Pese
a sus idas y venidas al campo y la actividad en la concesionaria jamás
descuidó las citas con amigos en "Las Vegas", en Arenales entre Av.
Libertador y Cerrito, o en "05" o en "La Biela". Juan Manuel Bordeu,
Gastón y Johnny Perkins, Freddy Cook, el Gordo Sauze, Miguel Jantus,
Carmelo Galbato, Tuqui Casá, Andrea Vianini, Oscar Cabalén, Larry,
Charlie Menditeguy, El Califa Estéfano, Atilio Viale y muchos otros
que por entonces eran habitúes junto de la noche porteña.
¿Por
qué su imagen de leyenda? ¿Por qué su idolatría? Es que más allá de
haber ganado pocas carreras, Rolo era dueño de un manejo magistral,
de un talento increíble. Y en cientos de pruebas, tramos, series o
etapas, punteó indiscutidamente hasta que le falló el medio mecánico
En
1960, y debido a los problemas de salud que sufría Colanero tuvo un
nuevo preparador: Bimbo Fiorentini, con quien seguiría en la buena
senda.
Ganó la vuelta de Pehuajó en 1961, el premio Sierras de Córdoba de
1963, y dos estapas (la 3ª y 4ª) del GP Dos Océanos de 1965. Esta
última al mando de un Ford Falcon del equipo oficial, carrera ganada
por los hermanos Dante y Torcuato Emiliozzi. En 1966 ganó el Gran
Premio Naftas YPF y en 1968, ya con un Crespi-Torino, el premio Ciudad
de Rafaela, Santa Fe.
En
1963, y al volante de una coupé Ford con la trompa sensiblemente modificada
-pergeniada por Pepino Vianini- ganó el Doble cruce de la Pampa de
Achala, que iba de Villa Carlos Paz a Mina Clavero, en Códroba. Este
triunfo le valió el mote de Rey de la Montaña. De ahí este consejo:
"Yo creo que en la montaña la única forma de ganarse unos segundos
es jugándose. Cuando se trepa, ya llegando a la cúspide de la loma,
dejás de ver el camino y si levantás el pie del acelerador es increíble
el tiempo que perdés. Por supuesto que si no lo hacés corrés el riesgo
de darte el gran cascarazo, pero sucede que si no arriesgás, no ganás.
Y entonces ¿para qué correr?".
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Al
mando de un Crespi-Torino obtiene su último triunfo en el TC
en la Vuelta de Rafaela de 1968 |
En
punta no sólo en el TC
Rolo corrió en otras categorías y en diversos equipos. Sin dudas,
sus actuaciones más destacadas estuvieron al volante de los Alfa Romeo
de Pepino Vianini, padre de Andrea, pilotando indistintamente las
Giuliettas, las Giulias o la poderosa 2600 Sprint Bertone de 1963.
En 1960, y para el Gran Premio el equipo Vianini Argentina había traído
al país una berlina infartante: la Giulietta Ti.
Este
pequeño Alfa de 1300cm3 y caja al volante era extremadamente veloz
y se presumía que sería la ganadora. El equipo Alfa Romeo alistó a
varios ilustres: Rolo de Alzaga, Oscar Cabalén, Juan Manuel Bordeu
y Gastón Perkins, entre otros.
Largada la carrera -y perforando la niebla con la pequeña Giulietta-
Rolo se adueñó de la punta, la que sostendría inclaudicable hasta
que el auto dijo basta en la 4ª etapa, entre Amaicha y Tafí del Valle.