EL
TABLÓN: El artículo de hoy
Entrevista a Julio Anguita
"Llegó
el momento de sentarnos y decir cómo escribiríamos el Manifiesto
Comunista del siglo XXI"
Antonio Gómez Villar* (1 Parte)
Renacimiento/Rebelión
Julio Anguita ingresó en el PCE en 1972 y fue elegido secretario general en 1989. También fue nombrado candidato a la presidencia del gobierno en ese mismo año. Con él, IU obtuvo su techo electoral. Julio no está retirado de la política, simplemente ha cambiado de trinchera. Actualmente trabaja en la elaboración del “Manifiesto programa” del PCE, escribe semanalmente en la revista “La Clave”, imparte conferencias sobre diversos temas, como por ejemplo “La globalización”, “¿Qué es la izquierda?”, “El Tratado de Constitución Europea” y “La Tercera República”.
El legado que deja Julio a la izquierda de su paso por la política institucional es muy grande, yo me que quedo con el ya famoso “programa, programa, programa”, por su pretensión de concreción y consecuencia. No es algo accidental, accesorio, es sinónimo de elaboración colectiva. Las alianzas hay que hacerlas en torno a él. Su rectitud ética y su compromiso han hecho que sea un político conocido y reconocido por todos, aunque como apunta Julio con tono jocoso “fui el político que más tiempo estuve en las hornacinas pero menos en las urnas”.
LA IZQUIERDA HOY (1)
Antonio Gómez: En primer lugar, tenemos que decir que estamos encantados de poder estar hoy aquí y compartir unos minutos con usted. Le hemos encontrado bastante fuerte físicamente, de salud se le ve muy bien.
Julio Anguita: Bueno, este estado mío de salud que no es malo, es el resultado de varias cosas. Lo primero es que los infartos que tuve los cogí a tiempo, después hubo una operación en 1999 con la implantación de tres by-pass que me han sentado muy bien. Además de eso, todos los lunes, miércoles y viernes voy a un gimnasio donde hago dos horas intensas de ejercicio. Yo ando mucho y eso me mantiene en forma. A todo ello, también hay que añadirle la tranquilidad con que ahora hago mi vida, lo cual no quiere decir que me encuentre apartado de actividades políticas, pero sí de cuestiones institucionales y eso es una vida mucho más relajada.
Nosotros nos alegramos. Quien parece que anda peor de salud es la izquierda.
Antes de la entrevista he estado actualizando un guión de conferencia que voy a impartir en unas jornadas que el PCE organiza en Granada en torno al debate del manifiesto-programa. Creo que ha llegado el momento de ajustar cuentas teóricas, culturales y filosóficas con nuestra propia ideología. Ajustar cuentas no quiere decir que la combatamos sino que la limpiemos de las posibles excrecencias que el tiempo y la historia han acumulado sobre ella. Hemos de preguntarnos qué valor tiene ser comunista, qué sentido tiene la izquierda y, lo que es más importante, a qué llamamos izquierda. En los inicios del siglo XXI, estos planteamientos o se los hace la izquierda o la izquierda terminará desapareciendo, como de hecho está ocurriendo. Actualmente, se mantienen sus siglas, se mantienen sus medios de comunicación, más o menos modestos, se mantienen sus candidaturas pero el nervio teórico, el nervio político está desapareciendo. La confusión es terrible. Es más, esta mañana en el diario EL
PAIS, viene el resumen de una conferencia de Felipe González, donde él dice que Europa tiene que ser más competitiva, que el mercado laboral está siendo demasiado rígido, es decir, el contenido exacto de la derecha. Pero no debemos ser rápidos de lengua con este hombre, porque el capital tiene una lógica y se llama globalización, y es lógico, yo no digo que esté de acuerdo, digo que es lógico. Tiene un proyecto de economía. Pues muy bien, el problema es que nosotros no tenemos una lógica, ni un proyecto alternativo aunque implique nadar contracorriente, Por ejemplo, frente a las horas extraordinarias y al empleo precario aquí hay que hablar del reparto de la jornada de trabajo, lo cual implica otro modelo de sociedad, pero es que no hay otra salida. Y ahí, sindicatos, y hablo de UGT y CCOO e IU empiezan ya a flaquear, porque estamos ya en cierta medida instalados en los valores del poder, en la cultura del poder, en los hábitos del poder, en el consumismo y en los hábitos puramente electorales. Pues bien, ha llegado el momento, que es lo que pretendemos nosotros, de que ahora nos sentemos y digamos cómo escribiríamos en el siglo XXI el Manifiesto Comunista. Eso es lo que resume todo lo que he dicho anteriormente.
Podemos afirmar que el futuro de la izquierda pasa por donde siempre pasó, lo que constituye el mensaje permanente de la izquierda, que es el de hacer suya la causa de los oprimidos. Usted ha dicho que se podrán modernizar los métodos, las maneras de hablar, pero que ese mensaje no se puede cambiar nunca. En ese sentido, los explotados también tienen que unirse en esta lucha.
Si los explotados, oprimidos, alienados, enajenados, dominados, como usted quiera, no hacen el ejercicio de liberación, pues… aquí no hay redentores. El proyecto marxista no habla de redentores. Habla de romper las cadenas, pero los que las tienen, que las tenemos todos, cadenas de mucho tipo, no solamente económicas, también ideológicas, culturales, de valores. Ahora bien, qué es lo que ocurre, que para romper las cadenas hay que tener músculo. Y de la misma manera que uno hace músculo ejercitándose en un gimnasio, pues en el debate de verdad, yendo a fondo, se hace músculo ideológico. Y es aquí donde estamos encontrando las grandes dificultades. Mucha gente le rehuye el pensar. Y uno de los males que en estos momentos está acosando a la humanidad es el miedo a pensar, pero especialmente eso ocurre en España. En España siempre ha habido miedo a pensar, daba miedo la libertad de pensar porque obligaba. Y ahí estamos encontrando un valladar fuerte. No podemos pretender que la dirección del partido apruebe un documento, lo lance y tú luego lo aplicas o no lo aplicas (y me refiero no al militante de base, sino a los dirigentes de las federaciones de las comunidades autónomas, y a los dirigentes centrales). Ha llegado el momento en que tú renueves tu apuesta, sabiendo qué es lo que hay que hacer tras un debate y, repito, está costando mucho trabajo.
Son muchas las cadenas de las que debemos liberarnos. Una de las cuestiones fundamentales que todos hemos de asumir es que los niveles actuales de consumo de Europa occidental y Norteamérica son insostenibles. Si todo el planeta siguiera tales pautas de consumo y, por tanto, agotamiento de recursos, en siete u ocho décadas nos cargaríamos el Planeta Tierra tal y como hoy lo entendemos. Los recursos son limitados.
Estamos ante un hecho nuevo. En la época de Marx y posteriores épocas (voy a explicarlo en parámetros andaluces), la revolución empezaba por la reforma agraria, en donde el jornalero, el proletario del campo accedía a la propiedad. Él labraba la tierra, recogía los frutos de las cosechas, los vendía, se unía en cooperativas, etc., pero el problema hoy es que se está premiando a los que no siembran, cuando el problema de los precios depende de la
OMC. Por supuesto que el problema de la tierra sigue siendo el de la propiedad. Pero lo fundamental es que tenemos que hablar de otro sistema de reparto y de economía. Y ahí no hemos llegado. Fíjese que debate hay en el mundo en este momento: los países que están en vías de desarrollo reclaman que los países del primer mundo se desarmen arancelariamente para que ellos puedan exportar su agricultura, y los países del primer mundo les dicen sí, sí, pero usted abra sus aduanas a mis productos industriales. Cuando dicen que eso lo van a poner en marcha, automáticamente los campesinos españoles, los campesinos en Francia, dicen que en absoluto se puede permitir eso, porque ellos necesitan que los sigan subvencionando. Fíjese que paradoja. Eso es lo que hay que abordar. El paso de la propiedad privada a la colectiva debe estar presidido por otras relaciones económicas y por otros parámetros éticos. La expropiación de las tierras de la duquesa de alba, por poner un ejemplo, es algo consustancial con una reforma agraria digna de tal nombre pero no sólo es eso.
* Antonio Gómez Villar es estudiante de Filosofía de la Universidad de Málaga
(UMA) y coordinador de organización de la asamblea local de IU en
Coín.
|
Nota
de/para los amigos que me escriben:
De: Pablo
Cingolani
Asunto: Solidaridad con el compañero Walter
Chávez
Amigos de Bolivia y del mundo entero:
Acabo de llegar desde Buenos Aires-Argentina y me encuentro con toda una campaña orquestada y aceitada para destruir a través de medios de comunicación nacionales e internacionales a mi amigo y colega de origen peruano Walter Chávez, director del quincenario El Juguete Rabioso y de la edición boliviana de Le Monde
Diplomatique.
Quien quiera más información sobre el caso, puede leerlo en la catarata informativa que encontrará en la sección noticias de
Google: allí es mucho más fácil advertir como la derecha del Perú –detonada y en connivencia por la derecha boliviana que busca acabar con el Gobierno Democrático de Evo Morales
Ayma- están buscando demoler a Walter, mintiendo sin vergüenza, como lo han hecho siempre contra los luchadores populares y los que no aceptan las injusticias que sufren nuestros pueblos.
Debajo les envío una carta de solidaridad que pensamos publicar el domingo aquí en La Paz. Les pido, con todo respeto y cariño, que la lean y que por favor, la suscriban HOY MISMO, enviándome de inmediato un correo de aceptación.
Muchas Gracias.
La Paz, 2 de febrero de 2007
Carta de solidaridad con Walter Chávez
En los últimos días, algunos medios de comunicación del país y del extranjero se han prestado para lanzar una inusual y virulenta campaña de desprestigio contra el periodista e intelectual peruano Walter Chávez, en la que ha primado el adjetivo por sobre el argumento.
Los que firmamos esta carta queremos:
1. Demostrar nuestro apoyo total y abierto al periodista Walter Chávez, víctima del bochornoso linchamiento mediático digitado por los sectores de derecha.
2. Denunciar que esta campaña, además de intentar dañar la figura de Chávez, es parte de una acción mayor destinada a deslegitimar al actual gobierno, cuestionando a la gente que es solidaria y que trabaja en favor de las transformaciones sociales.
3. Recordar que Walter ingresó al país legalmente en 1992 y fue acogido como refugiado político en apego a los convenios internacionales firmados por Bolivia ante Naciones Unidas. La Agencia de la ONU para los Refugiados evaluó que Chávez era un perseguido político en su país (lo apresaron y tuvieron que liberarlo al mes por falta de pruebas en su contra), y le concedió asilo, como a cientos de ciudadanos de otros países.
Quienes acusan a Chávez de ser responsable de los hechos de violencia que sacudieron al país en las pasadas semanas echan una cortina de humo sobre los verdaderos responsables de la violencia y la desestabilización social.
Walter Chávez, fundador de El Juguete Rabioso y director de la versión boliviana de Le Monde
Diplomatique, es una figura valiosa dentro del medio intelectual y ha probado con sus actos su entrega total en favor de la construcción de un futuro mejor para Bolivia. Por todo ello goza de nuestra absoluta solidaridad.
Firman: (Personalidades nacionales y extranjeras)
-> La verdad se impone y la conjura mediática se desmorona
El
caso del periodista Walter Chávez es otra movida dentro la escalada
fascista
Wilson García Mérida
|