Antifascismo


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La violencia organizada - Desarrollo del antifascismo

Grupos amigos de la violencia  de la extrema izquierda usan la "lucha antifascista" desde algunos años como forma de legitimación de sus posturas más allá de sus propias líneas.

Para ello instrumentalizan el consenso antifascista que existe en los círculos mayoritarios de la sociedad en  favor de sus objetivos particulares y sectarios.  Con esta  táctica, los grupos antifascistas logran reforzar su estructura y campo de acción ideológico, pero sobretodo consiguen la autoridad moral para exigir la colaboración de grupos que a priori no tienen por qué tener ninguna afinidad con las ideologías que existen detras de ese "antifascismo". Así  se propagan  los grupos e ideologías que se amparan tras esta cruzada, mediante la explotación de presuntas "agresiones fascistas", ante las que se adoptan actitudes proteccionistas, violentas e incluso coactivas: cualquier sospecha de colaboración con el "enemigo fascista", justifica el ejercicio de la violencia.  El concepto  "fascismo", además,   es en estos grupos ambiguo y suele no tener nada que ver con la ideología que gobernó  la Italia de Mussolini, pudiendo llegar en algunos casos a abarcar  todo aquello que sea contrario a sus objetivos políticos o sociales.


La lucha antifascista

La “lucha antifascista” muestra un potencial de movilización mas o menos fuerte. Particularmente en los casos en los que hay un aumento de las actividades de la extrema derecha, un crecimiento de las actitudes contrarias a los extrangeros o un reforzamiento de las leyes de extrangería.

Los autores usan cualquier oportunidad que se les ofrezca para el enfrentamiento corporal. Destrucción del mobiliario público y vandalismo suelen ser compañeros inseparables de las actividades y manifestaciones de signo antifascista. A menudo no son miembros locales (sobretodo entre los organizadores) los integrantes, sino gente llegada de otros lugares e incluso del extranjero.

Las actividades que logran una repercusión mediática, como manifestaciones o agresiones contra “fascistas”, tienen una gran fuerza de atracción dentro del espectro antifascista. Desde hace poco tiempo, se han organizado también en paises como Alemania, dónde este fenómeno se encuentra en un estado más avanzado, grupos juveniles de “antifas” que bajo el emblema “Acción Antifascista” actuan en escuelas y centros infantiles, haciendo proselitismo y “disuadiendo” por la fuerza a posibles futuros “fascistas”.

Con panfletos y escritos repartidos en las escuelas los niños son manipulados, adoctrinados e introducidos en movimientos político-musicales antifascistas. Las edades comprendidas entre los 10 y 15 años son contempladas como la edad crucial. Una vez conseguidas sus voluntades, estas suelen serles útiles durante unos años hasta la superacion de la etapa de la adolescencia, momento en el que los militantes suelen alejarse de nuevo de estos grupos.

También es importante el flujo ideológico y militante de unas regiones a otras. Zonas en las que existen conflictos sociales o tendencias separatistas suelen expandir sus actividades antifascistas a otras zonas donde a priori no existen tales conflictos. De este modo se propagan movimientos sociales o separatistas bajo la máscara del antifascismo. La utilización de las crisis de identidad de la adolescencia hace que existan grupos que defienden posturas y planteamientos que les son ajenos o que incluso les perjudican. De este modo se puede ver a gente de Madrid defendiendo movimientos separatistas vascos.

La cifra y el crecimiento de las agresiones de grupos antifascistas contra grupos de ultraderecha, o que así sean por ellos considerados, muestran una violencia y acción políticas con un desarrollo potencialmente totalitarista y represor.

No es únicamente amenazante el hecho de que se muestren enemigos de cualquier forma de poder o fuerza ajena a la suya propia (Estatal, política, etc...) , sino sobretodo la idea de que se pueda ejercer una violencia política muchas veces sin contención y sin nigún tipo de juicio o razonamiento previo. El antifascismo justifica su existencia en la represión del enemigo político, el cual siempre abarca unos grupos mucho más amplios que el "fascismo" que dicen combatir.

El peligro fundamental de los grupos antifascistas recae asimismo en el hecho de que sus métodos de represión y violencia no son reconocidos por estar escondidos tras la máscara de la “lucha antifascista”. Es un hecho lamentable y fatídico el que determinados grupos sociales aplaudan el uso de la violencia política cuando ésta es ejercida contra el “enemigo odiado”. De este modo, posturas ejercidas alrededor de una palabra de significado cada día más ambiguo como la “tolerancia”, justifican una velada persecución política e ideológica.

Nadie entre esos colectivos debería caer en la ilusión de que existe algún tipo de legitimidad moral en que los “enemigos fascistas” sean combatidos por los “amigos antifascistas”, pues lo que en realidad se estará haciendo es apoyar el uso de la violencia como método político. Algo que evidentemente sólo puede tener consecuencias negativas para el conjunto de la sociedad.


Algunas imágenes exhibidas en páginas de internet antifascistas


antifa24
El antifascismo hace una constante apología
a la violencia con asombrosa impunidad.


antifa34
La satanización y deshumanización del enemigo permite
superar las barreras de la conciencia y la piedad.


antifa23
 La ambiguedad del término "fascismo" permite, a medida que estos grupos crecen,
ejercer esa violencia contra colectivos cada vez más amplios de la sociedad.





Algunas ideas base del antifascismo

- El Fascismo no es sólo  una forma de gobierno sino también y sobretodo una serie de contenidos sociales o éticos: estructura patriarcal, cualquier forma de autoridad, disciplina, patriotismo, etc...

- La policía, el ejército y toda forma de orden que no sea antifascista, es fascismo. Los grupos de antifascistas  son aquellos que deben poseer el monopolio de la fuerza, y por lo tanto los únicos con derecho a ejercerla sin ser tildados de fascistas.

- El Capitalismo también es asimismo, al ser  para ellos una forma de represión, fascista. En su mundo, se considera que Capitalismo y Fascismo o Nacionalsocialismo son aliados y a veces, incluso, una misma cosa.

- Los "gobernantes" tienen un interés especial en la existencia de grupos neonazis. Son diversas las utilidades que según ellos  encuentran en estos grupos: pueden ser una fuerza de represión de reserva, una forma de expresión juvenil o radical de la derecha explotadora, la vanguardia de la represión contra el antifascismo y sus expresiones culturales, etc... Las acciones policiales contra estos grupos neonazis  se suelen entender  como una táctica de disimulo.

- No existe ninguna ideología clara para el antifascismo, aunque es común autodefinirse como "anarquista" o como "comunista" preferentemente trotskista y antiestalinista. Casi nunca existe un conocimiento profundo de esas ideologías, las cuales usan con la misma lógica con que usan determinadas prendas de vestir para identificarse con una u otra tribu urbana.




enlaces:

RASH-Madrid
Violencia antifascista: Métodos y fines.
Red contra la violencia de la izquierda (aleman)




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