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Nuestros amigos nos escriben

FÉLIX MENDOZA MEDINA. 44.315.324-M
MARCO ANTONIO MORENO BENÍTEZ. 44.312.220-Y
IBÁN SUÁREZ MEDINA. 44.714.201-Q
: El talayón de Taliarte

 

FÉLIX MENDOZA MEDINA. 44.315.324-M
MARCO ANTONIO MORENO BENÍTEZ. 44.312.220-Y
IBÁN SUÁREZ MEDINA. 44.714.201-Q

Estimado Sr. Rafael Guerra Alemán (Asociación DEPACA)

Habiendo tenido conocimiento de la publicación en la página web oficial de la Asociación de Defensa del Patrimonio Canario (DEPACA) del escrito titulado ATENTADO ARQUEOLÓGICO “PROFESIONAL” EN TALIARTE (TELDE), firmado por Don Jacinto Quintana de la Nuez, hemos comprobado, con desagradable sorpresa, como al equipo que integra TIBICENA. Gabinete de Estudios Patrimoniales, S.L. se le hacen una serie de acusaciones que consideramos ofenden gravemente nuestra integridad profesional y personal. Estas ofensas van desde la puesta en duda de nuestra capacidad técnica para realizar trabajos de este tipo, hasta acusaciones personales relativas a nuestra honradez.

Es por ello que nos vemos obligados a responder a tales imputaciones para salvaguardar nuestra reputación y puntualizar determinadas imprecisiones.

En primer lugar, en cuanto a las alusiones personales vertidas en el mencionado escrito, entendemos que son completamente inadmisibles comentarios como “…al parecer la empresa arqueológica no estaba allí vigilando en ese momento y no hubo seguimiento, en este caso se guía por el ánimo de lucro…”. Este comentario insinúa que este equipo de trabajo antepone los intereses económicos a la adecuada realización de su trabajo, lo que implica directamente atribuirnos una falta de ética total que nos asombra viniendo de alguien a quien desconocemos totalmente, y según parece también desconoce nuestra trayectoria en este ámbito.

A lo largo de todo el escrito, creemos que se cometen una serie de imprecisiones y acusaciones no fundamentadas, que respondemos y aclaramos a continuación:

1º En el punto primero se dice “que no existe muro de protección alguno que rodee las estructuras arqueológicas…”. En este sentido, decir que el yacimiento arqueológico de Taliarte es uno de los cientos de enclaves prehispánicos de la isla que carecen de muro perimetral. Opinamos que el yacimiento estaba convenientemente delimitado y protegido con la valla provisional de obra que se suele emplear en estos casos, cuando éste está inmerso dentro de una actuación de este tipo. Los vallados definitivos se deben acometer junto con el remate final de las obras de urbanización, pues se deben adaptar a éstas y viceversa. En este sentido, en la Memoria Técnica Final, dentro de las propuestas y recomendaciones que se hacen en la misma, se explicita “los muros de cerramiento de las parcela limítrofes con el emplazamiento de los bienes patrimoniales, es decir, con las parcelas 48 y 49, deben ser habilitados en función de no producir daños sobre las estructuras arqueológicas, tratándose de aplicar soluciones constructivas lo menos impactantes posibles”

2º En el punto segundo se alude a que los sondeos permanezcan al aire libre y que éstos debían ser tapados nuevamente. Aparte de la discusión metodológica sobre la conveniencia de esto último, en nuestra opinión, no era urgente proceder al sepultamiento de los sondeos, dadas las características estratigráficas de los mismos, y al escaso desarrollo vertical que adquirieron, no considerando que existiera un peligro de colapso estructural a corto plazo. Aún así, nuestra propuesta definitiva de conservación para el yacimiento, expuesta en la Memoria Técnica Final de los sondeos arqueológicos, es que “para garantizar la conservación de las estructuras arqueológicas exhumadas en los sondeos citados, creemos como medida más oportuna que se proceda a sepultarlas”, si bien consideramos, que era un proceso a desarrollar a medida que avanzaran las obras de urbanización. Esta propuesta tenía como fin generar en este yacimiento una reserva científica destinada a una posible investigación futura.

3º En el punto tercero nos encontramos con una serie de afirmaciones que van desde la negligencia, la falta de experiencia, la dejadez, la ineficacia,... basándose en criterios erróneos. En primer lugar, se desconoce por parte del redactor del escrito los ámbitos de protección propuestos por este equipo de trabajo en la planimetría que acompaña a la Memoria Técnica Final. En caso contrario, es que no sabe o no quiere saber interpretar un plano topográfico. En el plano número 5 correspondiente al anexo cartográfico de dicha Memoria, en el que se valoran los grados de afección sobre los restos arqueológicos de las parcelas urbanizables y las medidas que se proponen para paliar esto, se determinan dos áreas diferenciadas:

- Área de afección crítica, que inhabilitamos para su urbanización, correspondientes a las parcelas 48 y 49 y a parte del espacio libre que queda al oeste de éstas.

- Área de afección severa, a la que consideramos las parcelas 50, 58, 59 y 60 y parte del espacio libre que queda al oeste de éstas. Para este entorno, exponemos claramente que se debe proceder a un desmonte inicial sometido a seguimiento arqueológico por parte de un técnico especialista en esta materia.

Una vez finalizada la intervención arqueológica y entregada la Memoria Técnica Final, se da por concluida la labor de este equipo de trabajo en el yacimiento de Taliarte, por lo que la promotora debe hacer suyas las propuestas recogidas en ese documento y atender el preceptivo informe emitido por la Administración competente antes de reiniciar cualquier trabajo en el ámbito designado en la planimetría como áreas de afección (tanto crítica como severa).

Visto el condicionante anterior, tenemos conocimiento de que la empresa promotora de la urbanización ha procedido al desmonte de las parcelas situadas al sur de las estructuras arqueológicas sin contar con el seguimiento arqueológico preceptivo. Ante ello, comunicamos la situación anterior tanto a la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico del Cabildo de Gran Canaria como a la Dirección General de Patrimonio Histórico del Gobierno de Canarias con fecha 8 de agosto de 2006.

Posteriormente, Técnicos del Área de Cultura y Patrimonio Histórico del Cabildo de Gran Canaria, se personan y realizan una inspección en el lugar, teniendo conocimiento de los hechos e indicando a la promotora que deberán habilitar soluciones constructivas en las parcelas desmontadas, con objeto de garantizar la pervivencia de las estructuras arqueológicas. Igualmente se determina que aquellas áreas, consideradas de afección severa, que aún no han sido desmontadas, deben hacerlo con un seguimiento arqueológico que preceda a las mencionadas tareas, hecho que se lleva a cabo en la parcela 50 el día 16 de agosto de 2006. Las parcelas 60, 59 y 58 fueron desmontadas sin contar con el preceptivo seguimiento arqueológico en fechas previas.

Al no haber efectuado el seguimiento arqueológico, y carecer de dotes adivinatorias, este equipo de trabajo no posee elementos de juicio sólidos para afirmar que se haya destruido una estructura arqueológica, apuntando que los indicios manifestados para ello en el escrito objeto de esta contestación, no suponen, desde el punto de vista arqueológico, la seguridad que manifiesta el redactor de dicho documento de que una vivienda prehispánica se ha desmoronado. Lo anterior, no supone que neguemos una posible afección a la estructura situada sobre el perfil desmontado, de hecho, la construcción se encuentra en su lugar de ubicación original, y los muros frontales como el que suponemos el testero de la misma, no se han “desmoronado”, ni mucho menos. En cualquier caso, por parte de este equipo de arqueólogos, se ha intentado aportar soluciones que garanticen la integridad de este enclave. El no seguimiento de las mismas, es responsabilidad total y absoluta de la empresa promotora, y no es responsabilidad de los arqueólogos que firman este documento, el ejercer funciones “policiales” de vigilancia y tutela de todos los yacimientos en los que hemos trabajado.

En otro orden de cosas, en uno de los párrafos del escrito, se manifiesta “…que las vallas naranjas se han movido, especialmente la que limitaba al sur en el sector B se ha pasado unos metros más arriba o al norte…”. La información anterior recalca de nuevo el desconocimiento que tiene el autor de estas frases sobre el desarrollo y el contexto de los trabajos arqueológicos llevados a cabo en Taliarte. La valla naranja que supuestamente “se ha movido” no pertenece a ninguna delimitación del yacimiento arqueológico, sino que era parte del equipamiento de seguridad de la obra con objeto de prevenir la caída de personas por el escarpe creado por un vial ya excavado.

Otro de los contenidos del escrito que escapan a nuestro entendimiento es la siguiente pregunta que se hace el autor: …¿Habrán confundido el valor etnográfico con algo más importante, sin observar la contigua fachada del sector B que estaba en el talud desaparecido bajo tierra y donde no se hicieron sondeos? Si es así se demuestra una clara falta de experiencia… En primer lugar, no se realizaron sondeos en ese lugar porque el terreno original estaba oculto bajo un talud de tierra o escombrera resultante de la explanación que en tiempo más o menos reciente se hizo del área que ocupa el yacimiento arqueológico. El volumen de dicha escombrera imposibilitaba el sondeo manual, por lo que nuestra intención fue que el sondeo de esa zona se llevara a cabo mecánicamente al tiempo que se realizaba el seguimiento arqueológico propuesto para las parcelas designadas como área de afección severa, y que como repetimos, no fue advertido por la empresa promotora. En nuestra opinión, una “falta de experiencia”, si sería en este caso presuponer que se pueda hacer un sondeo arqueológico manual en una escombrera.

Por otro lado, no se entiende la referencia donde se señala que hemos confundido el valor etnográfico “con algo más importante”. ¿Considera el autor que el patrimonio etnográfico no es “importante”? Dentro del lenguaje a veces críptico que utiliza el firmante del texto al que hacemos referencia, creemos que alude en este caso a un muro situado al oeste del yacimiento, que efectivamente confirmamos mediante los sondeos que tiene una factura reciente, como se evidenció en los perfiles de las catas que hicieron junto a el. El espacio que ocupa este muro, era el que seguramente perteneció a una vivienda prehispánica de la que actualmente sólo observamos los restos de lo que parece ser la “alcoba Este” de la misma. Estos restos fueron convenientemente incluidos dentro del entorno de protección inhabilitado para cualquier tipo de construcción. Por lo tanto, no se ha producido ninguna confusión entre patrimonio etnográfico y patrimonio arqueológico como se intenta manifestar.

Por último, queremos mencionar, que este documento irá firmado por sus autores, convenientemente identificados con su DNI. A nuestro juicio, sería recomendable para un futuro, que quien realice acusaciones del calibre de las anteriormente descritas, hiciera lo mismo y no se escondiera, tal y como sospechamos, bajo un seudónimo o intentando que otra persona firme lo escrito por él.

Además, consideramos que este tipo de ejemplos, no es el más recomendable para la lucha en defensa de nuestro patrimonio. Pensamos que tanto empresas como TIBICENA y asociaciones como DEPACA, hemos de remar en el mismo sentido, bregando desde distintos ámbitos de trabajo por un interés común: la conservación y disfrute social de nuestro patrimonio cultural. Incidir además, que las empresas de arqueología se tienen que ceñir en su práctica profesional, no sólo a su interés conservacionista, sino también a una serie de leyes, reglamentos y designios administrativos que rigen cualquier intervención arqueológica, especialmente cuando ésta se relaciona, como es habitual en nuestro contexto, con planes urbanísticos. Solicitamos que no se nos juzgue a la ligera desde aquellos que ignoran (o “dicen ignorar”) los condicionantes anteriores. En este sentido, nos consideramos autorizados, desde el punto de vista de haber librado batallas, algunas cruentas, para “ganar metros” a algunos yacimientos arqueológicos ante la vorágine urbanística, trabajo que requiere soportar presiones que creemos, ni imagina el autor del escrito replicado, acomodado en su atalaya desde donde lanza acusaciones erróneas y malintencionadas.

Finalmente, queremos aprovechar esta oportunidad para promover una mayor comunicación y cooperación entre asociaciones como DEPACA y los diferentes agentes que intervienen en la defensa y custodia del Patrimonio Cultural.

P.D.: La Memoria Técnica Final correspondiente a la intervención arqueológica desarrollada en el Talayón de Taliarte, elaborada por TIBICENA. Gabinete de Estudios Patrimoniales, S.L. se encuentra depositada en el Servicio de Cultura y Patriomonio Histórico del Cabildo de Gran Canaria y en la Dirección General de Cooperación y Patrimonio Cultural del Gobierno de Canarias. Dicha Memoria Técnica Final puede ser consultada bajo petición motivada y dirigida a dichas administraciones.

Agradeciendo de antemano su atención. Un cordial saludo


Última actualización de esta página 11/02/07

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