El negocio de la contrarrevolución
se va a pique.
Miami
trata de desviar la atención de los cubanos sobre el
proceso que tiene lugar a lo interno de la Revolución en
Cuba.
Algunos políticos, sobre
todo los de “pacotilla”, siempre han intentado desviar la
atención popular de los problemas centrales que la
afectan, hacia dónde más le conviene a sus intereses.
La reciente
aparatosa aparición pública del terrorista y asesino
confeso, Luís Posada Carriles en compañía de la
congresista anexionista, Ileana Ros-Lehtinen y la
realización de una mesa redonda sobre Cuba efectuada en
Miami a la cual asistió el secretario de Comercio
estadunidense Carlos Gutiérrez, que llamó a “priorizar el
apoyo a la oposición en la isla en momentos de cambios”,
sólo pueden tener el propósito de desviar la atención de
los cubanos de Miami y de la Isla, concentrada ahora en lo
que está ocurriendo en Cuba.
Una de las formas de torpedear lo que está pasando aquí,
es precisamente tratar de llamar la atención de los
cubanos sobre la actividad de la contrarrevolución y el
imperialismo, y proyectar la imagen de que algo tienen que
hacer o buscar en este proceso nuestro, la aislada,
debilitada y casi inexistentes “oposición interna”. Esto
conviene a los enemigos de los cambios hacia más
socialismo, los mismos que siguen culpando de todo lo malo
a los trabajadores, a los de abajo. Se sabe, es viejo:
Dios los cría…
La extrema
derecha miamense está muy preocupada por las medidas que
está tomando el nuevo gobierno de Raúl Castro, pues este
camino está dejando sin “trabajo” a mucha gente y sin
justificación alguna para seguir chupando el presupuesto
de los contribuyentes norteamericanos, de manera que
tienen que buscar la forma de “pararlos”.
¿Quién le
va a seguir la rima a estos delincuentes cuando ya
formalizados todos los cambios previstos, algunos en
ejecución; todo el mundo sepa que en Cuba la gente habla y
plantea sin problemas todo lo que piensa; la economía
vaya creciendo para beneficio de todos; no haya más
restricciones para viajar que la visa del país de destino;
pueda, trabajando en una empresa estatal, en una
cooperativa o por cuenta propia, ganarse lo necesario para
enfrentar las necesidades racionales y todo esto y mucho
más sin dejar de lado la seguridad social, lo logrado en
salud y educación igual para todos, sin costos adicionales
a los impuestos normales sobre los ingresos, y lo más
importante: sin perder la dignidad y saberse constructor
de una nueva sociedad? Cuando -como dijo Silvio Rodríguez-
en vez de salir, vengan los jóvenes.
Desde luego
muchas cosas faltan todavía por precisar, aplicar,
desarrollar y mejorar pero sería miope no percatarse del
rompimiento de la inercia, del restablecimiento de los
derechos ciudadanos que violaban la propia Constitución
Cubana, y del hecho de que hemos arrancado por un nuevo
camino hacia más socialismo, más democracia revolucionaria
donde la intención es que sean el hombre y la naturaleza
el centro unido de la vida en una sociedad más
participativa, colectivista y racional en todos los
sentidos.
Las
llamadas Radio y Televisión Martí, que gastan decenas de
millones de dólares de los contribuyentes norteamericanos
en engordar a un buen grupo de “periodistas” encargados de
mantener un barraje desinformativo sobre nuestro país y
muchas veces cuestionadas en el Congreso de EE.UU. por su
falta de efectividad, van a tener poco que tratar, pues no
van a poder contar ni con las “medias verdades-medias
mentiras” necesarias para sus campañas diversionistas.
Y la
asesina Ley de Ajuste Cubano, veremos donde se va a meter,
pues una vez liberados los cubanos de las actuales
restricciones en revisión, la entrada a EE.UU. sólo
dependerá de la visa norteamericana. Si Washington
persiste en mantener vigente esa ley, solo evidenciará con
toda claridad, una vez más, sus detestables propósitos.
Luego de todo esto, veremos cómo se justificará la
continuación del bloqueo. No hay dudas: el gobierno de
Raúl ha escogida la mejor forma parar derrotar todas estas
política agresivas de EE.UU. y hasta –tal vez- para lograr
la liberación de nuestros Cinco Héroes.
Con la
solidez que este proceso va confiriendo al nuevo gobierno,
en cualquier momento se da cuenta –si no se ha percatado
ya- de que los presos que restan en la cárcel, del llamado
grupo de los 75, no son más que un estorbo que brinda
algún símbolo y motivo de unión a la demolida y dispersa
oposición vinculada al imperio y a sus campañas
publicitarias y los libera a todos, y entonces ¿qué van a
defender?
No es que
no estemos alertas contra las acciones de nuestros
enemigos, todo lo contrario, hay que estar bien al tanto
de lo que hacen los de fuera y sus acólitos internos. La
lógica de la lucha de clases sugiere que la extrema
derecha buscará cómo hacer fracasar el curso
revolucionario actual. La “bola” la enseñaron: “apoyar a
la oposición de la isla”. Nadie dude de que traten de
hacer sabotajes internos, quien sabe si la quema del
Encanto de Camaguey haya sido motivada en esta cuerda,
ensamblar nuevas provocaciones internas buscando montar
algún “show de represión” y cosas por el estilo. Pero ya
la Revolución es muy madura para caer en este tipo de
trampas.
Ya
empezaron a aparecer en la prensa de Miami artículos
llamando a la cordura en el exilio y a valorar lo que está
pasando en Cuba. Al parecer, algunos allá de mentes más
abiertas, han empezado a comprender, mejor que otros
dentro, que los movimientos actuales del gobierno cubano
tienen un profundo sentido democrático que va a dejar “con
el trasero al aire” a toda la barra de extremistas que
pululan por el sur de la Florida. La “oposición
castrista”, cada día más va pareciendo cosa del pasado en
el propio Miami, donde sólo unos pocos viejos y
batistianos mascullan sus viejos rencores y lloran con la
inevitable caída del castillo bushniano al que confiaban
la tarea de la “liberación de Cuba”.
Como bien dice un conocido periodista de la televisión
cubana, siguiendo las huellas del dinero, encontraremos
los nidos de estas comadrejas. De ninguna manera quieren
que se les acabe la chequera gubernamental, ahora se han
dado a la tarea de buscar la forma de desviar la atención
sobre este movimiento en la Revolución Cubana y para ello
nada mejor que “fortalecer el apoyo a la disidencia
interna”, buscando que Cuba se aparte de su actual camino,
inicie algún proceso represivo, obstaculice las
discusiones internas, dude en dar otros pasos, etc.
En fin que
no sería extraño que en los próximos días, la Cámara o el
Senado del país norteño empiecen a cuestionarse la
asignación de fondos para los programas anticubanos. Esto
tendrían que evitarlo de alguna manera los que viven de la
industria contrarrevolucionaria.
Lo que
llegó a ser un fabuloso negocio en otros tiempos, se está
yendo a pique pues pronto no tendrán “violaciones de los
derechos humanos” en Cuba sobre las cuales hacer sus
campañas. De momento la nueva patraña queda clara: desviar
la atención del proceso de cambios internos y obstaculizar
otros avances del nuevo gobierno hacia más socialismo.
La Habana, 20 de abril de
2008
perucho1949@yahoo.es