Queridos amigos:

 

En nuestros tiempos estamos viviendo con especial intensidad no ya la interpretación errónea de la Historia, sino incluso su manipulación grosera, en un intento de ponerla sin tapujos al servicio de la Revolución. La floración de discursos y aun de leyes (pienso singularmente en mi España) sobre una (llamada) «memoria histórica» apenas encubre el designio de rescribirla al gusto de la ideología «mundialista-progresista» omnipresente.

 

Por eso celebro la iniciativa de los amigos napolitanos, que han reactivado un Comitato per la Verità Storica, ya existente, pero que viene a tomar nuevo impulso con motivo del bicentenario del nacimiento de Garibaldi. En este caso, como en tantos otros que llenan los nombres de las calles de nuestras ciudades, sí que es necesario volver a promover la verdad histórica, sepultada por la propaganda del Risorgimento y de la revolución liberal.

 

Me complace, pues, particularmente enviar mi adhesión a una iniciativa con la que tantas afinidades tengo y en la que tantos nombres amigos veo. A comenzar por los miembros de la Cooperativa Editorial Il Giglio, cuyas relaciones con la Comunión Tradicionalista y mi Secretaría Política me consta son tan antiguas en el tiempo como estrechas en intensidad, y también del activo y combativo Movimiento Neoborbónico. Recuerdo cómo, con ocasión de asistir en Roma a la beatificación de mi tío el Emperador Carlos de Austria, tuve el placer de compartir con buena parte de vosotros un simpático almuerzo de hermandad en una trattoria del Borgo Pío. Deseo, pues, que la iniciativa reemprendida produzca abundantes frutos en el servicio de la Tradición católica.

 

Bisnieto de la Duquesa de Berry, hija de los Reyes de las Dos Sicilias, seguiré con la ayuda de Dios siendo fiel al ejemplo de mis antepasados en la defensa a la Tradición Monárquica Legítima.

 

 

Sixto Enrique de Borbón

 

 


 

Comunión Tradicionalista

Agencia FARO