MÁS SOBRE SINALEFAS

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Consiste en pronunciar en una sola sílaba poética, la vocal final de una palabra y la inicial de la palabra siguiente. Es el enlace de sílabas por el cual se forma una sola, con la última vocal de un vocablo y la primera del siguiente, cuando aquél acaba en vocal y éste empieza con vocal, precedida o no de h muda. A veces enlaza sílabas de tres palabras; por ejemplo: volvió~a~Europa.
Cuando dos o más vocales seguidas se pronuncian sin formar una sílaba única, se dice que están en hiato. En español existe desde antiguo una tendencia muy marcada a reducir los hiatos a diptongos y a juntar por sinalefa la vocal o vocales finales de una palabra con las iniciales de la palabra siguiente, dentro del mismo grupo fónico. La posibilidad de la sinalefa con más de dos vocales depende de que éstas se hallen en serie de abertura creciente o decreciente, o de que las más abiertas estén en el centro de la sílaba como ápice silábico de ella: las más cerradas están en posición explosiva o implosiva, en la tensión o en la distensión, respectivamente.
«La posibilidad de juntarse por sinalefa varias vocales del español, depende de que formen serie de abertura creciente  o decreciente o de que las de articulación más cerrada (i, u) se hallen en los extremos de la sílaba, y las más abiertas en el centro.
Por ejemplo, en el verso octosílabo sal~a~esperarlo al camino se juntan 4 vocales, porque la articulación se abre progresivamente i-o-a, y luego se cierra en e. Un caso rarísimo de encontrar lo formaría el verso octosílabo volv~a~Europa desde Australia, que como vemos se forma una sinalefa con las 5 distintas vocales de nuestro alfabeto.
En la frase esta o aquella no pueden unirse las tres vocales porque la o es más cerrada que las dos aes en que está intercalada, y exige un nuevo impulso articulatorio, es decir, una sílaba distinta. Cabe, por lo tanto, definir en este sentido la sílaba como el conjunto de sonidos comprendidos entre dos depresiones de la articulación.
La sinalefa es la fusión de la vocal o vocales finales de una palabra con la vocal o vocales iniciales de la palabra siguiente, de modo que se integren, a efectos fonéticos y métricos, en una sílaba: Muerta la lengua a Eurídice respira (Jáuregui). Puede haber fusión de una sola sílaba de la vocal final de una palabra y la inicial de la siguiente; puede ser la misma vocal: ‘larina’ (por la harina); vocales que forman normalmente diptongo: tu ojo (uo); o vocales de las que no lo forman gramaticalmente: la orden  (a-o).
Dentro de la palabra nunca se juntan más de tres vocales en una sílaba. Del enlace de unas palabras con otras resultan frecuentemente grupos vocálicos hasta de cinco o seis vocales.
Las principales modificaciones que las vocales experimentan al contraerse en sinalefa son las mismas que se han indicado con relación a la sinéresis. La i y la u se reducen a semiconsonantes o semivocales, según se hallen respectivamente al principio o al fin del grupo vocálico. La e y la o se abrevian y relajan, inclinándose al tipo cerrado o al abierto, según la influencia de los sonidos vecinos y según también su posición en el grupo. La vocal menos variable es la a, sin que esto signifique que no se deje asimismo influir hasta cierto punto por las otras, y en especial por las vocales velares o, u.
La reunión de las vocales en sinalefa ofrece multitud de combinaciones distintas
aa escalera~arriba
ae amada~esposa
ai oferta~injusta
ao palabra~osada
au casa~humilde
ee puede~escribir
ei nombre~ilustre
eo tiene~orgullo
eu gente~humilde
ia casi~apagado
ie mi~esperanza
ii casi~imposible
io mi~obligación
iu ni~una vez
uu espíritu~humano
uo por su~honor
aaa llega~a~adorar
aae iba~a~encender
aao estaba~ahogada
eaa aprende~a~hablar
eao presume~ahondar
iau justicia~humana
oaa vuelvo~a~atarlo
oao dispuesto~a~obedecer
uau fatua~humildad
uou monstruo~humano
iaau regia~autoridad
ioae corrió~a~esperarlo
ioau palacio~augusto
uoau inicuo~augurio
ioaeu envidio~a~Eugenia // volvió~a~Europa
Las vocales representan aproximadamente el 50% del material fónico del idioma español. Las consonantes, aunque forman una serie más numerosa que la de las vocales, no entran en mayor proporción que éstas en la composición de las palabras. La vocal más frecuente es la a. Las variantes abiertas e, o, en la pronunciación española normal, son menos frecuentes que las cerradas e, o. En el habla regional de algunas provincias del Sur, las variantes cerradas son, por el contrario, menos frecuentes que las abiertas.
Menéndez Pidal ha indicado oportunamente que la gran uniformidad fonética del español, “mayor, por ejemplo, que la de las otras dos grandes lenguas europeas extendidas por América, se debe en gran parte a la sencillez, claridad y firmeza de nuestro sistema vocálico”.


SINALEFA Y DIALEFA

Todos sabemos que cuando se juntan dos vocales débiles o cerradas (i, u) siempre se forma diptongo —a excepción de cuando una de ellas sea tónica—, y que por ello forman parte de una única sílaba.

Por otro lado, cuando en una palabra se unen una vocal débil (i, u) con una vocal fuerte o abierta (a, e, o) el que formen diptongo o hiato depende de qué vocal esté acentuada y, en ocasiones, de la posición de cada vocal en la palabra.

Así, si el acento recae sobre la vocal fuerte, y ésta antecede a la débil, se pronuncia siempre como diptongo (teméis, voy, causa). En el caso de que la vocal débil anteceda a la fuerte unas veces se puede pronunciar como diptongo y otras como hiato; esto es, se deshace el diptongo y cada vocal forma parte de una sílaba diferente. Tal es el caso, por ejemplo, de la secuencia ie que en la palabra “miedo” se pronuncia como diptongo (mie-do) y en la palabra “rieron” se pronuncia como hiato (ri-e-ron). Pauta, pienso, reino, periódico, etc. pueden ser otros ejemplos de palabras en las que se unen vocales débiles y fuertes.

Si el acento recae sobre la vocal débil se suele pronunciar como hiato (laúd, reír, mía, caída), aunque la pronunciación suele fluctuar dependiendo del origen geográfico y/o social del hablante.

Otra cuestión es la forma de pronunciar las palabras en las que se unen dos vocales fuertes. Por lo general se pronuncian como hiato siempre que el acento prosódico recaiga sobre una de ellas (marea, golpear). Pero cuando el acento prosódico no recae sobre ninguna de ellas, estas palabras pueden articularse como diptongos (pe-tró-leo, lí-nea, a-é-rea, e-té-reo) o como hiatos (ca-e-rá, po-e-sí-a) dependiendo de que la sílaba acentuada esté antes o después. Y claro, también existen palabras que confirman que la regla no es exacta como por ejemplo “cae” o “cruel” ya que hay personas que pueden pronunciarlas de distinta forma: (cae o ca-e) - (cruel o cru-el)…

En el caso de unirse dos vocales débiles también se articulan en ocasiones como diptongo o hiato. Por ejemplo “gratuito” se pronuncia gra-tu-i-to o gra-tui-to dependiendo de diversos factores.

La Real Academia Española, para evitar estas ambigüedades, dicta como norma que la unión de dos vocales fuertes dentro de una palabra siempre se considera hiato. En el resto de las combinaciones se considera siempre hiato o siempre diptongo dependiendo de la posición de las tildes con independencia de la pronunciación real dentro de la palabra.

He aquí unos versos de poetas famosos para comprobar cómo los miden y qué criterios han seguido

G. A. BÉCQUER

Ella tiene la luz, tiene el perfume,    (11 sílabas)
el calor y la línea;   (7 sílabas)
la forma engendradora de deseos,   
(11 sílabas)
la expresión, fuente eterna de poesía.   
(11 sílabas)


MIGUEL HERNÁNDEZ

Frente a mí varias líneas    (7 sílabas)
de asesinos están,   
(7 sílabas)
acechando mi vida,   
(7 sílabas)
campeadora y audaz,   
(7 sílabas)
que acobarda al acecho   
(7 sílabas)
y al cañón más fatal.   
(7 sílabas)

No llevarás mi pueblo a la derrota,    (11 sílabas)
dictador fracasado, rey confuso,   
(11 sílabas)
y caerás por la punta de una bota   
(11 sílabas)
sobre tus flacos días puesta en uso.   
(11 sílabas)


Corazón cada día más frecuente    (11 sílabas)
en para idolatrar criar ciudades   
(11 sílabas)
de amor que caen de todas mis edades   
(11 sílabas)
babilónicamente y fatalmente.   
(11 sílabas)


El sabor de la tierra se enriquece y madura:    (14 sílabas)
caen los copos del llanto laborioso y oliente,   
(14 sílabas)
maná de los varones y de la agricultura,   
(14 sílabas)
bebida de mi frente.


RAFAEL DE LEÓN (de ROMANCE DE "LA LIRIO")

La colilla
cae de los labios al suelo,
    (8 sílabas)
como un sucio equilibrista
    (8 sílabas)
que cayera de un trapecio.
    (8 sílabas)
Y por la taberna va
un taco de carretero
que se clava en la flamenca
de un cartel de toros viejo.




LA SINALEFA  Y LA SINÉRESIS EN LA SÍLABA PRINCIPAL DEL VERSO

Sea, por ejemplo, los siguientes versos:
1) cae la lluvia a borbotones = 8 sílabas = cae—la—llu—viaa—bor—bo—to—nes = (sinéresis)
2) la lluvia del cielo cae = 8 sílabas = la—llu—via—del—cie—lo—ca—e = (correcta separación en sus 2 sílabas)
Es el diferente tratamiento que recibe una palabra bisílaba cuando va al principio o al final del verso (caso de sinéresis).

1) Dime… ¿qué es lo que - hago? = 8 sílabas (hiato) = Di—me…—¿qué—es—lo—que—ha—go?
2) ¿Que~hago reproches, me dices? = 8 sílabas (sinalefa) = ¿Queha—go—re—pro—ches,—me—di—ces?
Parece ser que esa forma de descomponerlo en sílabas poéticas es más armónica (o menos malsonante) que esta otra:
Di—me…—¿qué—es—lo—queha—go?  o  Di—me…—¿quées—lo—queha—go? que quizás esta última es mucho más fea.
En el verso ¿Queha—go—re—pro—ches,—me—di—ces? quizá no suene muy diferente si le descomponemos en esta otra forma ¿Que—ha—go—re—pro—ches,—me—di—ces?
Dos palabras que casan bien en sinalefa o en sinéresis al principio del verso, esas mismas palabras casan mal cuando están al final.

Otro ejemplo:

1) cae la lluvia a borbotones = 8 sílabas = cae—la—llu—viaa—bor—bo—to—nes
2) la lluvia del cielo ca-e = 8 sílabas = la—llu—via—del—cie—lo—ca—e
En estos dos versos, la palabra cae puede tener diferente tratamiento. Sabemos que gramaticalmente es bisílaba, pero según el lugar que ocupe en el verso, se puede o no se pude hacer sinéresis en ella.
Si es desaconsejable hacer sinalefa en la sílaba principal de un verso, igual de desaconsejable, por lo malsonante, es hacer sinéresis.
Lo que puede ser aceptable, —y hasta armonioso— escribir versos así:
cae la lluvia~a borbotones  (1 sinéresis + 1 sinalefa) = 8 sílabas
poemas de mi~alma dejo con mi sangre  (1 sinéresis + 1 sinalefa) = 11 sílabas.
Resulta desaconsejable (o imposible) por malsonante, escribir así:
la lluvia~a cántaros cae = ¿8 sílabas? (1 sinalefa + ¿1 sinéresis?)
con la sangre de mi~alma dejo poemas = ¿11 sílabas? (1 sinalefa + ¿1 sinéresis?)

El libro de Tomás Navarro Tomás "MANUAL DE PRONUNCIACIÓN ESPAÑOLA"; dice lo siguiente:
Vocales iguales, con acento, entre palabras diferentes:
Se hace sinalefa; ejemplo:
y~en—ti—mi—ré~el—em—ble—ma—de—mi—vi—da = 11 sílabas
Esta reducción, sin embargo, no suele verificarse cuando se pronuncia con lentitud o con afectación, ni tampoco en el verso cuando sobre algunas de las expresadas vocales cae un acento principal de carácter rítmico o enfático, ejemplo:
El vulgo indigno de tu noble / estro = 11 sílabas
Y era llorar tu / único destino = 11 sílabas

Vocales diferentes, con acento, entre palabras enlazadas:
Se reducen de ordinario a una sola sílaba, ejemplo:
un hombre~entró~embozado hasta los ojos.

No tiene lugar, de ordinario, esta reducción, cuando se habla lenta o enfáticamente, ni cuando el acento que llevan las vocales enlazadas es el último del grupo. (Penúltima sílaba del verso).
Ejemplos:
Detenida en el polvo de la / hoja. = 11 sílabas.
Sonó pausada en el reloj la / una. = 11 sílabas.

Aún más...
Que con toda su / alma lo quería. = 11 sílabas

Muchos poetas clásicos aplicaban las sinalefas dentro de los versos como es preceptivo, pero en el caso de la penúltima sílaba del verso, si el verso terminaba en "de oro", "mi alma", "tu alma", "que haga", "de ellos", etc. casi nunca la hacían.
En la penúltima silaba hay poetas como Alonso de Ercilla y Góngora que no respetan al completo la no conveniencia de hacer sinalefa, pero la mayoría de los poetas sí lo respetan. Hay bastantes ejemplos de poetas que en algún verso —aisladamente—, hacen esa sinalefa en la penúltima sílaba y nos dejan decepcionados y descolocados porque parece como si en ese verso les sobrara una sílaba y no supieran resolverlo de manera más correcta.

Lo mismo ocurre con la sinéresis. La inmensa mayoría de los poetas clásicos, separan dos vocales fuertes de una misma palabra; pero hay casos donde no las separan sobre todo cuando no va el acento en esas vocales o cuando es en anácrusis, (al principio del verso).

La sinalefa no es licencia poética pero en el caso concreto de caer en la sílaba principal, la mayoría de los poetas no la hacen y prefieren el hiato, ya que si se hiciera sinalefa con la penúltima sílaba de los versos, en casi la totalidad de los casos, suena fatal.
La sinéresis (unión de dos vocales fuertes de una misma palabra), es una licencia poética que se puede o no se puede hacer. Si el poeta quiere tomarse todas las licencias poéticas, hemos de deducir que lo hace por comodidad más que por ganas de hacer un buen trabajo rítmico, pero está en su derecho.


Claro / y limpio raudal
es la lengua que yo~adoro,
la lengua de versos de~oro
y de vibración marcial.

(fragmento de sonetillo octosílabo) del poeta argentino Leopoldo Díaz titulada NUESTRO IDIOMA; véase que todos los versos tienen 8 sílabas a base de no hacer la preceptiva sinalefa en el primer verso.

También, ese primer verso pudiera leerse así:
Claro~y limpio räudal <<< con diéresis en la a para deshacer el diptongo, aunque parece ser que el autor no lo dispuso así.

Rodéase~en la cumbre
Saturno, padre de los siglos de~oro;
tras él la muchedumbre
del reluciente coro
su luz va repartiendo~y su tesoro.

(Fray Luis de León)

Fray Luis de León en las palabras "de~oro" al final de un verso hace sinalefa.  Otros poetas como Lope de Vega, Góngora, Quevedo, (otros clásicos y más modernos), hacen la sinalefa cuando intervienen las palabras "de oro" como final del verso; con otras palabras coincidiendo con la penúltima sílaba no la hace casi nadie. He aquí varios ejemplos con ambas soluciones:

Para versos de 6 sílabas:
Bárbola, la / hija  (Luis de Góngora)
No sé; pero~hay / algo  (Gustavo Adolfo Bécquer)

Para versos de 7 sílabas:
aplacase la / ira  (Garcilaso de la Vega de la lira A LA FLOR DE GNIDO)
disfrazada de / otra  (Pedro Salinas)
hija siempre de / algo (Pedro Salinas)
su curso lento, / antes  (Pedro Salinas)
se desvive de / ansia  (Pedro Salinas)

Para versos de 8 sílabas:
que te / hable~y que me / hables  (Lope de Vega)
cada nuevo día / es  Miguel Hernández en EL NIÑO YUNTERO
Y como raíz se / hunde  Miguel Hernández en EL NIÑO YUNTERO

Para versos con 11 sílabas:
a las arenas ligurina / haya  (Luis de Góngora)
sino~alguna noticia de mi / hado? (Andrés Fernández de Andrada, EPÍSTOLA MORAL A FABIO).
huyendo~entre los árboles de / oro  (Antonio Machado)
ni desmintió con prevención su / hado (Varahona de Soto)
Y~así~el cuitado~espíritu que / ama  (Francisco de Figueroa)
Aplaca~el pecho~airado, que la / ira  (Alonso de Ercilla)
debajo de la cual están a / una  (Alonso de Ercilla)
que se gasta con mi~alma~y que se / usa (Carlos Edmundo de Ory)
Como se~adora~a Dios ante su~altar  (Gustavo Adolfo Bécquer)

Para versos de 14 sílabas = (7 + 7):
Rubén Darío~ha muerto // en sus tierras de / oro (Antonio Machado)
su melodiosa lluvia // de tórtolas de / oro (Antonio Machado)

En "CAMPOS DE CASTILLA", EL TREN de Antonio Machado, (versos de 8 y 4 sílabas) hay dos versos que ante la misma sinalefa el poeta los trata de diferente forma:
Y yo pienso: Tú~eres buena = 8 sílabas
Mas tú / eres = 4 sílabas

De Juan Ramón Jiménez estos versos:
Mis ojos sobre tus ojos
tu~alma dentro de mi / alma = 8 sílabas, o bien así: tu / alma dentro de mi~alma  aunque esta segunda posibilidad es más malsonante, ya que interviene la sílaba principal del verso, la penúltima.

Sin embargo, Cesar Vallejo, en cinco o seis casos que he visto, hace la sinalefa en la penúltima silaba.
Y en otros más modernos como Huidobro, Larrea, Gerardo, etc… la cosa se complica porque como cada verso tiene una medida no hay manera de saber sin preguntárselo a ellos, cuál es la métrica pretendida del verso cuestionado.

En los más modernos no hay control ninguno; por ejemplo Luis Cernuda en un romancillo de 7 sílabas dice:
de la mentira de~ellos  (!?!)

Ángel Figueroa en un verso alejandrino de  (7 + 7) escribe:
la tomo entre las mías // y nos vamos a~arar.

Escribe Alberti:
Creyó que~el trigo~era / agua = 8 sílabas

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