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TEROR VILLA MARIANA

Según la tradición, desde que la Virgen se le apareció en un pino al obispo Don Juan de Frías, Teror es el principal centro religioso de la isla, y la fiesta de la Virgen del Pino  que se celebra el 8 de Septiembre la  más concurrida de todas cuantas se celebran en la isla. La imagen de la Virgen del Pino se encuentra en el camerino
en lo alto del altar mayor y es bajada en una ceremonia de gran fervor cada año para poder estar mas cerca
de los miles de peregrinos que la  visitan especialmente en los días en torno a su Fiesta. Un acto muy emotivo
es la ceremonia de las ofrendas que se acompaña con cantos y bailes canarios. Los peregrinos llegan portan-
do productos de la tierra y de la gastronomía canaria.
La Basílica de Nuestra Señora del Pino se construyó en el mismo lugar donde se decía que se había aparecido la Virgen. La primitiva iglesia fue reemplazada por una mayor en 1692. Un incendio ocurrido el 18 de agosto de 1718 solo respetó la "torre amarilla" donde están las campanas que según la tradición colgaban del "Pino Santo" donde se apareció la Virgen, derribado por un rayo en 1684. El edificio actual es de 1760 - 1767. 
En torno a la Basílica el pueblo ha conservado su configuración tradicional sin apenas cambios. La Casa de los Patronos de la Virgen, convertida en museo, es un magnífico ejemplo de la arquitectura noble de la villa.
 Pasear por la calle principal nos permite ver la arquitectura que aun se conserva. Dignos de mencionar son
 los balcones en madera de "tea". muy apreciada en las islas y que está presente en los trabajos artesanales.

 

                                      

TEJEDA

Desde el pintoresco pueblo de Tejeda podemos ver el impresionante Roque Nublo que ejerce una gran atraccion  magica  entre los isleños y ha inspirado la letra de numerosas canciones canarias.
Al mismo tiempo ha sido tema favorito de relevantes pintores.




                                                                           

                                                                VEGETACION EN GRAN CANARIA

Hasta el siglo XV, segun estudios, la vegetación de la isla se encontraba en situación próxima al estado virgen. Rodeaba a la isla una orla botánica de caracteres áridos que por la parte norte alcanzaba los 500 metros de altitud y los 800 por el Sur y el Este. Era el dominio de las euforbias macaronésicas. A continuación, entre los 500 y los 1.000 metros, por el N y el NE, se extendía una franja que iba desde los andenes y barrancos de Guayedra (Agaete) hasta los altos de Valsequillo en la Caldera de Tenteniguada, ocupando en parte los cursos medios y superiores de los barrancos y afluentes de Gáldar, Moya, Azuaje, Tenoya, Guiniguada y Real de Telde. Dominaban esta segunda franja los bosques de laurisilva y de fayal-brezal. Por encima de esta franja, hasta los 1.949 metros, que es la máxima altitud de la isla, siempre en la vertiente norte, estaban los pinares. En la vertiente sur la disposición era parecida, sólo que no existía laurisilva ni fayal brezal y el pinar estaba en contacto directo con la vegetación basal. Este cuadro geobotánico inicial fue seriamente alterado en los últimos quinientos años debido a las necesidades de madera y leña, al carboneo, a la roturación de tierra para cultivo y al mismo asentamiento humano. Sin embargo, al Oeste y al SE de la islas se sigue observando grandes concentraciones de tabaibas y cardonales, junto a palmerales, tarahales y plantas propias de las playas costeras que constituyen buenas muestras de la vegetación original. Las acompañan otras plantas de sustitución tipo matorral como las tabaibas amargas, las aulagas, el balo y los jarales. En la vertiente Norte quedan restos de los antiguos bosques en los Tilos de Moya, Barranco de la Vírgen, entre Fontanales y Valleseco y en Barranco Oscuro. Por encima de los 800-900 metros por el Norte está el Pinar que ocupa las mayores superficies. El Drago El Drago es árbol emblematico de Canarias y puede admirarse en Gran Canaria magníficos ejemplares. Es la dracaena draco que describiera Linneo en el siglo XVIII y del que se cuentan maravillas legendarias desde la más remota antigüedad. El Polígrafo Viera y Clavijo decía de él: "Críase naturalmente en los campos y su tronco, grueso, rollizo y desnudo de ramas, se levanta hasta la altura de treinta a treinta y cinco pies; en cuyas extremidad se forma una bella copa, siempre verde, recogida, redonda, y como erizada, de unos espesos gajos, lampiños en su arranque y luego vestidos de muchas hojas lisas, largas de un codo y anchas de dos pulgadas, que van en disminución hasta rematar en punta a manera de espada, con un surco y lomo saliente por el medio. Sus flores son numerosas, pequeñas y componen una panoja ramificada, que nace en la cima de la misma copa. Consta cada una de seis pétalos, seis estambres y un ovario cuyo fruto es la baya amarillenta, un poco agria, con huesecillo. Los pedúnculos de estas flores tienen en su base dos o tres escamitas. La madera del drago es esponjosa y liviana, por lo que los primitivos habitantes de nuestras islas hacían rodeleas con ellas; y como su corteza es flexible, todavía se emplea para torcer sogas. Pero su celebridad la debe el drago principalmente a su jugo propio o resina que suda de su tronco herido en días caniculares. Este se condensa en grumos de color de sangre, blandos al principio, luego secos y triturados sin sabor ni olor, sino es cuando se queman, pues entonces se inflaman y exhalan una fragancia semejante al estoraque liquido. Bien sabido es que esta preciosa resina pasó mucho tiempo por una verdadera sangre de dragón, y que el naturalista Monardes, aunque conoció que es jugo de un árbol, no dudo en publicar que este tal árbol había tomado la denominación de "drago" o de "dragón" por no sé que figura de esta bestia, que parecía impresa en su fruta. Es un error y sólo es verosímil que la hubiese tomado de la traza del tronco, rollizo y taraceado de las cicatrices de las hojas que se han caído, a semejanza del cuerpo de una culebra, coronada, de la copa erizada como de una cresta". El drago canario, con kokerboom y el baobab (Adansonia digitata), parecen ser los "saurios" del reino vegetal. Sombra legendaria y prehistórica. Todos coinciden en que los dragos existían desde antes de la Conquista.


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