EL FIN DE LAS NUCLEARES : EL OCASO DEL NEGOCIO PARA LAS ELÉCTRICAS.
Mientras más de 80 centrales nucleares se
han cerrado definitivamente en todo el mundo (entre ellas Vandellós-I, tras el accidente
sufrido en 1989), continúan sin ser contestadas muchas preguntas sobre el
desmantelamiento definitivo de estas instalaciones, aunque ya está claro que su coste
económico superará con mucho todas las previsiones inicialmente realizadas por la
industria nuclear.
De hecho ya se sabe con certeza que, en la mayoría
de los casos, costará tanto o más desmantelar una central nuclear
que lo que se gastó inicialmente en construirla. Por ejemplo, el reactor de Yankee
Rowe en el Oeste de Massachusetts (Estados Unidos), con un coste de construcción en 1960
de 186 millones de dólares, se cerró en 1991. Desmantelar por completo esta central
nuclear costará unos 370 millones de dólares.
Una situación similar se va a dar en la central de Vandellós-I, en cuyo caso los
cálculos sobre el coste total de su desmantelamiento han ido creciendo incesantemente en
los diferentes planes presentados, oscilando ya entre 85.000 y 100.000 millones de
pesetas, según las estimaciones más fiables.
VER DESMANTELAR UNA
CENTRAL NUCLEAR
Bélgica debate el abandono definitivo de la energía nuclear en un plazo
de 20 años
REUTERS / EL PAÍS | Bruselas / Madrid
El Gobierno belga, del que forman parte representantes de los principales partidos ecologistas (Ecolo y Agalev), está debatiendo una ley para eliminar las centrales nucleares en un plazo de 20 años. La norma prohibiría prolongar la vida útil de los siete reactores nucleares que suministran el 58% de la electricidad de Bélgica más allá de 40 años.
La ley, similar a las aprobadas en Alemania y en Suecia, apearía a Bélgica del segundo puesto en el ranking de países más dependientes de las centrales que ostenta después de Francia, cuyas nucleares generan el 70% de la electricidad que consume.
La iniciativa belga choca frontalmente con las tesis que defiende desde Bruselas la comisaria de Energía y vicepresidenta de la Comisión Europea, Loyola de Palacio, decidida defensora de la energía nuclear, que considera una fuente energética 'limpia'. En España (con siete centrales y nueve grupos nucleares), las tesis de De Palacio han recibido el apoyo del presidente de Endesa, Rodolfo Martín Villa. El Gobierno español, en sus planes energéticos, contempla mantener las centrales, al menos, durante los próximos 10 años.
17/06/2000. Redacción BorNet.
Se fija en un máximo de 32 años la vida de las centrales nucleares alemanas.Alemania, de hecho, entre 1990 y 2000, último año para el que hay datos disponibles, ha reducido en un 19,1% sus emisiones de gases de efecto invernadero, acercándose de esta forma a la meta del 21% de reducción asignada para 2012 en el llamado reparto de la carga que acordó la UE para cumplir el Protocolo de Kioto.
Si bien es cierto que a este éxito ha contribuido, en cerca de un 40%, la desaparición de la altamente contaminante industria de la antigua República Democrática Alemana, también lo es que, incluso sin este efecto, Alemania está entre los países que mejor van ajustándose al cumplimiento del Protocolo de Kioto.
EL PAÍS. 4 MAYO 2002
Alemania reduce los gases de efecto invernadero sin recurrir a la energía nuclear Alemania y Suecia, entre otros países europeos, están reduciendo sus emisiones de gases de efecto invernadero, como indica el Protocolo de Kioto sobre cambio climático, y han decidido dar la espalda a la energía nuclear. La comisaria europea de Energía y Transporte, Loyola de Palacio, ha asegurado que no se puede cumplir Kioto sin recurrir a las plantas atómicas, afirmación rechazada por la comisaria de Medio Ambiente, Margot Wallstrom. El debate no es sólo sobre opciones tecnológicas y clima, sino que incide en el problema clave de cómo hacer frente a la creciente demanda energética.Quizás porque esta postura de la comisaria de Energía y Transporte ya sea de sobra conocida, sus declaraciones en favor de las centrales atómicas han causado poco revuelo en Alemania. Tanto el Ministerio Federal del Medio Ambiente y Seguridad Nuclear como expertos independientes creen que la mayor economía de la zona euro, que ya se ha decantado por la desconexión de sus plantas atómicas, está demostrando con los hechos que sí es posible hacer frente al problema del clima con la reducción de la energía nuclear. 'No necesitamos dejar a las próximas generaciones un mundo radioactivo para evitarles la catástrofe del calentamiento de la atmósfera', ha dicho el ministro verde de Medio Ambiente, Jürgen Trittin.
Avance germano : La reducción de las emisiones, además, se ha logrado sin recurrir a una mayor generación de electricidad en las plantas atómicas. Según datos del Foro Nuclear alemán, la proporción de esta fuente de energía en el total de la electricidad consumida en el país incluso ha disminuido del 39% en 1989 al 30% el año pasado. En términos absolutos de la electricidad generada, sin embargo, se registra un aumento de 146.000 millones de kilovatios hora en 1990 a 171.000 millones el año pasado.
Los avances en la reducción de emisiones se han registrado sobre todo en la industria y en la generación energética. También las emisiones de dióxido de carbono achacables a los hogares han disminuido un 11,5%. No ha sucedido lo mismo, en cambio, con aquellas correspondientes al tráfico automotor, que incluso han aumentado en comparación a 1990. Esta tendencia, sin embargo, parece estar invirtiéndose: como consecuencia de la llamada ecotasa y del encarecimiento de los derivados del crudo, el consumo de gasolina ha caído en los dos últimos ejercicios en casi un 2% interanual.
¿Bastará todo ello para que Alemania pueda desconectar, dentro de casi 20 años, su última central nuclear, tal y como ha decidido el Gobierno rojiverde? La oposición conservadora lo pone en duda e incluso podría optar por dar marcha atrás en este punto si llegara al poder, pero la mayoría de los expertos considera que, 'en principio, es posible', según formula el Consejo Asesor del Medio Ambiente en su último informe anual. La receta, según Jänicke: aumentar la eficiencia en el consumo de energía, por un lado, y, por el otro, la paulatina sustitución del carbón por gas y energías renovables. Estas últimas, según los planes del Gobierno, en 2010 deberán proveer un 12,5% de la energía consumida en Alemania. Ya hoy la industria de la energía eólica es una de las que más crece en el país.
Los 6 reactores existentes en la Alemania oriental, después de la unificación, fueron cerrados, y los 5 en construcción abandonados. Desde hace 25 años no se encarga ninguna nueva central.La política de respeto al medio ambiente arrancó en los años de apogeo de la socialdemocracia y del Partido del Centro (entonces Partido Agrario), que determinó una mentalidad en la población predispuesta aceptar una contribución personal, si con ello se defendía el entorno. Es el mismo espiritu que llevó al referéndum por el que se decidió desmantelar la energía nuclear, política cuestionada por los partidos más ligados a los intereses de la industria
El
Reino Unido va camino de alcanzar los compromisos del Protocolo de Kioto para reducir la emisión de gases de efecto invernadero en un 12,5% para 2010. Incluso los superará en tanto que el objetivo del Gobierno pasa por reducir la emisión de dióxido de carbono en un 20% para ese mismo año. De entrada, para 2000, las emisiones bajaron en un 13% con respecto a 1999. Varios factores contribuyen a esta tendencia. Por una parte, las exploraciones de gas natural y crudo, intensificadas a principios de los ochenta, redujeron la tradicional dependencia en el carbón. En la diversificación también jugó un papel determinante la industria nuclear, que alcanzó su máximo nivel en 1997, con una contribución del 28% al total de la producción eléctrica. Tres años más tarde, el 22% del suministro eléctrico se basó en la energía nuclear.La producción nuclear va, por tanto, en descenso, dado que no se han construido nuevas centrales desde 1995 y se han cerrado dos generadores. El Gobierno no promociona la industria nuclear, pero tampoco descarta la posibilidad de construir nuevas centrales cuando expire el periodo de vida de las actuales. La industria del carbón entró en declive en los años ochenta y la fuerte competencia de las centrales de gas provocó un descenso de la producción del 40% entre 1992 y 1995. El ritmo del declive es desde entonces menos pronunciado. El porcentaje de electricidad generada con gas creció hasta el 33% para 1999, mientras que el carbón bajó del 38% en 1997 al 31% dos años más tarde.
La reestructuración industrial, con el ímpetu en el sector servicios, y ciertas políticas gubernamentales -principalmente la periódica subida del impuesto sobre el carburante, que se frenó hace sólo un año- han favorecido la reducción de los gases. El Gobierno aspira a generar el 10% de la electricidad para 2010 y el 20% para 2020 de fuentes renovables, particularmente de la energía eólica.
Una prueba de lo ruinosos que son los programas nucleares fue la imposibilidad de privatizar las centrales nucleares inglesas. No hay planes para construir ninguna nueva central nuclear en el futuro.Italia abandonó la energía nuclear en 1987, tras un referéndum por el cual se decidió el cierre de sus 4 centrales nucleares: Garigliano (150 MW), Latina (153 MW), Trino (260) y Caorso (860 MW).
Dinamarca, el país con mayor nivel de vida de toda la Unión Europea, tiene prohibido por ley utilizar la energía nuclear como recurso energético.
Austria decidió en 1987, tras otra consulta popular, no poner en marcha su única central nuclear y reconvertirla a gas, clausurando definitivamente la central nuclear de Zwentendorf.
Francia: cuenta con 59 centrales nucleares, otras 10 cerradas y ninguna en construcción. La deuda de la empresa pública Electricité de France asciende a cerca de 200.000 millones de francos. La sobrecapacidad instalada, los problemas de seguridad y de residuos, y los costes de la deuda, hipotecan el futuro de un sector público mantenido gracias a las subvenciones públicas directas e indirectas.En Francia, el último estudio comparativo sobre los costes de generación llevado a cabo por el Ministerio de Industria para 1997, demostró claramente que la energía nuclear no es el recurso más barato para la nueva generación eléctrica.
España podría prescindir perfectamente de todas
sus centrales nucleares en un plazo de tiempo muy breve. Lo único que hace falta es
voluntad política para hacerlo. No es un problema técnico: sólo es cuestión de aplicar
un planificación racional y aprovechar el enorme potencial existente en el ahorro y la
eficiencia energética y las energías limpias (solar, eólica...) En el Estado
español, como en Francia y otros países, la gestión de los residuos radiactivos es
costeada íntegramente por los ciudadanos, en lugar de recaer sobre las compañías
eléctricas, las cuales en su día hicieron su apuesta por la energía nuclear creyendo
equivocadamente que les resultaría un negocio rentable. Los ciudadanos españoles, a
través de su factura de la luz, están pagando de su bolsillo los errores de la industria
nuclear, en general completamente ajenos a ello
OTROS PAISES
Japón: cuenta con 53 reactores y una capacidad de 43,7 GW. Los accidentes nucleares. En
septiembre de 1999 se produjo uno de los mayores accidentes nucleares en una fábrica de
combustible nuclear. En diciembre de 1995 el reactor rápido de Monju sufrió un grave
accidente. La creciente oposición, los costes crecientes, varios accidentes graves y la
falta de lugares, en un país que sufre frecuentes terremotos, hipoteca el futuro nuclear.
Antigua URSS: el accidente de Chernóbil y la crisis económica casi han acabado con la
industria nuclear en Rusia, país que firmó un contrato con la Siemens para el desarrollo
de un nuevo tipo de reactor, el VVER 640. Unas 50 centrales nucleares en construcción o
en avanzado proyecto fueron paralizadas después de Chernóbil. Hoy sólo hay 4 en
construcción. Los reactores en funcionamiento en Rusia, Ucrania, Lituania y Armenia
plantean graves problemas de seguridad, al igual que los de la misma tecnología
existentes en Bulgaria y la antigua Checoslovaquia.
Canadá: la construcción de nuevos reactores está paralizada, tras cancelarse varios
proyectos en la provincia de Ontario.
Corea del Sur: en 1999 había 16 centrales nucleares y actualmente construye 4 nuevos
reactores. En 1988 tuvo lugar la primera manifestación antinuclear en la historia del
país. En enero de 1996 el municipio de Yonggwang retiró la autorización para construir
dos centrales nucleares.
China: tiene un reactor de 288 MW de tecnología propia en Qinshan y otros 2 de 906 MW
cada uno de tecnología francesa en Daya Bay, cerca de Hong Kong, donde más de un millón
de personas (el 20% de la población) han firmado una petición pidiendo el cierre de los
dos reactores por razones de seguridad. En 1994 comenzó la construcción de 2 nucleares
en Qinshan de 600 MW cada una, y tiene planes ambiciosos para alcanzar los 20 GW en el
año 2010, y a tal fin mantiene relaciones con empresas francesas, rusas y canadienses.
India: cuenta con 11 pequeña centrales nucleares (suman 1.897 MW) con un impresionante
historial de accidentes y mal funcionamiento, y actualmente construye otras 3, Kaiga 2 y
Rajasthan 3 y 4. Posee un importante programa nuclear de uso militar dirigido contra
Pakistán y sobre todo China.
México: cuenta con dos reactores de 654 MW cada uno en Laguna Verde, a pesar de los
recursos energéticos del país.
Argentina: la central Atucha 1 se inauguró en 1974 y Embalse (600 MW) en 1983. Los
refugiados nazis Ronald Richter y Walter Schnurr jugaron un papel clave en el programa
nuclear argentino y en el contrato con la firma alemana KWU, del grupo Siemens.
Brasil: los nazis Alfred Boettcher y Wilhelm Groth están en el origen del programa
nuclear brasileño, y sobre todo en el absurdo y leonino contrato que Brasil firmó con la
Kraftwerk Union (Siemens) para adquirir 8 centrales nucleares. El programa se paralizó,
pero el país siguió pagando a la Siemens.
Hoy sólo funciona de tarde en tarde la nuclear de Angra 1 y desde 1976 está en
construcción Angra 2.
Cuba: en 1992 se paralizaron por falta de fondos la construcción de 2 reactores de la
obsoleta y peligrosa tecnología soviética. Desde entonces cada cierto tiempo se vuelve a
hablar de ellos, la última vez a raíz de la visita de Putin a Cuba en diciembre de 2000.
Pakistán: Kanupp, el reactor de 125 MW de tecnología canadiense inaugurado en 1972,
está ligado al programa que permitió hacerse con la bomba atómica. El conflicto con la
India convierten a la zona en la "más peligrosa del mundo", y no es descartable
una guerra nuclear entre India y Pakistán.