Lignières, 26 de abril de 2005

A Su Santidad el Papa Benedicto XVI

Ciudad del Vaticano

Roma

Santidad:

Recién retornado de un largo viaje por Hispanoamérica, me apresuro a escribiros para expresaros mi enhorabuena y testimoniaros mi filial adhesión con motivo de vuestra elevación al solio pontificio.

Mi familia ha estado siempre entrañablemente ligada a la Sede Apostólica y ha colaborado estrechamente con ella. Sepa Vuestra Santidad que cuenta en mí y en los seguidores de la causa de la legitimidad española con fieles a toda prueba, dispuestos a sacrificarlo todo por la Santa Madre Iglesia y por el Vicario de Cristo.

Nos llena de esperanza la restauración del orden en tantas cosas que a buen seguro emprenderá Vuestra Santidad, pues tenemos presentes palabras como las que escribísteis en vuestro prefacio a "La reforma de la liturgia romana" de Monseñor Klaus Gamber: "en lugar de una liturgia fruto de un desarrollo continuo, se ha introducido una liturgia fabricada. Se ha salido de un proceso de crecimiento y de devenir para entrar en otro de fabricación. No se ha querido continuar el devenir y la maduración orgánica de lo que ha existido durante siglos, se la ha sustituido, como si fuese una producción industrial, por una fabricación que es un producto banal del momento".

No he podido asistir a vuestra coronación, pero espero que Vuestra Santidad me reciba en audiencia cuando os parezca oportuno.

Reiterándoos nuestra filial devoción, quedo a los pies de Vuestra Santidad, cuya bendición apostólica suplico

Sixto Enrique de Borbón

 

 


 

Comunión Tradicionalista

Agencia FARO