,
ya que él lo conoce íntimamente y sabe cuál es su forma interna y la
mejor forma de tratarlo sin que este pierda su valor o la calidad de
sonido. Si por alguna razón, ya sea por distancia o por muerte, el
constructor no pudiera restaurar el instrumento será prudente ubicar un
Luthier Calificado que, previo estudio y análisis del instrumento,
aplique los correctivos con mínimo perjuicio a la integridad original
del mismo.
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