EL
TABLÓN: El artículo de hoy
El
sitio de Ecuador
Rafael Morales
Tenía que suceder. La derecha corrupta, asustada por la posible pérdida de algunos privilegios, pone cerco al presidente ecuatoriano Rafael Correa, quien tomó posesión de su cargo hace apenas un par de semanas. Ni un día de respiro. Primero, muere en circunstancias muy sospechosas la ministra de Defensa Guadalupe
Larriva, adversaria del Plan Colombia y de la base gringa de Manta. Hay una investigación abierta. Segundo, el Congreso pretende sabotear la aplicación de la primera promesa electoral del presidente electo: convocar un referéndum para aceptar o rechazar elecciones a una Asamblea Nacional Constituyente.
Los ecuatorianos están hartos de tumbar presidentes que se acogen al neoliberalismo después de darle la espalda a sus propias promesas. El país se empobrece a marchas forzadas, provocando miseria y emigración. Los líderes de los partidos políticos tradicionales están sumergidos en una corrupción solamente equiparable por su amplitud a su propio desprestigio y a las trapisondas bancarias. Estos políticos controlan el Congreso, pero además todo el aparato judicial. El rechazo de los ciudadanos a este estado de cosas quedó claramente expresado en las elecciones presidenciales de noviembre. Correa ganó porque prometió combatir la corrupción política. ¿Cómo? Con una reforma a iniciar por medio de las elecciones a la Asamblea Constituyente.
Para ello, Correa apeló al artículo 104, numeral dos de la Constitución vigente, que faculta al presidente de la República a convocar un referéndum, cuando, a su juicio, se trate de cuestiones de gran importancia para el país. Así que ordenó al Tribunal Supremo Electoral (TSE) la organización de la consulta popular para el mes de marzo. En lugar de cumplir con su trabajo, el TSE envió el decreto presidencial al Congreso, donde ya esperaban esa iniciativa inconstitucional del tribunal para cuestionar el carácter legal del plebiscito. Esta impostura anunciada hizo que algunos partidos políticos, sindicatos, organizaciones campesinas, barriales y profesionales organizaran una manifestación ante el Congreso en Quito, y en otras ciudades, con la idea de impedirla. Cuando los congresistas vieron que miles de personas se acercaban, decidieron salir para montar el espectáculo mediático en un hotel, mientras la policía reprimía a quienes, indignados, intentaban ocupar la sede parlamentaria.
Los medios de comunicación españoles decidieron desviar un poquito la atención. Sustituyeron que “El Congreso intenta sabotear el referéndum para una Asamblea Constituyente” por ”Seguidores del populista Correa asaltan el Parlamento”, aunque el segundo acontecimiento sea una consecuencia del primero. Más aún, atendieron ampliamente a la rueda de prensa ofrecida por Jorge Cevallos, el presidente del Congreso, desde su cercano exilio en un hotel. Y eso está bien. Este dirigente de la oposición también colocó el tema del referéndum en un segundo plano y se dedicó a soltar insultos como el siguiente: “El presidente Correa no entiende otra razón que no sea el caos, que no sea la fuerza, que no sea la violencia”. Y acaba de asumir el cargo. Ya puede asumir otra evidencia: intentarán acabar con su programa y/o con él lo antes posible, pero de ninguna manera por la vía democrática.
Por su parte, la cadena SER recogió las declaraciones del presidente ecuatoriano: “Se trata de una lucha entre el poder de unos cuantos frente a lo que quiere la mayoría. ¿Cómo se explica que el 60% del Congreso esté bloqueando la consulta popular que yo he convocado para que el pueblo se exprese a favor o en contra de la Asamblea Constituyente, mientras que el 80% de la población (según las encuestas) sí quiere esa asamblea y esa consulta? Eso demuestra el colapso de nuestra democracia y por eso es necesaria esa asamblea nacional constituyente”. Pues se explica muy sencillamente. Porque tienen pánico a perder sus prebendas. Seguramente por ese motivo los miembros del Congreso decidieron hace unos días subirse el sueldo en unos mil dólares más mensuales. ¡Otra provocación grosera contra el empobrecido pueblo ecuatoriano que también explica la legítima indignación de la mayoría!
rafaelmorales@canariasahora.com
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Nota
de/para los amigos que me escriben:
De: Michel
Collon
Asunto: El mito del "ejército más moral
del mundo" (segunda parte)
Silvia Cattori
http://www.michelcollon.info
- ¿Sigue perteneciendo al movimiento de los «refuzniks»?
- Firmé el manifiesto "Valor de negarse ", pero ya no pertenezco a él. Sus miembros son sionistas.
- ¡Por supuesto! ¿Qué quiere decir para usted el término sionista? Se puede ser sionista y estar contra la ocupación. El sionismo tiene diferentes significados. Para los palestinos quiere decir que se destrozan sus tierras. Por lo tanto, para ellos todo israelí que apoya la ocupación es sionista, una mala persona. Pero en Israel el sionismo significa algo bueno. Este término tiene un significado positivo. Por ejemplo, ayudar a una anciana a cruzar la calle es calificado de gesto sionista. En la opinión, por lo general hablada, sionismo significa que Israel debe ser un Estado judío. Muchas personas que pertenecen al movimiento «Valor de negarse» se definen como sionistas. Yo no soy sionista. No creo que el concepto de Estado judío sea un concepto justo: creo que implica el racismo a un nivel muy profundo.
- ¿Qué piensa usted en este momento en que su país ha vuelto a emprender una guerra contra Líbano y en que sus hermanos arrasan pueblos y ciudades?
- Creo que Líbano debe decidir si es un Estado o no. En Líbano hay dos ejércitos. Uno que es democrático, que es el más pequeño y menos eficaz de los dos, y que no ejerce su soberanía. Y el ejército de
Hezbollah, que según todos los criterios es un buen ejército pero que no responde al pueblo libanés; que actúa en nombre de Nasrallah y responde a Siria e Irán. Es un ejército de guerra. Hezbollah quiere la guerra ; la guerra es un buen negocio para
Hezbollah. No creo que sea el pueblo libanés quien debiera pagar el precio. Por otro lado, he leído que Israel ha matado a cientos de personas en pocos días. Es horrible y moralmente no hay excusa para ello. Y estratégicamente no sirve a ningún objetivo. Simplemente, han destruido Líbano. Creo que es lo que quería Hezbollah y que es bueno para él.
No sentimos desconcertados al oír como suya la propaganda militar más simple. Este hombre, que estaba ante nosotros y a quien habíamos querido conocer pensando que su manera de ver sería contraria a la del Estado Mayor israelí y de sus compatriotas en general, no se desmarcaba de sus opiniones.
- ¿En Bil'in usted apoya a los palestinos contra los que lucha el ejército israelí y en Líbano usted apoya al ejército israelí? ¿No es esto contradictorio?
- Si, así es. De hecho, si considero las cosas profundamente, cuando me opongo a lo que hace el ejército, lo hago con la esperanza de tener una vida mejor; no lo hago por los palestinos, sino por mí mismo.
- ¿Mató usted a libaneses cuando estuvo en Líbano en los años noventa?
- Tenía 18 cuando empecé en el ejército. Tras un año de adiestramiento en Israel, entre 1995 y 1996, fui al sur de Líbano y volví a los 21 años. Recibí más golpes de los que di. Murieron amigos. Era como en la guerra.
- Usted luchó en Cana en 1996. ¿No quiere hablar de ello?
- Sí, yo estaba en Cana durante la operación llamada «Uvas de la Ira». Lo que hicieron entonces fue muy violento, pero menos violento que lo que hacen hoy. El objetivo de esta operación era el mismo que el que persigue el ejército israelí hoy: acabar con Hezbollah y presionar al gobierno libanés para que haga callar las armas de
Hezbollah.
- ¿Su batallón disparó sabiendo que había civiles desarmados?
- Dispararon contra el mortero. No se disparó la bomba con el objetivo de matar a la gente. Tras una semana de combates, Hezbollah instaló sus morteros cerca del campo de refugiados para disparar contra las posiciones israelíes, pensando que el ejército israelí no dispararía ahí. Hezbollah alcanzó al ejército israelí y éste pidió poder disparar contra esta posición. Fue entonces cuando una de las bombas cayó en el campo de refugiados bajo protección de Naciones Unidas.
- ¿Cómo puede usted decir que «dispararon contra el mortero» cuando murieron al menos 130 refugiados palestinos y hubo centenares de heridos?. ¡Un enorme baño de sangre! Sin embargo, se trataba de mujeres y de niños y no de combatientes de
Hezbollah.
- El objetivo era el mortero.
- ¿Cómo se puede disparar para hacer callar un mortero cuando se sabe que se puede matar a mujeres y niños?
- El objetivo era el mortero.
Ninguna emoción, ninguna inflexión en al voz. Ninguna confidencia, pensamos nosotros. Respuestas breves, descarnadas, aprendidas de memoria. Para todos estos soldados que han sido enviados al frente a masacrar a los civiles, ¿se trata, nos parece a nosotros, de no reconocer nunca un crimen, de no asumir nunca el hecho de que toda operación militar sobre el terreno es una responsabilidad colectiva, de no incriminar nunca a sus compañeros?
- No parece que usted condene esta acción.
- No, no culpo al soldado que disparó contra el mortero. Recibió una lista de números, los introdujo en el ordenador y disparó. Culpo al gobierno israelí que no debería haber entrado en Líbano ni haber lanzado esta operación y que no debería haberse servido de la población civil para obtener fines políticos.
- ¿Fue entonces cuando abandonó usted el ejército?
- Sólo me quedaban cuatro meses para cumplir cuando dije que no quería continuar.
- ¿Y hoy está usted de acuerdo con su gobierno que masacra mujeres y niños?
- En aquella época Hezbollah luchaba contra la ocupación de nuestras tropas. Hoy es diferente, lo que hace Hezbollah no es legítimo.
- En el momento en que estamos hablando el ejército israelí ocupa y bombardea los mismos lugares en los que usted combatió. ¿Qué siente usted?
- Sí, conozco muy bien los lugares en los que están ahora. Yo estaba en el pueblo de Marjaron donde ayer hubo una gran batalla. Y en Benjel donde están combatiendo .
- Firmó usted ayer el manifiesto «Valor de negarse» y hoy parece estar totalmente de acuerdo con la agresión de Líbano por el ejército israelí.
- No querría ser enviado a Líbano. Una vez dicho esto, la guerra no habría empezado si Hezbollah no hubiera secuestrado soldados. Creo que Hezbollah quería la guerra. Su objetivo era matar civiles. Israel no habría empezado su Hezbollah no hubiera secuestrado...
- Las informaciones que tenemos indican que los soldados capturados por las fuerzas de Hezbollah estaban dentro de Líbano.
- No es lo que yo sé. Lo que es seguro es que fueron secuestrados en Israel.
- Israel ha invadido Líbano, arrasado ciudades por tres soldados capturados. ¿No indica esto que Israel tenía un plan, que quería emprender una guerra y que ha aprovechado la ocasión?
- Por supuesto que Israel tiene planes preparados. Eso es lo que hace un ejército. Por supuesto, es lo que ocurre más allá del secuestro de los dos soldados. La decisión de ir a Líbano se basó en el hecho de que si Hezbollah proporcionaba un pretexto, Israel aprovecharía esta ocasión como un elemento desencadenante para cambiar las reglas del juego en Líbano. La dureza de la reacción de Israel se debe a diversas razones. Una es que Israel comprendió que si intervenía en Líbano su acción sería muy dura, muy eficaz. No se pueden dejar las cosas así, en una situación en que hay dos ejércitos en Líbano ¿Cuál es el soberano? ¿Hezbollah o el gobierno libanés? Por medio de su intervención Israel hace saber a Líbano que para él no es tolerable someterse a una situación en la que Líbano no es un Estado soberano. En Líbano hay dos ejércitos y uno de ellos hace lo que quiere cuando ya no hay ocupación israelí de Líbano.
- He estado recientemente en Líbano. Israel viola el espacio aéreo día y noche; y los libaneses consideran las granjas de Chaaba ocupadas.
- Chaaba tiene unos cientos de kilómetros cuadrados. Hezbollah lo utiliza como pretexto para continuar luchando. La guerra es un buen negocio para
Hezbollah.
- ¿Pero usted no cree que la rama armada de Hezbollah que defiende a Líbano contra la agresión israelí lleva a cabo una lucha de resistencia? ¿No hay todo un pueblo que resiste contra su invasor?
- ¿Qué resistencia?
- Según parece, el pueblo libanés apoya unánimemente a las fuerzas que llevan a cabo una lucha de resistencia.
- ¿Resistencia contra qué?
- ¿Los libaneses que son masacrados no tienen derecho a defenderse? Usted apoya el movimiento de los «Anarquistas contra el Muro» que cada viernes se manifiesta en Bil'in contra su ejército. Hezbollah resiste en Líbano como los palestinos resisten en
Bil'in. ¿No es la misma lucha?
- Apoyar Bil'in es lo que hay que hacer. No tiene nada en común lo que pasa en Líbano y lo que pasa en los «territorios».
Ni una palabra que llame a las cosas por su nombre: Palestina, palestinos. Permanece en la abstracción. Ni un «nosotros», ni asumir responsabilidades.
Las respuestas de Elad suscitan otras cuestiones. ¿No han sido los refuzniks un factor de equilibrio en un momento en que el Tsahal corría el riesgo de trastornar demasiado a la opinión pública? ¿No fueron un efecto de marketing, de moda? Presentados como una «luz de esperanza y de valor» por quienes en el campo de la paz canalizaban las ilusiones, ¿no quitaron el sitio de los resistentes a quienes Israel trata de «terroristas», y a quienes sus F 15 exterminan con misiles violando todas las leyes internacionales? Un militante por la justicia en Palestina nos da su respuesta.
«Los refuzniks se han quedado como un movimiento muy marginal en Israel. Se les ha concedido un lugar desmedido respecto a su realidad. Compuesto de diferentes grupos que están de acuerdo a grandes rasgos sobre la negativa a ir a hacer el servicio [miliar] y su periodo de reservistas en los "territorios palestinos ocupados". Sus motivaciones son morales y políticas. La primera frase del manifiesto fundador del movimiento «Valor de negarse» dice: "Nosotros, oficiales y soldados combatientes de reserva del
Tsahal, que hemos crecido en la cuna del sionismo y del sacrificio por el Estado de Israel...". No es, por lo tanto, sorprendente que unos refuzniks hayan apoyado decididamente la guerra emprendida contra Líbano. Porque con ello ¡"defienden y refuerzan en Estado de Israel»!. Su postura exclusiva sobre «los territorios del 67» es lo que explica por qué los refuzniks han gozado de una gran promoción por parte de los movimientos de solidaridad en Europa ; estos últimos se han servido de ellos para defender su línea política y la del campo de la paz en general que se limita a decir que «el problema es la ocupación desde 1967, que basta con retirarse detrás de la línea verde».
No tener en consideración lo que ocurrió antes de 1967 equivale a perennizar la existencia de
Israel como Estado exclusivamente judío sobre el 80 % del territorio histórico de Palestina y, por lo tanto, eliminar la cuestión del derecho al retorno de los refugiados. En una situación en la que todo es legal, la tentación de la ambigüedad y de negar la limpieza étnica es una escapatoria humanamente comprensible. Sin embargo, ningún israelí puede perder nunca de vista que está pisando sobre la sangre de los palestinos, que solo por medio de la fuerza y de la brutalidad Israel puede imponerse como «Estado judío exclusivo» y que viviendo sobre esta tierra robada a los palestinos -que obliga a Israel
a emprender guerras sin fin para conservarla- solo se puede prolongar el sufrimiento de los palestinos. La resolución 194 de la ONU reconoce a los refugiados palestinos el derecho al retorno a sus tierras, aunque Israel nunca lo haya reconocido de facto.
Ahora bien, los refugiados palestinos a los que Israel ha excluido, encerrado en ghettos, sólo esperan una cosa: que se les devuelva lo que se les ha quitado. Para ellos, todo israelí que vive en un Estado que se ha construido sobre su tierra es un colono que viola los principios de justicia y de derechos humanos. Sólo hay una cosa que hacer: dejar a los palestinos -y a los sirios expulsados de los Altos de
Golán- volver ahí de donde fueron expulsados e inmediatamente. Y, por último, dejar de acusar de «antisemitismo » a quienes exigen a Israel que reconozca sus errores.
Transformar Israel en un Estado que reconociera a los refugiados palestinos el derecho a volver a sus casas y que aceptara tratarlos en pie de igualdad, en un solo Estado, sea cual sea su religión, no significaría en absoluto «la aniquilación de Israel» ni arrojar «a los judíos al mar» como a veces se oye decir, sino el final de una forma de Estado que practica la discriminación religiosa y étnica.
El campo de la paz (3) y el campo de la guerra no están tan alejados. «El problema en Israel es que, contrariamente a lo que se dice, entre Peace Now (Paz ahora) y Avigdor Lieberman no hay una distancia ideológica tan grande. Se trata de una cuestión de táctica para saber cómo asegurar un mejor Estado judío con una fuerte mayoría demográfica, si no exclusiva», afirma desolado el historiador israelí Ilan Pappe (4).
Negarse a servir en los «territorios palestinos ocupados» - este término «territorios» es tan ambiguo como inaceptable - al tiempo que se atribuyen el derecho a permanecer en esta tierra robada, lo que obligará a Israel a hacer la guerra a los árabes durante siglos, no es una postura humana y moralmente aceptable.
Ser autorizado a establecerse en Tel Aviv, en Jerusalén o en Haifa - y poder elegir de facto la nacionalidad israelí - porque se es de confesión judía, instalarse para siempre en las casas a las que sus dueños, que han sido desposeídos de ellas brutalmente, no tienen derecho a volver y deben permanecer hasta pudrirse en ghettos miserables en
Cisjordania, en Siria, en Líbano, en Gaza, ¿ es eso normal ? Desde luego que no. Pero en Israel nada es normal.
1) - De septiembre de 2000 a finales de 2006, el ejército israelí y los colonos mataron a 5.150 palestinos, 1151 de los cuales eran
niños. El número de ataques israelíes desde la cumbre de
Charm-El-Sheikh en febrero de 2005, se eleva a 70.079.
2) «Anarquistas contra el Muro» es un movimiento israelí, del que es iniciador el espléndido Yonatan
Pollack, de 25 años, y cuenta con decenas de jóvenes militantes. Todos los viernes participan -junto con el International Solidarity Movement palestino
(ISM) y los internacionalistas que están de paso - en la manifestación contra la construcción del Muro, especialmente en
Bil'in. Son muy apreciados por los habitantes de los pueblos palestinos que les conocen y llevan a cabo acciones de resistencia no violenta directas junto a ellos y como ellos, son violentamente atacados por los soldados israelíes. Lo mismo que el pequeño grupo de militantes de
Tayoush.
3) Comprende fundamentalmente: Gush Shalom (fundado en 1993 por Uri Avnery), Mujeres de Negro en
Noir, Bat Shalom, (Comité contra la demolición de las casas), Físicos por los Derechos Humanos. Este campo de la paz sólo cuenta con unos centenares de miembros activos, pero fuera cuenta con un amplio apoyo político y financiero por parte de organizaciones judías y de asociaciones pro-palestinas. En Francia fundamentalmente tiene el apoyo de la Asociación Francesa Solidaridad con Palestina
(AFPS) y de la Unión Judía Francesa por la Paz
(UJFP), en la que se inspira su línea política : dos Estados(« cada uno en su casa »), el reconocimiento de que la vuelta de los refugiados es un derecho que, sin embargo « ya no puede ser aplicable ».
4) http://electronicintifada.net/v2/article6206.shtml
Enlace con el
original Traducido del francés por Beatriz Morales Bastos
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