La
puesta en valor de los vitrales de la iglesia de Santa Felicitas,
en Barracas, ennoblece los interiores de una pieza clave del patrimonio
urbano inspirada en el eclecticismo alemán
Entre la figura de mármol de Felicitas Guerrero con su pequeño hijo
en brazos y la de su marido, Martín Alzaga, que flanquean el ingreso
a la iglesia de Santa Felicitas, desde hace pocos días se exhibe
un pequeño busto del arquitecto Ernesto F. Bunge, que evoca al creador
de esta iglesia de Barracas, inaugurada en 1876 y construida en
el jardín de la quinta donde la joven Guerrero fue asesinada en
1872.
Santa
Felicitas es una construcción tan ecléctica como armoniosa, con
bellísimas figuras de ángeles dispuestos junto a las torres y la
cúpula. El predio en que se levanta fue vendido por la familia Guerrero
a la Municipalidad en 1908. La casa fue sede de la Legación Municipal
hasta que fue demolida, y parte del parque se transformó en la actual
plaza Colombia. El templo, cedido a la Municipalidad en 1983, es
el único del área metropolitana que es dominio del Gobierno de la
Ciudad.
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La
imagen y nuestro fondo pertenecen al documental "El retrato
de Felciitas" de Alexis Puig, año 2000 |
Entre
1994 y 1996 se suspendió el culto público para iniciar obras de
conservación e infraestructura. Las fachadas laterales, partes de
los frescos interiores y el cielo raso muestran claras señales de
deterioro. La recuperación apenas comienza.
Los
vitrales restaurados muestran representaciones de El Salvador, San
José, San Roque, Santa Catalina de Siena, San Antonio de Padua,
San Luis Gonzaga, Santa Isabel y Santa Matilda, combinados con elementos
no figurativos.
Cada
pieza reemplazada fue catalogada y se conservará en un pequeño museo
de la iglesia. Félix Bunge, que definió a Santa Felicitas como “una
obra de arte en Buenos Aires”, ha restaurado los vitrales
de las catedrales de Salta y San Luis, de la iglesia de la Merced
en Salta, Nuestra Señora del Rosario en Catamarca, San Ponciano
en La Plata, San Martín de Tours en Buenos Aires.
En
1996 ganó el concurso nacional para recuperar los vitrales de la
catedral de La Plata y el año último trabajó también en los de la
capilla del Hospital de Emergencias Psiquiátrico Torcuato de Alvear.
También
detalló la restauración de los vitrales no figurativos de la nave,
el ábside y el rosetón de la fachada principal de esa capilla. Por
una feliz coincidencia, el restaurador Félix Bunge es bisnieto de
un primo del arquitecto Ernesto F. Bunge, que fue un exponente destacado
del temprano eclecticismo arquitectónico de finales del siglo XIX
en Buenos Aires.
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Recuperar
la luz y la música
La puesta en valor de los vitrales de la iglesia de Santa
Felicitas, en Barracas, ennoblece los interiores de una pieza
clave del patrimonio urbano inspirada en el eclecticismo alemán
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Bunge
arquitecto
Ernesto
F. Bunge nació en Buenos Aires en 1812; era hijo de Carlos Augusto
Bunge, cónsul general y encargado de negocios de Prusia, y de Genara
Peña de Léxica. Estudió en la Real Academia de Krefeld y en la Real
Academia de Arquitectura de Berlín. Regresó a la Argentina en 1869,
y en 1878 recibió el primer título de arquitecto otorgado por la
Universidad de Buenos Aires. Con un grupo de colegas fundó la Sociedad
Central de Arquitectos en 1876 y fue fundador también de la Academia
de Ciencias Exactas.
Proyectó,
entre otras obras, en nuestra ciudad la escuela Normal de la avenida
Córdoba (1894), la Penitenciaría Nacional (1874, demolida), los
cuatro Asilos Maternales -Norte, Sur, Este y Oeste (1888)-, las
residencias de las familias Guerrero (Florida 162), Cabral (Florida
930), Quesada (M. T. de Alvear y Libertad); fuera de la capital,
las cárceles de San Nicolás y Dolores, la iglesia de Las Flores,
las Escuelas Elementales de Belgrano y San Fernando, la capilla
de la hoy Escuela de Policía Juan Vucetich. Contrajo matrimonio
con Catalina Chas Salas, con quien tuvo cinco hijos. Falleció el
6 de abril de 1902.
La
inauguración de los vitrales restaurados, obra asumida por la Dirección
General de Patrimonio de la Subsecretaría Cultural del Gobierno
de la Ciudad, se concretó el día en que se cumplía el centenario
del fallecimiento del arquitecto Bunge. Fue una tarde lluviosa,
pero jubilosa para Santa Felicitas. Silvia Fajre, subsecretaria
de Patrimonio Cultural de la Ciudad, destacó que este proyecto responde
a un criterio de investigación, recuperación y difusión del patrimonio,
que se cumple en la medida que los ciudadanos son capaces de recibirlo
y comprenderlo como una reafirmación de los valores permanentes
y de la identidad.
(Iglesia
de Santa Felicitas, Isabel la Católica 520, Barracas.)
La
Nacion, 11 de mayo de 2002 |