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Luis Millares Cubas
(1861- 1926).
Aunque estrechamente unido en el recuerdo y en la obra a su
hermano Agustín, no se pueden fundir totalmente dos personalidades que
no se encuentren rasgos distintivos.
En cuanto a la imagen de D Luis, en la vida intelectual de
Canarias, señalemos que fue centro de una casa considerada un
exponente vivo del arte, por donde pasó toda una época española y hasta
universal representativa: Saint-Saens, Salvador Rueda, García Sánchiz, Unamuno,
Tallaví y una generación espléndida de poetas canarios: Alonso
Quesada, Tomás Morales, Saulo Torón, el pintor
Néstor.
Su teatro privado fue el reflejo de todo el movimiento de
la época.
La obra literaria de los hermanos fue asombrosa y gozaba de
popularidad y sus cuentos y anécdotas fueron de lo más difundido y
reproducido.
De Luis es, con toda certeza, el cuento denominado
"Germinal" y la obra teatral "Compañerito". Según
algunos de sus biógrafos, Luis Millares era de un temperamento
inquieto, vehemente y pasional que ponía toda la fuerza de su manera de
ser en todos los asuntos de la vida, tanto vulgares como trascendentes.
La personalidad de D Luis Millares Cubas como médico,
crítico y literato fue destacadísima en el ambiente de Las Palmas de
Gran Canaria. Toda la prensa llevó impresas las palabras de este
ilustre polígrafo.
Sólo el desempeño de la sagrada misión que tenía
encomendada en el Hospital de San Martín hubiese bastado para hacer del
Doctor Millares uno de los hombres más destacados de nuestra historia
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