Vales del Comité de abastos

 

Ya hemos visto con anterioridad el testimonio de Emiliano Mascaraque, sobre la emisión, a finales de agosto de 1936, de los primeros vales del Comité de Abastos en Pozoblanco. No hay duda alguna, al menos en la provincia de Córdoba, de que estos fueron los primeros que se emitieron conjuntamente con los de los comercios “incautados” y los vales del Comité del Frente Popular.

Una de las características principales de la provincia de Córdoba, desde los primeros días de la guerra, fue la imposición del comunismo libertario en buena parte de las poblaciones de la Campiña (Montoro, Almodóvar del Río, Bujalance, Castro del Río etc.) y en algunos de la Sierra (Villaviciosa, Hornachuelos etc.), todos ellos de claro dominio anarquista. El movimiento revolucionario, rápidamente se incautó de todos los bienes de consumo de los facciosos y fue almacenándolos en distintos economatos – iglesias, edificios y comercios incautados – para abastecer de esta forma a la población. En estos economatos, dirigidos por el Comité de Abastos, se iban almacenando, también, los productos recogidos de las cosechas. En la mayoría de los casos se produce la abolición del dinero y para las compras se utilizan vales emitidos por los distintos comités, entre ellos el de Abastos, llegando de esta forma a lo que se denominó “socialización de las subsistencias”.

 

Aunque muchos de los vales han desaparecido,  se conoce de su existencia a través de testimonios -orales y de prensa – recogidos muchos de ellos en la obra de F Moreno Gómez “La guerra civil en Córdoba”. Este seria el caso de Montoro y de Villa del Río:

 La socialización de las subsistencias en Montoro atrajo la atención de la prensa nacional  y de los periodistas que visitaron esta localidad en las primeros semanas de la guerra. “Heraldo de Madrid” escribía: El comunismo en Montoro. Se ha abolido la moneda. Todo el que necesita algo, va al ayuntamiento y le extienden un vale. Con él va a los comercios. El primer día se expendieron diez mil vales. Lo mismo sé hacia en Villa del Río.

De igual manera se procede en Castro del Río, según el corresponsal del diario confederal “CNT” (9-9-36) a su paso por la población:

Los agricultores han establecido un Comité de Administración o de Abastos, que concentra todos los productos en unos almacenes generales de donde son repartidos proporcionalmente a otros que funcionan en las distintas barriadas, y de los que los trabajadores, mediante un vale o tarjeta que se les facilita diariamente, pueden retirar los productos necesarios, en relación con el numero de familiares que tiene a su cargo. El Comité aludido se ha incautado de cuantos valores en metálico han sido hallados en las localidades aludidas, creando con ellos un fondo social que le permite efectuar compras en aquellas comarcas que no admiten el intercambio de productos.

Otro ejemplo, esta vez en la Sierra, es el de Villaviciosa y según testimonios recogidos por Moreno Gómez:

 “En el pueblo se declaró el 19 de julio el comunismo libertario, dado el predominio de la CNT, con sus características ya conocidas: abolición de la moneda y del comercio, incautación de los bienes de consumo y centralización de los mismos en un almacén de abastos, en este caso la Iglesia, de donde cada cual retiraba lo que necesitaba por medio de vales emitidos por el Comité”.

Sin duda alguna en la emisión de estos vales intervendría también el Comité o más bien Sub-comité de Abastos. En el caso de Villaviciosa – a diferencia de Pozoblanco donde se recibieron donaciones económicas particulares para abastecer a la población – “en las primeras semanas los anarquistas crearon una especie de “tributo de guerra”, que se exigía solamente a los “desafectos” de la Republica. Y se realizaron abundantes matanzas de ganado de las fincas incautadas, lo cual constituyó autentico festín popular, en el que por primera vez se saciaba con carne, alimento infrecuente, un hambre campesina secular”. Palabras estas ultimas, que coinciden con la opinión de E. Mascaraque en Pozoblanco, cuando era presidente del Comité de Abastos. Sin embargo, hasta ahora no ha aparecido ningún vale de Villaviciosa.

En las poblaciones de la comarca de los Pedroches, de claro dominio socialista, - a excepción de Villanueva de Córdoba de predominio comunista – no se llegó a proclamar el comunismo libertario, conviviendo de esta forma el comercio privado – desde luego afecto a la Republica – con los distintos economatos del Frente Popular, Ayuntamiento, colectividades etc. Ya hemos visto en el capítulo “Los primeros vales de Pozoblanco” el testimonio de E. Mascaraque, donde los comercios privados aceptan los vales emitidos por el Comité de Abastos, a veces a regañadientes, pero desde luego, pagándole por la noche, dicho Comité, su valor en metálico. Sin embargo, no fue siempre este, el comportamiento con los comerciantes. En bastantes casos se realizó con ellos una incautación “solapada”. Con vistas comerciales, se les obligo a aceptar los vales, hasta acabar con todas sus existencias, y desde luego no recibieron dinero alguno por sus productos vendidos. Este seria el caso de los comercios de Justo Riballo en Belalcazar y de M. Manosalvas en Pedroche, cuyo estudio se realizara en otro apartado.  

Se puede considerar que la mayoría de los grandes comercios e industrias alimentarías fueron incautadas. En palabras de Moreno Gómez, esto fue lo que sucedió  en la comarca de los Pedroches, tras la rendición de Pozoblanco:

 La política de incautaciones fue implacable con los afectos a la sublevación. Nos da idea de ello una información de El Liberal, (Madrid 20- 08-36), según la cual don Vicente Sol, tras la caída de Pozoblanco, envió a Madrid, con destino al frente de Guadarrama, un convoy de 14 vagones de víveres incautados a los facciosos de Pozoblanco (cien mil kilos de tocino, diez mil de chorizo, tres mil de manteca y tres mil jamones). Sin lugar a dudas, estas incautaciones, afectarían mas a los grandes propietarios, almacenistas y al matadero Industrias Pecuarias de Pozoblanco, – que seria incautado y  colectivizado - propiedad de los  principales rebeldes, pero no a los pequeños comerciantes, muchos de ellos afectos a la Republica.

En líneas generales se puede considerar que en los primeros meses de la guerra, el Comité de Abastos dependió en buena parte, inicialmente, de los productos que le suministraba el Comité de Incautaciones y del Consejo de Administración de Fincas Incautadas, - según consta en los documentos de incautaciones de Dos Torres – de las incipientes colectividades, de la colaboración de los comercios privados - unas veces pagándole sus productos y otras “saqueándolos” - de donaciones económicas –  ya fuesen voluntarias  o como “Impuestos de Guerra”- y por supuesto de compras e intercambios de productos con otras regiones del país cuando la necesidad obligaba. Por otra parte, del C. de Abastos dependían los Comités de Refugiados para el abastecimiento de los mismos – ya fuese en comedores, economatos o en cocinas económicas – y, además la administración y suministro a los distintos economatos de la población.

Con la desaparición de los Comités, a principios de 1937, el poder pasa de nuevo a los Consejos Municipales, y su labor la continua la Comisión Municipal de Abastos de cada población. A finales de 1937, ante el problema de la gran escasez de alimentos – que empieza a ser preocupante – y con la tarjeta de racionamiento en vigor, se descentraliza el sistema de hacer compras, solamente en los economatos. Al menos en Belalcazar, – según consta en sus actas municipales – para descongestionar las largas colas, en 1938 se les autoriza  la venta de los productos racionados a diversos comercios privados, recibiendo a cambio un pequeño margen de beneficios. Suponemos que dicha medida seria tomada en todas las poblaciones de la comarca, no obstante, siguieron existiendo los economatos hasta el final de la guerra.

Sin embargo, los vales del Comité de Abastos, de los Economatos y posteriormente de la Comisión de Abastos, los primeros que se emitieron, muy abundantes impresos o escritos a mano,  y que funcionaron durante casi toda la guerra – disminuyeron cuando se impuso la tarjeta familiar y la cartilla de racionamiento – no han llegado hasta nuestros días. La inmensa mayoría debió de ser destruida durante la guerra, una vez que cumplieron su función, tal y como relata E. Mascaraque en sus memorias. En la provincia de Córdoba, solamente conocemos un vale de Economatos de Montoro – y cabe la posibilidad de que sea falso – y algunos del ayuntamiento de Dos Torres, escritos a mano para abastecimiento de refugiados, enfermos, hospitales etc., pero en este caso no están firmados ni sellados por el Comité, sino por el Consejo Municipal con la firma del alcalde y los concejales. También seria el caso de los vales de los comercios de Pedroche y Belalcazar, vales, que están ligados a su vez a Abastos. comercios particulares y Partidos políticos.

En el ámbito de España son más abundantes, incluso en Andalucía. Están emitidos por distintas instituciones siempre relacionadas con el abastecimiento, tales como: (Comité, Comisión Municipal, Consejeria, Delegación, Consejo Municipal...) de Abastos, o bien Comestibles, Cooperativa Agrícola y de Consumo, Economato, Abastecimiento de Carnes etc. Entre los más cercanos a la provincia se encuentran: el de la Alianza Comercial de Abastos de Alcaudete y en Bailen la Junta Comercial de Abastecimiento, ambos en la provincia de Jaén. En la provincia de Badajoz, la Cooperativa Agrícola y de Consumo de Esparragosa de Lares.   


 


Vale Economato Municipal
Pozoblanco


Vale 50 Cts.
Cantina
Tarazona

 

 


Cartel de Izquierda Republicana


Cartel de zona republicana


Cartel de zona republicana


Cartel de zona republicana

 

 

 

 


Vale 2 Ptas.
Comisión  Abastecimiento
Villena (Alicante)


Vale Economato Municipal
Pozoblanco

 


Economato de Dos Torres

 

 


Vale Economato Municipal
Pozoblanco


Vale Economato Municipal
Montoro (Córdoba)


Vale 50 Cts.
Comisión  Abastecimiento
Villena (Alicante)


Vale 50 Cts.  (Reverso)
Comisión  Abastecimiento
Villena (Alicante)