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Juan de Bethencourt (1360-1422)
Señor
de una casa de Normandía, recibió el "encargo" de conquistar
Canarias de su tío Robín
de Bracamonte, afincado
en la corte de Enrique III
de Castilla.
Llegado a
Lanzarote con Gadifier de
La Salle en 1402, logra
el título de Rey feudal de Canarias.
Dejó, poco después,
la conquista material de las islas a Gadifier y marchando a la
Península obtuvo importantes
subsidios y también la erección
del primer obispado: el del Rubicón.
A
consecuencia de esta dualidad no
tardó en haber choques entre Gadifter y Bethencourt, en cuya disyuntiva
ganó el "Rey de
Canarias quedándose incluso
con las tropas de Gadifier que no habían muerto en
la lucha.
Conquistada Lanzarote en 1405, consigue la sumisión de los
dos Reyes de Fuerteventura.
Vuelto a Francia, trajo de allá préstamos y emigrantes
para las islas. En Octubre
del mismo año intentó un
asalto a Gran Canaria y del desembarco
en Arguíneguín sólo logró un gran desastre, pues
murió la mitad de las tropas
desembarcadas y
los mejores capitanes
que había captado a Gadifier.
De allí marchó a La Palma, donde igualmente fue
derrotado.
Sólo en el Hierro tuvo suerte, pues valiéndose de una
estratagema se le sometió la isla, haciendo prisioneros a cien rehenes,
entre los que se encontraban los principales personajes y el Rey de la
Isla.
Vendió como esclavos a algunos y a su regreso a Lanzarote
nombró a Maciot de Bethencourt, su sobrino, Gobernador de las islas y
marchó definitivamente a Francia donde murió pobre y
desamparado.
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