Selección de Información Referativa y Factográfica
Servicio personalizado de Auto-Hermes
 

Links con información para amigos y conocidos

Actualmente se distribuye a periodistas, especialistas en Información y Comunicación, órganos de prensa, ONG y personal dedicado a la toma de decisiones, en Argelia, Argentina, Bélgica, Bielorrusia, Bolivia, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Cuba, Ecuador, El Salvador, España, Estados Unidos de América, Francia, Italia, Kazajstán, México, Panamá, Perú, República Dominicana, Turquía, Ucrania, Uruguay, Venezuela y Vietnam

INFORMACIÓN

General

Especializada

Base de datos

voltairenet.org

Telesur Net

Los 5

ESTE BOLETÍN INFORMATIVO HA SIDO ELABORADO exclusivamente para mis amigos y conocidos en la Red 
*********
Si su dirección electrónica ha sido incluida en mi base de datos, es por haberme llegado a través de un correo electrónico enviado por usted o por otro amigo o persona que ya lo recibía. Si considera que este correo no ha sido solicitado por favor comuníquelo a: autohermes03@yahoo.com indicando en el asunto (subject): Retirar de la lista.

 

Pedro Campos

Socialización  a la cubana
Pedro Campos Santos.

Miren que buena manera de hacer diversionismo ideológico: “los de Miami y la contrarrevolución están diciendo lo mismo que Juventud Rebelde”. Quieren confundirnos y buscar la manera de parar la discusión del problema de la propiedad en el socialismo y por esa vía evitar nuevos avances de la Revolución

El opositor, Oscar Espinosa Chepe, publicó en distintos medios como El País y El Nuevo Herald (1) un artículo intitulado Privatización a la cubana. Para él, las apropiaciones indebidas, que se ven obligados a realizar los trabajadores cubanos para compensar sus menguados salarios, son robos. En consecuencia, según este señor, los trabajadores cubanos son ladrones. Igualmente la utilización de medios del Estado por los trabajadores y la forma en que se apropian de ellos, son privatizaciones para él articulista del Herald, sugiriendo que los trabajadores cubanos desean la privatización, en lugar de la socialización.

Esta es una buena manera de manejar datos relativamente ciertos para sacar falsas conclusiones: “los trabajadores cubanos son ladrones y quieren el capitalismo”. Algunos burócratas farfullan lo mismo.

Las dos conclusiones no solo son falsas, sino mal intencionadas, diversionistas y contrarrevolucionarias. Tratan de contraponer e indisponer a los trabajadores, base social del Estado cubano con el gobierno central y viceversa, cuando la sociedad cubana está tratando de  encontrar el camino para abandonar la vieja excesiva centralización y avanzar al nuevo socialismo más participativo y democrático que, para serlo, necesariamente  deberá caminar hacia formas colectivas como el cooperativismo, la autogestión y la cogestión obrero-estatal.

Desde luego, sería iluso esperar de la oposición contrarrevolucionaria, alguna comprensión ante este fenómeno complejo. Los enemigos de la Revolución buscarán siempre meter cuñas entre los trabajadores y el Estado revolucionario para tratar de obstaculizar el camino que tiene por delante nuestro proceso socialista.

El señor Espinosa Chepe le hace un favor, si es que no está de acuerdo con ellos, a un cierto número de burócratas del patio, opuestos al desarrollo de la autogestión  empresarial socialista y que prefieren  procesos de privatización a  procesos de socialización. Entre estos  burócratas, lo mismo puede haber verdaderos enemigos agazapados del socialismo y de la clase trabajadora que, también, honestos equivocados que erróneamente ven el desarrollo del capitalismo en China, como avances del socialismo en ese país asiático.

No es un secreto para nadie que en Cuba se discute hoy cuadra por cuadra, y en todas partes este problema de la propiedad en el socialismo. Todos saben que a instancias de los artículos de Juventud Rebelde citados por este diversionista, en la Academia de Ciencias se ha creado una comisión para estudiar el tema de la propiedad socialista.

Los agentes del capitalismo en Miami y en el patio no quieren quedarse al margen de la discusión, y aunque nadie les ha dado vela en este entierro,  se creen que van a engañar a alguien aquí con sus interpretaciones “sociológicas” tergiversadas.

Para este “economista” de las escuelas neoliberales que encuentran solución   a todos los problemas económicos en la  privatización, léase entrega de los medios de producción al capital privado, el trabajo por cuenta propia es privatización y mete en un mismo saco a la producción  mercantil simple y a la producción en general.

La producción mercantil simple, el trabajo por cuenta propia, que no explota trabajo ajeno y por tanto no produce plusvalía, es anterior al capitalismo y nada tiene que ver con el sentido de las privatizaciones que recomienda  el señor Chepes.

El trabajo por cuenta propia es una forma de producción precapitalista que persiste en el socialismo por imperativo del bajo desarrollo de las fuerzas productivas y las características específicas de algunas producciones,  incluso de nueva tecnología, que es aceptada por la Revolución, si bien es cierto que no siempre es adecuadamente comprendida por muchos en el aparato estatal. Esto es parte de la discusión actual. Es  una forma que debe liberarse de todas sus trabas actuales, pero esencialmente no es una forma de producción capitalista, ni puede –objetivamente- tener preponderancia.

Si tenemos en cuenta que el trabajo por cuenta propia representa una forma extendida de la propiedad repartida en la sociedad y que  la organización de su producción tiene carácter autogestionario, puede considerarse como una  forma socializada de la producción en el socialismo.

El trabajo  en muchos “chínchales”, como menciona el autor de “privatización a la cubana”, puede ser realizado por trabajadores por cuenta propia, pero muchos otros “no tan cínchales” que emplean varios trabajadores, prestan diversos servicios y generan no pocas ganancias y que en nada se parecen a las fondas chinas de antaño, se prestan más y trabajan en la practica como formas de cooperativas, donde los trabajadores aportan fuerza de trabajo y se distribuyen las ganancias. Estas  no son “privatizaciones a la cubana”, en todo caso, socializaciones a la cubana.

El uso de terminología marxista por el señor Espinosa Chepe puede confundir a otros, pero no a los cubanos que llevamos muchos años buscando las vías para sacar del bache al socialismo cubano, que otros quieren sepultar. Él escribe: “El problema de los salarios no tiene solución sin una reforma radical del sistema que libere las fuerzas productivas e incremente la eficiencia de las empresas, posibilitando el aumento real de los salarios,”

Aplausos prolongados –busca el sr. con este bocadillo-, pareciera una frase marxista y revolucionaria, radical; pero dicha por el señor que resuelve todo con la privatización, “liberar las fuerzas productivas” es poner las empresas a la venta, al mejor postor, al capitalista, al que más tenga  para comprarlas.

No  señor Espinosa, la liberación de las fuerzas productivas en Cuba para los marxistas tiene un significado distinto, para nosotros es socializar, no privatizar. Para nosotros es desarrollar preponderantemente el cooperativismo en empresas chicas y medianas, desarrollar la autogestión obrera en otras empresas y la cogestión obrera estatal en las grandes empresas. Y desde luego, reconocer los espacios que todavía tienen las relaciones monetario- mercantiles pero  que tenderán a reducirse con el tiempo.

Pero además señor Chepe, en esa frase, usted delata sin darse cuenta sus intenciones capitalistas, cuando sigue apegado al salario. “La condición de la existencia del capital es el trabajo asalariado” (2), quedó expuesto en el Manifiesto Comunista, y la práctica posterior ha demostrado que el socialismo de Estado al seguir con el trabajo asalariado, se quedó como enganchado al capitalismo, y ese es uno de sus grandes fardos pesados que debe superar.

Para los comunistas que hemos estado estudiando a profundidad el sistema capitalista, el socialismo de Estado y cómo salir de esta situación sin regresar al capitalismo, la privatización y  el trabajo asalariado que usted nos sugiere tan amablemente, no constituyen ningún avance económico sino todo lo contrario y nada tienen que ver con las nuevas formas de producción en el socialismo, a donde nos proponemos avanzar. Mientras la organización de la producción se base en el trabajo asalariado,  estaremos ante alguna variante de capitalismo, sea el clásico o el capitalismo de Estado.

La nueva forma de producción socialista, fue descubierta por Marx en las cooperativas que ya existían en el seno del capitalismo. En muchos de sus escritos Marx significó que la forma de trabajo de las cooperativas, a lo que llamó indistintamente cooperación o cooperativismo y que, modernamente, llamamos autogestión obrera, basada en la propiedad colectiva, la gestión democrática y la repartición equitativa (no igualitaria) del excedente, constituía la nueva forma de producción. Eso excluía el salario, que encubre la explotación y la obtención de plusvalía.

Esa nueva forma de producción, la autogestión obrera que no debe confundirse con la cooperativa, es la que deberá ir primando en las nuevas empresas socialistas que, funcionen como cooperativas, empresas autogestionadas o cogestionadas (obrero estatales), deberán basarse en la propiedad o el usufructo colectivo, social de los medios de producción.

El escribiente del Herald,  con tono sibilino nos espeta: “Es el momento de un viraje hacia la privatización de todos esos establecimientos y la distribución de la tierra a los campesinos, meta principal de la Revolución en sus orígenes e incumplida”. ¿A quien quiere engañar? Sugiere que la “meta principal de la Revolución” en sus orígenes fue incumplida.  Ni esa fue la meta principal de la Revolución en sus orígenes, ni tampoco fue incumplida. Lo primero fue acabar con el régimen de oprobio y además sí se repartieron más de cien mil títulos de propiedad  a los campesinos. Respete la Historia, que por mucho que se desee no puede ser reescrita.

Lo que trata es de poner a los campesinos contra la Revolución, presionar para disolver las cooperativas, disolver la UBPC. Las UBPC son formas avanzadas de producción socialista, una forma de cogestión obrero estatal, que no han llegado a desarrollarse plenamente por las muchas trabas que han tenido y la falta de apoyo del Estado. Las UBPC deben perfeccionarse pero no destruirse. Repartir las tierras de las UBPC sería dar un paso atrás. Las tierras que están en manos de granjas estatales tampoco deberán distribuirse, deben convertirse en cooperativas socialistas superiores cogestionadas o cooperativas simplemente con  entrega de la propiedad de la tierra en colectivo según las circunstancias de la producción lo exijan.

Lo que sí está claro es que debe haber un reajuste de las formas de organización de la producción y la propiedad en el campo, pero nunca a favor de privatizaciones ni reparticiones individuales de tierras. La renovación necesaria debe apuntar al colectivismo, al cooperativismo y la cogestión campesino-estatal, apoyada con recursos del Estado.

El neoliberal que usa terminología de la economía política marxista para tratar de confundirnos saca una brillante conclusión diversionista: “Ante la anormal privatización existente y sus insanas consecuencias, se impone un reordenamiento gradual y racional de la propiedad, cuyo comienzo no puede demorarse.”

No es verdad que “haya una anormal privatización”. Lo que se está produciendo, en todo caso  es una anormal socialización de la propiedad y la producción. No es privatización en el sentido que lo señala Chepe, porque los trabajadores no lo están haciendo con ánimo de lucro capitalista, incluso lo están haciendo en forma cooperativa, en algunos casos están “violando las leyes” para resolver problemas de la producción, pues ellos se ponen de acuerdo en como trabajar, hacer avanzar la producción o impedir que se pare y en cómo distribuirse las ganancias, y son mayoritariamente para resolver sus necesidades, no para explotar a nadie.

Les hemos dicho durante 40 años a los trabajadores que esta economía es de ellos. Los trabajadores, ante la insuficiencia de sus salarios, con toda razón  han asumido su economía, ¿si es de ellos porqué no van a tomar lo que necesiten? Es el razonamiento sencillo, natural, de los de a pie, la pobrecía (los trabajadores, los pobres, los humildes, los más, a quienes no les alcanza el salario) ¿De quién si no es este Estado?  ¿Para qué hicimos la Revolución? Esta Revolución, dijo Fidel es de los humildes por los humildes y para los humildes. Lo que ha pasado en verdad, es que el descontrol burocrático engendrado por  el socialismo de Estado, no ha permitido hacer una socialización ordenada. Pues ahí tienen la otra, inevitable.

La clase obrera no tiene que pedirle permiso a nadie para hacer la autogestión y apropiarse de los medios de producción. O el orden lo pone el Estado realizando la autogestión obrera, o los trabajadores se encargan de hacerla a su manera. Así de simple, aunque muchos burócratas no lo entiendan ni lo deseen porque prefieren que siga el relajo de la economía centralizada en el Estado. No sería difícil averiguar para qué.

Y desde luego no estamos hablando de las no pocas excepciones de individuos mafiosos que sí están actuando con un sentido capitalista  de lucro y con la intención perspectiva de “comprar y poner sus propios negocios capitalistas”. Pero por suerte son una minoría que no compone verano.

Entonces la frase de Chepe “se impone un reordenamiento gradual y racional de la propiedad, cuyo comienzo no puede demorarse” que para él tiene un sentido burgués capitalista, privatizador, pareciera lo mismo que viene promoviendo Juventud Rebelde y que la academia de Ciencias va a estudiar: las formas de propiedad en el socialismo. Miren que buena manera de hacer diversionismo ideológico: “los de Miami y la contrarrevolución están diciendo lo mismo que Juventud Rebelde”.

Más claro ni el agua: Quieren confundirnos, hacer que algunos despistados o desconocedores del patio, con algún poder en la burocracia, se crean el chanchullo, buscar la manera de parar la discusión del problema de la propiedad en el socialismo y por esa vía evitar nuevos avances de la Revolución en su inexorable consolidación hacia nuevas formas socialistas de producción.

Para nosotros, efectivamente “se impone un reordenamiento gradual y racional de la propiedad, cuyo comienzo no puede demorarse”, solo que no, repito no para privatizar, sino para socializar, descentralizar la propiedad estatal, cambiar el concepto dogmático, esteriotipado y fracasado de la propiedad estatal como única y venerada forma de propiedad social y avanzar hacia las formas socialistas de propiedad colectivas cooperativas, autogestionarias y cogestionadas, así como a los distintos niveles  comunales, Estado, Provincia, Municipio y Comunidades.

El imperialismo sabe, porque durante muchos años estudió y trabajó para minar las bases del socialismo que se pretendió construir en Europa, que la reversibilidad hacia el capitalismo de los procesos socialistas es posible mientras no se consoliden, extiendan y predominen en la sociedad las nuevas formas de organización de la producción, la distribución y el consumo propiamente socialistas, que no son las basadas en el trabajo asalariado ni en la concentración de la propiedad, sino en el trabajo autogestionado de los propietarios colectivos asociados y el control democrático del excedente de producción por parte de los colectivos empresariales y que deberá extenderse a toda la sociedad para poder triunfar.

Por último, para que no queden dudas del carácter diversionista de su artículo el  sr. Chepe se refiere al gobierno actual como “la dirección provisional”, como si en Cuba estuviéramos en una situación de inestabilidad política, ante un eventual cambio de gobierno, o la tan esperada por ellos “transición”. De paso con la paliza que le dieron los demócratas a los republicanos en el Congreso recientemente, quizás sería conveniente a los aliados del actual gobierno yanqui, empezar a cambiar el lenguaje de la “transición”.

En fin, no, no sr. Oscar, ahórrese sus calificativos. Este gobierno es esencialmente el mismo que cuando Fidel no estaba enfermo y esencialmente seguirá siendo el mismo si él no pudiera continuar al frente. No se confunda, aunque discutamos sobre propiedad socialista y se produzcan cambios importantes en esa dirección, no habrá cambios sustanciales en las figuras centrales porque tanto Fidel como Raúl y los otros quieren lo mismo. Lage lo dijo en Uruguay: más socialismo. La mística socialista, revolucionaria sigue viva. A buen entendedor…

De manera que estamos en guardia contra todas las tergiversaciones de los conceptos y categorías económicas marxistas y alertas contra todos los intentos de dividirnos. De todas formas le agradezco al neoliberal y economista, la oportunidad que me ha brindado para desenmascarar sus intenciones diversionistas y de paso, dejar bien establecido que en Cuba además de las minorías que quieren el capitalismo y las privatizaciones, y otros pocos que prefieren más de lo mismo caduco y estancado, estamos los que, mayoritariamente, queremos avanzar hacia las formas socialistas de propiedad y producción para garantizar la irreversibilidad de  nuestro proceso y evitar la restauración capitalista, que en Cuba lleva apellido: anexionista.

1) http://www.almendron.com /tribuna/?p=12576 

2) C.Marx y F. Engels, El Manifiesto del Partido Comunista. OE. en tres tomos. T-I. Editorial Progreso. Moscú 1973