El Sol es una de las 100.000 millones de estrellas que constituyen la Galaxia Vía Láctea.
Es de forma esférica y gira sobre sí mismo, pero no cómo un sólido, pues sus polos tardan más en girar que su ecuador. La temperatura de su fotosfera es de unos 6.000º Kelvin, mientras que en el interior se alcanzan los 20 millones de grados kelvin.
Está compuesto por un 90% de hidrógeno, 8% de helio y 2% de elementos más pesados, los más abundantes de los cuales son, por orden: oxígeno, carbono, neón y nitrógeno.
La energía que transmite se debe a las reacciones nucleares de fusión, fundamentalmente de formación de helio a partir de hidrógeno. La estructura solar es de capas concéntricas, de las cuales sólo son accesibles a la observación las más externas, en particular la atmósfera, que se divide en tres capas: fotosfera, cromosfera y corona.
Entre los fenómenos superficiales observables figuran las manchas solares, fáculas, plagas, protuberancias y erupciones. Se ha comprobado que la actividad solar es cíclica, con un período de 11 años. La estrella más próxima a él se halla a 40 billones de km.
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